Bon Jovi se pone a fregar platos durante la crisis del coronavirus
El cantante tiene tres restaurantes solidarios en Nueva Jersey en los que se paga con donaciones o voluntariado
“Si no puedes hacer lo que haces... Haz lo que puedas", escribió Jon Bon Jovi en su cuenta de Instagram recientemente. Y, así, se ha puesto manos a la obra. La crisis del coronavirus ha frenado en seco a muchos sectores, entre ellos el de la música y los espectáculos. Diferentes artistas han tenido que posponer conciertos, aplazar lanzamientos y cancelar grabaciones para respetar las medidas de confinamiento implementadas en cada uno de los países afectados. Pero el vocalista de la banda de rock que lleva su nombre no se ha quedado quieto y ha decidido que si no puede hacer música, puede perfectamente lavar platos en uno de los tres restaurantes solidarios que posee en el estado de Nueva Jersey.
El cantante fundó la cadena JBJ Soul Kitchen en 2011 con el propósito de que la gente sin recursos pudiese comer gratis. Los establecimientos no son exactamente comedores sociales, pues para degustar un menú —que incluye comida vegana, kosher, halal y sin gluten— se debe ofrecer algo a cambio: una donación o tiempo trabajando como voluntario. “Soul Kitchen es como cualquier otro restaurante”, afirmó Bon Jovi a la BBC. “Hay que entender que aquellos que pasan necesidades no tienen la oportunidad de ir a un restaurante”, explicó. Hasta la fecha, se han servido más de 105.000 comidas y el 54% han sido financiadas con donaciones, según datos ofrecidos en la página web. Esta iniciativa cuenta con el respaldo de la fundación The JBJ Soul, el proyecto del músico para ayudar a las personas sin hogar.
A raíz de la expansión del virus y las medidas implementadas para minimizar su propagación, son muchas las personas, especialmente mayores y familias en riesgo de exclusión social, que se han visto afectadas por el confinamiento y requieren de los servicios de los comedores sociales o este tipo de iniciativas para poder alimentarse. La alta demanda ha obligado a la fundación a reducir las raciones y evitar el consumo dentro de los locales. Aquellos que lo necesiten, deberán acercarse a uno de los tres establecimientos para recoger el menú.
Bon Jovi ha querido apoyar en la logística de sus locales convirtiéndose en un voluntario más, ya sea fregando en el primer restaurante que inauguró, situado en la localidad de Red Bank, en Nueva Jersey. Su segundo local, que abrió sus puertas hace cuatro años, se encuentra muy cerca de Toms River, uno de los municipios más afectados por el huracán Sandy, ocurrido en 2012.
El pasado mes de enero estrenó el tercero, esta vez en la Universidad de Rutgers, en la ciudad de Newark, muy cerca de Nueva York, convirtiéndose en el primer comedor comunitario que se establece en las instalaciones de un centro educativo. Se debe recalcar que la deuda media de un graduado en Estados Unidos asciende a los 28.400 dólares (más de 25.000 euros), según datos de la organización The College Board de 2018. Una situación que lleva a más de 44 millones de estadounidenses a arrastrar algún tipo de deuda desde la finalización de sus estudios superiores. En función de su desarrollo, Bon Jovi cree que este último establecimiento puede servir como modelo nacional para implementar la idea en otros centros. “Veremos cómo va este”, expresó el artista durante la inauguración, según recogió el medio de comunicación local NJ.com.
La fundación del autor de Livin’ on a prayer cuenta también con un centro que aconseja a la gente sobre salud y ofrece asistencia nutricional, así como formación para la industria alimenticia. Además dispone de un banco de alimentos y una escuela para niños en situación de riesgo, iniciativas que Bon Jovi lleva realizando más de una década en el estado en el que se crió.
A finales de febrero hizo pública su colaboración con el príncipe Enrique de Inglaterra. Juntos grabaron en los estudios de Abbey Road —donde los Beatles crearon 11 de sus 13 álbumes— Unbroken, una canción solidaria, compuesta por el músico, con el fin de recaudar fondos para la Fundación Invictus, que ayuda a veteranos del ejército con lesiones por estrés postraumático.
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