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Dani Rovira, el chico que cae bien a todo el mundo

El actor, que ha revelado que padece cáncer, se ha convertido en un personaje muy admirado que triunfa en lo profesional y en lo personal, con la solidaridad como bandera junto a su pareja, Clara Lago

Dani Rovira, en la gala de entrega de los premios Goya 2015.
Dani Rovira, en la gala de entrega de los premios Goya 2015.Juan Naharro Gimenez (WireImage)
Maite Morate

En 2014, tras el estreno de Ocho apellidos vascos —por la que ganó el Goya a mejor actor revelación—, Dani Rovira se convirtió en el actor español del momento. Un título que ha ido actualizando desde entonces año tras año. Después de la exitosa película de Emilio Martínez-Lázaro que le lanzó a la fama, llegó la secuela, Ocho apellidos catalanes, que volvió a arrasar en taquilla, y también su relación formalizada con su compañera de reparto, Clara Lago. A esto le siguió hacerse cargo de la gala de los Goya tres años consecutivos, con polémicas declaraciones entre medias por los insultos recibidos a través de las redes sociales al no convencer su papel como conductor de la ceremonia del cine español. Mientras, durante y después continuó protagonizando películas, en su mayoría comedias, que supo combinar con su faceta más solidaria.

Creó junto a su compañera la Fundación Ochotumbao, que trabaja para mejorar la vida de los más desfavorecidos, la conservación del medioambiente y la defensa de los animales. Algo que le ha llevado a difundir su discurso benéfico por prensa, radio y televisión, a través de su colaboración en El Hormiguero, su podcast en la Cadena SER, documentales como el de Todos los caminos, con el que se da visibilidad a la enfermedad rara Síndrome de Rett, o las funciones de teatro Improviciados, que desde hace varias navidades realiza en su tierra natal, Málaga, destinando todo lo recaudado a causas solidarias. Todo esto aderezado con un pequeño salto a Hollywood, donde el actor ha participado en la próxima película de Jaume Collet-Serra, Jungle Cruise, protagonizada por Dwayne La Roca Johnson y cuyo estreno está previsto para este verano.

Dani Rovira conversa con Enrique González Macho, en los premios Goya.
Dani Rovira conversa con Enrique González Macho, en los premios Goya.Claudio Álvarez

Y es que el apetito de este malagueño, que comenzó a ganarse la vida recorriendo los pueblos y ciudades de España de bolo en bolo con monólogos de humor, es imposible de saciar. Los que lo conocen dicen de él que es pura energía. Su mente no para de crear y está abierto a cualquier proposición. No le da miedo probar cosas y confía en que el mundo se convierta en un lugar mejor. Para ello, él está dispuesto a aportar su granito de arena y, por ello, se declara públicamente antitaurino, es vegano, tiene tres perros adoptados y colabora siempre que puede en causas solidarias.

Dani Rovira, junto a sus tres perros.
Dani Rovira, junto a sus tres perros.Nani Gutiérrez

Aunque el desparpajo de sus principales papeles cinematográficos solo lo muestra en las distancias cortas, su naturalidad y simpatía le facilitan su relación con el resto del mundo. La fama le ha marcado mucho, y no siempre para bien. Se dio cuenta cuando un día bajó a tirar la basura en bañador y tenía a los fotógrafos apostados en su portal. O cuando cogió un avión a Ibiza y sintió en su nuca los flashes de los móviles que le apuntaban mientras recorría el pasillo hasta encontrar su asiento. El perder el anonimato en un abrir y cerrar de ojos le hizo perder, también, un poco el norte. Ser consciente de que todo lo que hacía o decía creaba opinión le llevó por un camino que no gustó a todos.

Durante un tiempo, pasó de ser “el gracioso de Dani Rovira” a “el borde” o “el seco” simplemente porque no respondía con una sonrisa cuando alguien le paraba por la calle o le frenaban en sus habituales carreras por Madrid Río para pedirle una foto. De eso también sabe su —de nuevo— pareja Clara Lago. Ella tuvo que disculparse después de que en una entrevista se quejara de la incomodidad que sufre cuando sale a la calle debido a los que la paran simplemente por ser famosa, sin saber su nombre o su trabajo. “Lo siento por aquellos a los que he ofendido, la vida es un aprendizaje”, escribió en Twitter la actriz para aclarar que con sus palabras se refería solo a “una minoría maleducada”. Los fans hay que cuidarlos y eso lo han aprendido ambos.

Dani Rovira y Clara Lago, en noviembre, en Madrid.
Dani Rovira y Clara Lago, en noviembre, en Madrid.

Quien ha trabajado o convivido con Dani Rovira destaca su “humildad”, “honestidad” y, sobre todo, su “lealtad” y su “coherencia”. La misma que ha usado este miércoles al anunciar a través de sus redes sociales que padece cáncer. El cómico ha dejado a un lado el humor para contar al mundo que hace una semana los médicos le diagnosticaron linfoma de Hodgkin. Pero, volviendo a hacer gala de esa valentía que le llevó a presentar los Goya dos veces más después de un cuestionado y criticado debut o la misma que le empujó a levantarse cuando fue atropellado junto a sus compañeros de ruta mientras montaban en bicicleta por un reto solidario, Rovira se enfrenta ahora a su enfermedad sin miedo y sin temor. “Estoy tranquilo. Llevaré estos meses una mochila, quizá, un poco más pesada en tiempos de incertidumbre, miedos y pandemia. Pero no me faltan fuerzas ni ganas para salir airoso de esta”, escribió en la misma publicación donde revelaba que ha retomado su relación con su “compañera de vida”, Clara Lago. El Rovi, como le llaman su familia y sus amigos del barrio, sigue al pie del cañón.

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Sobre la firma

Maite Morate
Es redactora en Última Hora y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Antes trabajó en el diario digital Redacción Médica y en la Cadena SER. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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