Alejandra Rubio, heredera del clan Campos para bien y para mal
La hija de Terelu Campos ha desembarcado como colaboradora en los programas de Mediaset pero también se ha convertido en parte del circo mediático
Se veía venir por la propia deriva que había tomado el perfil profesional de su abuela, María Teresa Campos, de su madre, Terelu Campos, y de su tía, Carmen Borrego. Alejandra Rubio, hija de Terelu, nieta de María Teresa, sobrina de Carmen ya es oficialmente una más en el universo de Mediaset. Lo que ocurre, es que como en el caso de su familia, lo es para bien y para mal. Para cobrar por los videoblogs que publicaba hasta el pasado mes de diciembre en el canal Mtmad, para continuar haciéndolo ahora como tertuliana en varios programas de la cadena y para convertirse en carne de cañón de los mismos. Entrar en la rueda forma parte del juego y cuando su madre y su tía, se han retirado a un segundo plano desbordadas por su propia exposición pública y por la inquina de sus compañeros, la benjamina del clan se lanza a la misma arena.
En marzo de 2018 comenzó a allanarse el camino de Alejandra Rubio en el mundo de la comunicación con una portada en la revista ¡Hola! acompañada de su madre. Acababa de cumplir 18 años y de celebrarlo con una fiesta en una discoteca de moda en Madrid a la que estaban invitados sus amigos pero también, y muy especialmente, todos los famosos y televisivos compañeros de su madre, que por entonces todavía formaba parte del equipo de colaboradores de Sálvame. En el reportaje una gran exclusiva: Alejandra adelantaba que era una apasionada por la moda y que desde pequeña hacía bocetos que luego su abuela entregaba a costureras para que pudiera lucirlos. Lo tenía claro: iba a estudiar Diseño de Moda y a orientar su futuro profesional en este terreno.
Su madre, por su parte, recordaba que cuando había visto que la hija de Eugenia Martínez de Irujo y Francisco Rivera, Tana, había cumplido 18 y se había abierto la veda en las revistas del corazón para captar cuantas más imágenes mejor de ella, pensó: “La que nos viene encima”. Pero puntualizaba que su hija, Alejandra "ha aprendido que tiene que tomarse las cosas con la mayor naturalidad. Que te hagan una foto no es una cosa terrorífica. Pero ella será más Andrea [ por la hija de Belén Esteban] que Isa [ por la hija de Isabel Pantoja]”, dijo Terelu Campos en referencia al deseo de anonimato que había expresado la hija de su compañera Belén Esteban después de la persecución que sufrió al alcanzar la mayoría de edad.
Los casi dos años que han pasado desde esa portada han demostrado que Terelu Campos erraba el tiro y que su hija ha olvidado el Diseño de Moda y se ha dejado llevar por la estela familiar. El problema es que su abuela, María Teresa Campos –antes de abrir a la cámara sus miserias familiares en el reality Las Campos, que quería imitar al que ha hecho famosas a la madre y hermanas Kardashian– ejerció de periodista y consiguió llegar a ser una de las grandes comunicadoras de este país; su madre presentó programas y su tía actuó como directora de algunos de ellos. Alejandra ha llegado a los programas de Mediaset con las alforjas vacías y en una época en la que forma parte del espectáculo airear las vidas personales de los colaboradores con incluso más saña que la que se emplea con otros personajes ajenos a la cadena.
Este es el escenario en el que se ha incorporado Alejandra Rubio a este peculiar campo de juego en el que ya no funciona la sombra protectora de María Teresa Campos, a todos los efectos apartada de la cadena desde que cancelaron su programa ¡Qué tiempo tan feliz! en marzo de 2017 después de ocho años en antena. El desembarco de su nieta llegó en forma de vídeos de su vida cotidiana que colgaba en la plataforma Mtmad, un canal dirigido a los más jóvenes que se mueven en las redes sociales a la caza de saber qué es de esos rostros conocidos que cuentan con miles se seguidores en Instagram. Distintos medios afirmaron que la joven recibía 4.000 euros por este trabajo y poco después su pasión por la moda pasó a un segundo plano, al menos en lo que a estudiar Diseño se refiere. Este año ha sido su estreno como tertuliana, opinadora o cómo quiera definirse ese papel multidisciplinar, primero en el programa La isla de las tentaciones y después en Supervivientes y Viva la vida.
Durante la última semana, Rubio, todavía muy verde en sus intervenciones, ha dado un nuevo salto y ya ha pasado a convertirse en objeto de rumores que afectan a su vida privada. Como no podía ser de otra forma, el informador que los airea es uno de sus propios compañeros, Rafa Mora. Según este colaborador, la nieta de María Teresa Campos mantiene una nueva relación sentimental con otro de los colaboradores del programa, Suso, antiguo concursante de Gran Hermano y Supervivientes (como se puede observar todo queda en casa); y, ahí va la siguiente, le fue infiel a su antiguo novio, un Dj llamado Álvaro Lobo con quien ha estado viviendo y con quien finalizó su relación a principios de este año. La guinda del pastel la ha puesto el mismo Lobo que se ha incorporado al circo televisivo y amenaza con contar secretos de familia si llega el caso. El mensaje en sus redes sociales es metafórico pero revelador: “Sigamos encendiendo la mecha que tengo todo lo que no se ha tirado en fallas en mi casa”, ha publicado en una historia de Instagram.
La respuesta de Rubio continúa en el mismo tono misterioso: “Mientras la ignorancia habla, la inteligencia calla. Preparada para todo y más”. Es oficial: la hija de Terelu Campos forma ya parte de este circo de tres pistas que se llama televisión del entretenimiento, según los códigos de Mediaset. Ahora solo queda observar si sabe salir indemne y con más seguidores en sus redes sociales que le permitan convertirse en influencer o si termina tan quemada como su abuela, su madre y su tía.
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