Ensalada de pollo con rabanitos, habas y vinagreta de limón
Este plato es un festín de sabores y colores que además ofrece mil versiones: puedes cambiar la base de rúcula por otra hortaliza de hoja verde o poner los rabanitos frescos en lugar de encurtidos
Alabadas sean las ensaladas, siempre salvadoras de nuestras comidas cuando el calor estival nos quita hasta los últimos resquicios de energía del cuerpo. Son uno de los mejores platos para dejar volar la imaginación, al mismo tiempo que son una opción saludable –a no ser que hagas una de esas marranadas de TikTok con bacon y cheddar–, rica y generalmente barata.
Esta ensalada es una bonita combinación de sabores y colores con la que puedes jugar como te plazca. La rúcula es la base pero puedes intercambiarla por cualquier otra hortaliza de hoja verde: lechuga, espinacas baby, canónigos, etc. Los rabanitos y la zanahoria, en este caso, son encurtidos, sin embargo, si no quieres ponerte a encurtir, frescos también van a la perfección (y si aún así quieres ese punto avinagrado puedes añadir unos pepinillos picados). El pollo lo hacemos rápidamente –no más de 12 minutos– en la sartén.
Si tienes sobras de pollo u otra carne, a por ellas; ¿quieres cambiarlo por un lomo de salmón a la plancha?, dale; ¿sigues una dieta vegetariana o vegana?, una burrata, un huevo, unos garbanzos cocidos o tofu a la plancha son tu salvación. En cuanto a las habas: eliminamos las vainas, las coceremos y luego les quitaremos esa segunda piel que puede llegar a ser demasiado dura y amarga. Si compras unas habas tiernas no tienes por qué hacer este último paso. La vinagreta de limón tiene un carácter fresco, con una acidez más punzante y, evidentemente, más frutal que la de vinagre. Añadimos un poco de miel y de mostaza para suavizarla y que no se nos arrugue la cara al comer la ensalada.
Tiempo: 25 minutos
Dificultad: La de cocer las habas
Ingredientes
Para 2 personas
- 1 pechuga de pollo
- 100 g de rúcula
- 4 o 5 rabanitos frescos o encurtidos
- 1 zanahoria pequeña o zanahoria encurtida
- 100-150 g de habas (sin la vaina)
- 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 2 cucharadas de zumo de limón
- 1 cucharadita de ralladura de limón
- 1 cucharadita de mostaza de Dijon
- 1 cucharadita de miel
- Tomillo
- Sal
- Pimienta negra
Instrucciones
Llevar agua con sal a ebullición en un cazo y preparar aparte un bol con agua y hielo. Cocer las habas durante cinco minutos en el agua hirviendo, retirar con una espumadera y ponerlas en el bol con agua fría.
Mientras, salpimentar bien la pechuga y añadir un poco de tomillo seco u otra hierba. Calentar una sartén antiadherente a fuego medio-alto y añadir un chorrito de aceite de oliva. Dorar la pechuga un minuto por cada lado. Bajar el fuego, tapar y dejar cocinando durante 10 minutos. Retirar y dejar reposar mientras se prepara el resto.
En un bol mezclar la rúcula, los rabanitos y la zanahoria cortados en láminas –la zanahoria se puede cortar con un pelador–. Pelar las habas y añadirlas al bol.
En un bol pequeño o en un bote con tapa mezclar muy bien el zumo y la ralladura de limón, el aceite de oliva virgen extra, la miel, la mostaza de Dijon y sal y pimienta negra al gusto.
Verter la vinagreta en el bol y mezclar todo bien. Servir en un plato o bandeja.
Cortar la pechuga en láminas gruesas y presentar encima de la ensalada.
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