Menú semanal de El Comidista (13 al 19 de febrero)

Cocinamos una coliflor entera, le damos un masaje con un aliño de hierbas y especias y la acompañamos de puerro y chirivía. 

El yogur ablanda la carne del pollo y además facilita que el sabor y aroma de las especias se fundan en ella.

¿Por qué comprar magdalenas cuando son tan fáciles de hacer? Adapta las reinas del desayuno y la merienda a tu gusto. 

Si se puede mezclar la gastronomía de Texas y México, ¿por qué Francia y España no pueden cruzar sus dos sopas más emblemáticas?

Al plato, en un buen panecillo con extra de queso, en táper para comer en el trabajo o para una barbacoa con amigos. Resístete si puedes. 

Lo tiene todo: es jugosa, dulce, nada empalagosa, y cargada de toneladas de vitamina C. Son nuestra salvación frutera en el invierno.

Hacer albóndigas sin tirarte media vida en la cocina y dejarla más sucia que un taller de coches es posible (y te lo demostramos). 

Unos dados de patata cocida y un puré cremoso de boniato son la base de un juego de texturas en el que también participan la cebolla y el pimiento. 

Otro postre adoptable que necesita nuestro amor, un pastel de calabaza granadino con tanta verdura que casi no cuenta como vicio.

Engordamos un fondo vegetal triturando setas, verduras y un fruto seco con resultados erótico festivos y una textura muy parecida al tradicional ramen.

¿Por qué es tan difícil hacer huevos escalfados? ¿Tengo que ofrecer mi alma al diablo para hacer salsa holandesa?

No empapuza, no empalaga, se hace en dos patadas (o sea, en 5 minutos) y encima queda bonito. ¿Qué más se puede pedir? 

Sanas, saciantes, frescas y llenas de sabor: las ensaladas que harán del invierno un oasis vegetariano existen. El truco está en combinar. 

Cerdo con tomate, aceitunas, jamón y huevo cocido: una receta más vieja que la tos de un plato prácticamente extinguido que vale la pena recuperar.

Aunque de factura un tanto rústica, la versión casera de la clásica pasta de cacao y avellanas supera en sabor y calidad a las industriales. 

Está tan bueno, que nos da igual que no sea Navidad. Eso sí, adaptamos la receta sin langostinos acartonados ni lechuga iceberg.

A medio camino entre Inglaterra y Sevilla, les ponemos patitas –y sepia– a los "fish and chips" más canónicos y los paseamos por el sur.

Un plato italiano tradicional que tiende un puente hacia Oriente gracias a uno de sus ingredientes más refrescantes: el jengibre.

Ya va siendo hora de que aprendas a asar cordero. Sal de la ignorancia con una receta para seres sin manos ni cerebro.

Es decir, un 'bloody mary' con cerveza. ¿Una guarrada? Eso pensábamos hasta que lo probamos el otro día en casa. Caeréis rendidos a sus encantos.