Guirlache, el dulce almendrado mestizo aragonés
Almendras tostadas con su piel y un caramelo crujiente sencillísimo: es más fácil preparar este dulce en casa que sacárselo cuando se pega a una muela
El que llaman ‘turrón aragonés’ es de origen árabe y de nombre francés. Semejante mezcla nos enseña que todo, incluso los dulces de Navidad, es consecuencia de un cruce cultural: de una historia que implica el intercambio entre pueblos y un aprendizaje en constante evolución. Este, a veces puñetero, bocado –nadie ha comido guirlache sin quedarse con un trozo pegado a la muela el resto de la tarde–, nos transporta al apogeo del dulce en nuestra península. La población árabe no perdonaba el postre, de ahí que muchas de nuestras recetas azucaradas actuales tengan sus orígenes en Al-Andalus.
Trajeron consigo una elaboración a base de almendra y azúcar, muy similar al turrón, que solo ganó popularidad en aquellas zonas donde abundaban estos ingredientes. No es de extrañar que tanto en Aragón, como en Cataluña y la Comunidad Valenciana, tengamos tantos dulces a base de almendra. Luego llegaron los franceses, a los que al parecer les gustó bastante esta elaboración: de tanto nombrarla acabaron cambiándole hasta el nombre, que terminó popularizándose como guirlache (grillage significa ‘algo tostado’).
A día de hoy, puede encontrarse elaborado artesanalmente en cualquier pastelería de Aragón: a pesar de que al principio cuesta hincarle el diente, tras tantos años viéndolo en la bandeja de los polvorones, acabas cogiéndole cariño. La combinación del caramelo tostado y la almendra con piel le confiere un sabor característico, al final adictivo, y es tan fácil de hacer que lo convierte en una alternativa más manejable para preparar en casa que el turrón clásico.
Tiempo: 30 minutos
Dificultad: Muy fácil
Ingredientes
Para 6-8 raciones
- 100 g de almendras crudas con piel
- 100 g de azúcar
- 1 cucharada de zumo de limón
Instrucciones
Colocar las almendras en una bandeja de horno. Hornear a 130º hasta que estén tostadas.
En un cazo colocar el azúcar, el zumo de limón y dos cucharadas de agua. Calentar a fuego medio hasta que se caramelice y coja un color marrón.
Retirar el cazo del fuego e incorporar las almendras. Mezclar y disponer en un molde para turrón -o para plum cake, si se tiene más a mano-, con cuidado para no quemarse. Dejar enfriar completamente antes de cortar.
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