Cinco cócteles clásicos latinos para refrescar el verano
El clásico ‘pisco sour’, un refrescante daiquiri, mojito cubano, vamos hasta México para tomarnos un margarita, y terminamos con una piña colada: estas cinco recetas te proporcionarán una bebida equilibrada y no demasiado dulce, dejando que todos los ingredientes brillen
Hasta aquí hemos llegado: esta es la señal que necesitabas para dejar de beber vodka con limón en todas tus fiestas y pasarte a los cócteles un poco más sofisticados, un poco más divertidos de beber. No porque el clásico cubata, copa, combinado o como quieras llamarlo tenga mal sabor, pero tal vez se ha vuelto un poco aburrido; sobre todo porque llevas bebiendo lo mismo desde aquella noche en la que empezaste a salir hace mucho, mucho tiempo.
Hoy en El Comidista os traemos cinco cócteles perfectos para vuestros festejos veraniegos, refrescantes y deliciosos, y que comparten una característica común: todos vienen de Latinoamérica. Viajamos a Perú para el clásico pisco sour, a Cuba para un refrescante daiquiri y de paso, nos bebemos también un mojito. Seguimos hasta México para un buen margarita, y terminamos en Puerto Rico para tomarnos una piña colada. Todos ellos son cócteles famosos internacionalmente, pero también internacionalmente maltratados: estas cinco recetas te proporcionarán una bebida equilibrada y no demasiado dulce, dejando que todos los ingredientes brillen.
La coctelería tiene, como todo el mundo de las bebidas, mucho misterio a su alrededor, es muy intimidante. Pero no dejes que las palabras grandilocuentes y las medidas exactas te acongojen: hacer cualquiera de estos cinco cócteles es extremadamente sencillo, y muchísimo más barato que pedirlos en cualquier barra especializada. Además, quedas mucho mejor con tus invitados si les dices que les has preparado piñas coladas, que si pones un WhatsApp diciendo “¿quién compra el ron y la cola?”.
Daiquiri
El daiquiri es uno de esos cócteles que hay que tomar con moderación, porque es casi en su totalidad ron blanco. Por eso se va a beneficiar mucho de que uses un ron de calidad, que no sepa al alcohol que usas para curarte las heridas. Proviene de Cuba, y aunque no pretendo que cambies tu forma de decirlo -yo tampoco lo he hecho después de enterarme- quizás te interese saber que realmente se dice “daiquirí”, siendo una palabra aguda.
De nuevo, vamos a hacerlo en coctelera, pero puede hacerse en una batidora multiplicando los ingredientes todas las veces que quieras. Como en el pisco sour, vamos a necesitar también un sirope doble: si te metes en el mundo de la coctelería, acostumbrarás a tener este tipo de preparaciones a mano, porque se necesitan en muchas recetas. Añade al vaso de la coctelera 50 mililitros de un buen ron blanco y 15 de zumo de lima -el de media, más o menos-, pero antes de cortarla, saca con un pelador una tira de peladura para finalizar la bebida después.
Seguimos con 10 mililitros de sirope doble y, opcionalmente, cinco gotas de bíter o angostura para darle un poco más de complejidad. Llenamos 3/4 partes del vaso de la coctelera con hielo y agitamos durante 15 segundos. Si estás utilizando una batidora, añade un hielo por cada ración de la receta que estés haciendo, y tritura durante 10 segundos. Sírvelo inmediatamente en una copa y retuerce la peladura de limón por encima, para exprimir los aceites que contiene y aromatizar el trago (también puedes decorar con un cuarto de lima en el borde).
Pisco sour
El pisco sour es probablemente, junto al cebiche, la bandera de la gastronomía peruana: un trago ácido y refrescante, que te despierta y abre el apetito. El pisco, para los que no lo conozcan, es un aguardiente de uvas, similar al brandy o el coñac, pero sin madurar en barricas de madera. Aunque hay unas cuantas variedades, se suele recomendar el acholado para la preparación de cócteles, que se produce con una mezcla de uvas, siendo más suave y dulce que la versión fuerte, el pisco quebranta.
Vamos a comenzar haciendo un sirope doble, es decir, dos partes de azúcar y una de agua: añade a un cazo 100 gramos de azúcar y 50 mililitros de agua, ponlo a fuego medio, y mezcla hasta que el azúcar se haya disuelto. Pásalo a un bote y deja que se enfríe completamente. Vamos a hacer el pisco en coctelera, para hacer una sola copa, pero puedes multiplicarlo las veces que quieras, añadir todos los ingredientes al vaso de una batidora, y hacerlo para todos los invitados que tengas.
Añade a la coctelera 60 mililitros de pisco, 25 de zumo de lima -un poco menos del zumo de una lima entera-, 15 mililitros del sirope que hemos preparado, y por último, 15 gramos de clara de huevo. Pesar la clara de huevo es un poco complicado por su consistencia, la cantidad es más o menos una cucharada colmada. Si te suena raro poner una clara cruda en una bebida, no te alarmes: es una práctica muy común en coctelería, para darle un poquito más de textura, y sobre todo, crear espuma por encima. Cierra la coctelera, y haz un agitado en seco (sin hielo) de 15 segundos.
Abre la coctelera, añade cubitos de hielo hasta llenar 3/4 partes del vaso, y agita durante 15 segundos efusivamente, para crear una buena espuma y enfriar todo bien. Si estás preparándolo en una batidora, añade dos cubos de hielo por cada ración de la receta y bátelos durante 10 segundos. Solo queda servir, preferiblemente colándolo (puedes dejar el hielo si lo has triturado, en versión frozen). Puedes beberlo tal cual, o rematarlo con tres gotas de bíter o angostura.
Mojito
Ay, el mojito, el legendario mojito. Decía en la introducción que todos estos cócteles son internacionalmente maltratados, pero este pobre se lleva la palma: o bien demasiado dulce, o bien con el mismo sabor que la pasta de dientes, o bien diluido en hielo hasta el hastío. Lo mejor de todo es que no tiene ningún misterio, y es mucho menos laborioso que lo que muchas recetas te hacen creer.
Lo primero que necesitamos es un vaso alto, y a poder ser, bastante amplio, de unos 350 mililitros de capacidad; lo segundo, y más importante para que la receta sea un éxito, es hielo machacado: cubitos de hielo triturados, que aún tengan trozos afilados y de un tamaño mediano, para que no se diluyan instantáneamente y agua agua nuestroi mojito. Añade al vaso vacío 15 hojas de menta o hierbabuena, 60 mililitros de ron, 10 de sirope doble, el zumo de media lima (15 mililitros), y la otra mitad de la lima cortada en dos. Llena la mitad del vaso con hielo triturado, y con una cuchara mezcla todo efusivamente, con movimientos verticales: buscamos que los filos del hielo extraigan los aceites esenciales de las hojas de menta y la cáscara de la lima, por lo que hay que hacerlo con ganas.
Hay recetas que recomiendan machacar previamente las hojas con azúcar para una extracción óptima, pero yo encuentro ese tipo de mojitos demasiado dulces y, sobre todo, con demasiado sabor a menta (además, las hojas se quedan pochas y feas). Una vez todo esté mezclado, rellena el resto del vaso con hielo machacado, y después, finaliza con 15 mililitros de soda (no 7up o Sprite, que ya son súper dulces de por si). No me voy a poner purista y te voy a dar un consejo: en el caso de que no quieras comprar soda y vayas a utilizar uno de esos dos, omite el sirope doble que hemos añadido previamente, para compensar el dulzor extra. Con una cuchara remueve un par de veces el vaso, y listo.
Margarita
Como con el daiquiri, con el margarita hay que tener un poco de cuidado, porque cuando te des cuenta te habrás bebido cinco y estarás replanteándote tus decisiones. Es un trago clásico y popular por algo: perfectamente equilibrado, con una acidez que lo hace adictivo y refrescante, y por supuesto, ese borde del vaso con sal, que se que tiene muchos detractores, pero que a mí me vuelve loco. Vamos a comenzar por ahí, por el borde de sal: extiende en un plato llano un poco de sal, y después, corta media lima en cuartos y humedece con uno de ellos la parte exterior de la copa o vaso donde vayas a servir el margarita. Hay que tener cuidado de no pasarse humedeciéndolo, y sobre todo no hacerlo por dentro del vaso, porque tampoco queremos que haya demasiada sal. Por último, unta el borde del vaso en la sal, y listo.
Para hacer el cóctel: en una coctelera añade 50 mililitros de tequila, 25 de triple seco, 25 de zumo de lima, y por último, dos gotas de una solución salina 4:1. Este ingrediente es parecido al sirope doble que hemos utilizado en las otras recetas, se encuentra en muchísimos cócteles. Así como añadimos sal a la comida para intensificar sus sabores, estas dos gotas van a hacer que el cóctel sea mucho más sofisticado. Para preparar la solución, simplemente mezcla 20 gramos de sal con 80 mililitros de agua en un cazo sobre fuego bajo hasta que se haya disuelto, y después enfríalo completamente.
Si no eres muy fan de las bebidas muy ácidas, como es el caso del margarita, puedes balancearla un poco con cinco mililitros de sirope doble. Llena 3/4 partes de la coctelera con hielo, y agita durante 15 segundos. Sírvelo inmediatamente en la copa con el borde de sal, y a disfrutarlo.
Piña colada
“If you like Piña Coladas…”. Este es el cóctel que automáticamente te transporta al verano, y punto. Es el favorito de muchos que aún no lo saben, porque si te gustaba el clásico Malibú con piña, la piña colada es su versión adulta, para los paladares un poco más exigentes. Este cóctel vamos a hacerlo directamente en batidora, porque es la única forma de prepararlo, así que es ideal para preparar muchos a la vez (las cantidades de la receta son para cuatro vasos).
El ingrediente clave para una piña colada buena es un buen zumo de piña. No cuesta nada prepararlo tu en casa: compra una piña madura en el mercado, pélala, córtala en octavos, quítales el corazón, córtalos en cubos y tritúralos junto a un vaso de agua fría, dos minutos, hasta que no tenga grumos y esté espumoso. Después, tamízalo, dejando atrás toda la fibra.
Con nuestro zumo de piña casero listo, pongámonos manos a la obra: añade al vaso de la batidora 240 mililitros de ron blanco, 420 del zumo de piña, 60 de zumo de lima (unas dos limas), y ocho gotas de la misma solución salina 4:1 que hemos hecho en el margarita, para realzar todos los sabores. Hasta ahí la parte líquida del cóctel, vamos con la cremosa: 90 mililitros de leche de coco; importante, que tenga más del 75% de concentrado de coco, ya que hay algunas que vienen muy cortadas con agua.
El ingrediente típico para la piña colada es crema de coco en vez de leche, una versión condensada y endulzada: es bastante difícil de encontrar en España, así que para compensar su falta, vamos a añadir también dos cucharaditas de azúcar. Finalmente, 30 mililitros de nata para cocinar -que no para montar-, con un porcentaje de materia grasa alrededor del 18%, la cual le va a dar a la bebida su clásica cremosidad y toque lácteo. Rematamos con seis cucharadas colmadas de hielo triturado, y batimos todo durante 10 segundos. Solo queda servirlo y finalizarlo con un trocito de piña en el borde del vaso y una pajita (de metal, que estamos en 2023).
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