Daniel Cafè: un menú del día imbatible
Este bistró de cocina francesa ofrece un menú de mediodía que atrae a todos los oficinistas de su zona en Barcelona. No es casualidad: se come de maravilla y sin tonterías.
¡Por fin! ¡Por fin un restaurante normal!
¿Normal? Supongo que te refieres a que Daniel Cafè es una casa de comidas de cocina francesa tradicional. Es decir, un bistró. ¿Es eso?
Sí, es que me tienes un poco harto con tanto restaurante asiático, de fusión, spicy y todo eso…
Pues estás de enhorabuena. Daniel Brin es un cocinero de Perpiñan, hijo de carniceros y formado con Romain Fornell –estrella Michelin en Caelis (Barcelona)–, entre otros.
De sus padres heredó alguna de las recetas de su carta y de Fornell supongo que técnica culinaria.
Hará una cocina pesada, con mucha mantequilla y eso, ¿no?
Decir que la cocina francesa es pesada es tanto como aquello de que España huele a ajos. Tópicos.
El restaurante de Daniel está debajo de una de las torres del 22@, el barrio tecnológico de Barcelona que se despliega al sur de la Plaza de las Glorias. Concretamente, está debajo del edificio de Mediapro.
¿Y qué?
Pues que la mayor parte de su clientela –a mediodía duplica y triplica turnos– son oficinistas. Y hacer la digestión de la boa al volver al trabajo no gusta a nadie.
Ah. ¿Y qué comen los oficinistas, pues?
Puedo contarte lo que comí yo, a saber: un paté de campaña elaborado en el restaurante que sabía a hígado de conejo, grasita animal y que era jugoso hasta decir basta. Muy rico.
A continuación, una crema de patata con huevo escalfado y foie a la plancha. En el menú del día este plato se sirve con jamón en lugar de hígado, pero Daniel insistió y yo no puedo negarme a un trozo de foie, supongo que eso no me hace parecer muy vegano. El caso es que sólo la crema de patata ya merece una mención: aterciopelada y sabrosa, sólo puede conseguirse ese punto con amor y conocimiento. El huevo y el hígado, como es obvio, le iban que ni pintados a la crema.
Seguí con un rosbif con verduritas salteadas, perfecto el punto de la carne y de las verduras, algo que debería darse por sentado pero, ehem, no. La carne también iba acompañada de una muy buena salsa bearnesa y…
¿…Y?
Perdón, es que al recordar las patatas fritas he tenido un amago de orgasmo. Eran deliciosas, perfectas.
Muchos tenemos la teoría de que preparaciones aparentemente sencillas como unas patatas fritas marcan la calidad de un restaurante, Alguien que se toma la molestia de pelar, cortar y freír bien unas simples patatas merece un aplauso.
¿Acabamos?
Bueno, comí un par de cosillas más. Una cazuelita de buey a la Borgoñona, buey estofadito con salsa de vino. Es una de las especialidades de Daniel y estuvo magnífico, reconfortante y muy tierno
Luego llegó una magnífica cassoulet, la alubiada con longaniza y cerdo típica del Languedoc que Daniel borda. La termina con una capa crujiente de pan rallado.
Estaba a punto de explotar, pero conseguí comerme una merluza con ratatouille, el pisto francés. Buenísimo el punto de la merluza, jugosa, y extraordinaria la ratatouille, con una profundidad de sabor inaudita.
Y cuando ya iba a rendirme llegó una Îlle Flottant, merengue sobre crema inglesa, y un surtido de tartas, destacable la de chocolate y la de limón.
¡Kaboom! ¿Ganaste unos kilitos, no?
Me temo. Para bajar la comida regué el asunto con un par de copas de un vino de Côtes du Rousillon, afrutado pero muy capaz. Prácticamente sólo tienen vinos franceses, cosa que me parece muy cabal.
Caramba. ¿Ése es el menú del día del que hablas en el titular?
No, no. A mí me hicieron un Director’s Cut. El menú del día consta de un entrante, un plato principal y un postre. Incluye la bebida y el café y sale por 12,50€. El día de autos un comensal cualquiera podría haber elegido la crema de patata, con huevo y jamón; el rosbif y la Îlle Flottant. Pero publican a diario el menú en su página de Facebook.
Pas mal.
Au contraire.
Daniel Cafè. Avenida Diagonal, 177. Barcelona. Tel. 935 579 898. Mapa.
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