Menú semanal de El Comidista (8 al 14 de agosto)

La endivia es una hortaliza que acostumbramos a comer cruda, pero asada está también riquísima. 

El relleno hace que esta parte del pollo, de natural sosa y tendente a quedar más seca que una sandalia, salga jugosa y rebosante de sabor.

Las recetas norteamericanas suelen llevar guindas (sour cherries, las llaman). Aquí nos conformamos con rellenar la tarta de cerezas normales. 

¿Hasta el níspero de gazpacho? Aquí tienes una crema fría minimalista para la que no necesitarás ni tiempo, ni esfuerzo, ni cerebro.

Un plato completo y sabroso que se puede tomar perfectamente al aire libre y a temperatura ambiente, pariente del tabulé con pescado.

Debe tener una mancha amarillenta en la zona que ha estado en contacto con la tierra, y al darle golpecitos con los dedos se debe "sentir hueca".

Una ensalada fresca, vegetariana, ligera y verde como los mismísimos Alpes suizos, la cáscara de una sandía o la rana Gustavo.

El cebiche más tradicional no lleva aceite, pero esta salida de lo clásico le da un punto más ensaladero. Si eres integrista, no tienes más que eliminarlo.

Más que un postre completo, esta receta es una propuesta de acompañamiento para helados, yogures o quesos frescos bien fríos.

¿Se puede vivir sin ensaladilla rusa? Algunos creemos que no. Aquí tienes unos cuantos consejos para hacerla y comerla a la manera clásica.

La caballa minimalista a la plancha, el huevo cocido y el punto agrio de las alcaparras combinan muy buen con los espárragos. 

Son perfectas para comerlas cuando te da el ataque de vagancia y pasas de pelar fruta, porque la piel no da cosica.

El ajo negro se convierte en protagonista de una nueva versión de la clásica sopa fría. Pero esta es apta para ajofóbicos y compatible con besos con lengua.

Son perfectas para picnics montañeros o playeros, aunque en este caso habrá que cambiar la salsa por una sin lácteos.

Lo puedes tomar a cualquier hora del día, y su combinación de ingredientes es muy mediterránea -ergo sana- al llevar higos, aceite de oliva y romero

Esta receta nace de un pequeño desastre: la ultracocción de unas judías verdes motivada por la distracción. El pesto obraró el milagro de resucitar el producto.

Para mí, un verano no es verano sin anchoas rebozadas. En esta versión  mediterránea las rellenamos con aceitunas verdes, ajo, queso y pan rallado.

Sabemos que pelar las habas es un curro, pero de verdad que vale la pena si son grandes.

El calor que paséis en la cocina compensa, porque el dulzor y la acidez de las 'natalinas' resultan idóneas para acompañar el gorrino.

La horchata combina bastante bien con la canela y el ron. Un toque de avellana redondea este combinado poco alcohólico.