La Pajarita: Fusión sin confusión
¿Es posible mezclar cocinas tan distintas como la mexicana, la china y la mediterránea sin que te salga una ñapa? En el restaurante La Pajarita demuestran que sí.
¿De qué va el restaurante?
Bar La Pajarita abrió hace siete meses muy cerquita del Mercado de Barceló. Sus propietarios, Víctor Aleñar (casi “aliñar”, qué pena) y Ricardo Andrade, dicen que hacen comida divertida. Así, sin más teoría ni genoma creativo. A mí me parece que hacen eso y otra cosa: una cocina muy actual que fusiona influencias de México, China, Perú y el Mediterráneo sin que la mezcla se les desmadre.
Para sumar diversión, los platos están pensados para ir al centro y ser compartidos. Vamos, lo de la tapa de toda la vida. Se podría resumir en tres palabras diciendo que en Bar La Pajarita hacen tapas de fusión.
¿Está buena la comida?
Muy buena, la verdad. Se nota que Ricardo, jefe de cocina, es mexicano y ha trabajado en Estados Unidos y Canadá. Tiene un punto guarrindongo muy bien resuelto. Un ejemplo son los Macarons Mexicanos, que combinan el postre más cursi del mundo con buenísimos rellenos de Cochinita Pibil y Mole Poblano.
También hay platos sanotes. Chalupa Baby es una versión del tradicional tzatziki griego servido sobre mini pepinos torneados en forma de chalupa, de ahí el nombre. Lo que cuesta entender un poquito más fue lo de Padrón Poppers. De buenas a primeras parece que te abrirán la risa y otra cosa. Pero no, son unos Pimientos del Padrón rellenos de crema de mejillón escabechado, que toman su nombre de los Jalapeño Popper. Deliciosos. Igualmente buenas las Bombitas de Camarón, potentes, y los Baozis de Cebón.
Muy, pero muy buenos dos postres que probé. El Cotton Cheescake estuvo ligero, moderadamente dulce y, me atrevería a decir, virtuoso gracias al empleo de aguacate en un postre, algo que he visto pocas veces por no decir ninguna. Los Tacos de Tiramisú también estuvieron magnos.
Por cierto, tienen un menú diario con muy buena pinta por 10,95€ y dos menús degustación, que llaman Armonías, ejem, y salen a 15€ por persona.
¿Pincharon en algo?
Lo único que me dejó un poco frío fue la Coca Guanajuatense; una especie de tiras de totopo cubiertas de crema de aguacate, frijoles y queso fresco; y el 1, 2, 3 Malasaña, unas muy buenas patatas fritas que hay que mojar en huevo cocido a baja temperatura y luego impregnar de migas de chicharrones y kikos. Este plato funcionaría mejor si, en lugar de servirse para dippear, mezclara directamente todos los elementos en un plato.
¿Cómo está el servicio?
Son gente muy maja, atenta y nada agobiante. El único tropiezo que encontré fue en su web anuncian cócteles y, como tengo un ligero problema con la bebida, pedí un Negroni de aperitivo y no supieron qué era. Parece que aún no han impulsado la oferta coctelera, pero todo llegará.
¿Qué tal andan de bebercio?
La carta de vinos no es su punto fuerte, pero no importa porque la comida encaja mejor con cerveza. Además, pronto ofrecerán maridajes de vino y cerveza artesana con sus menús degustación.
Y el ambiente, ¿qué?
Íntimo. Quizá demasiado, la iluminación es terrible para sacar instagramazos y las mesas están un poquitín pegadas. Pero vamos, que ya es por quejarse. El local es cómodo y bonito, con cocina a la vista y un toque de madera muy cálido. Buen sitio para romper el hielo en una primera cita.
¿Es carisísimo?
Pues yo diría que más bien no. La cuenta para tres personas salió a 69€, 23€ cucas por barba, y eso que comimos por encima de nuestras posibilidades.
Pajarita: Apodaca 20, Madrid. De lunes a miércoles, de 13:30 a 16:00 y de 20:30 a 00, jueves hasta las 02:00, viernes y sábados hasta las 03:00 y domingo de 13:30 a 16:00. Tel. 915 917 310. Mapa.
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