Consejos prácticos para una barbacoa antichorizos
¿Puede una barbacoa derribar un gobierno? No parece probable, salvo que hablemos de obligar al Ejecutivo a escuchar la canción homónima de Georgie Dann durante 24 horas seguidas. Sin embargo, sí puede servir como acto simbólico de protesta contra los que mandan, sobre todo si lo que ponemos en la parrilla son chorizos. Así lo han entendido los convocantes de la llamada #BarbacoaDestituyente, una serie de manifestaciones frente a las sedes del PP de toda España que se celebrarán esta tarde para pedir la dimisión de Rajoy & Co. por el escándalo Bárcenas.
Hay quien aplaude la iniciativa por diferente, festiva y humorística, en una época en la que si no nos tomamos un poco a risa las cosas nos tiramos directamente a las vías del metro. También hay quien la critica por frívola, reclamando acciones políticas más serias, o quien la rechaza por pensar que supone un acoso injustificado a un partido. Pero en este blog lo que nos preocupa es la ejecución técnica de la choricer barbequiu, porque siempre hemos pensado que la revolución no debería estar reñida con el buen comer. Para que vuestras viandas parrilleras os sepan a sobresueldo de 50.000 euros, no tenéis más que seguir estos consejos prácticos.
MONTAJE
Organizarse bien es igual de importante en una acción revolucionaria que en una barbacoa: tener 200 silbatos y ninguna pancarta es tan terrible como que todo el mundo traiga carne y nadie carbón. Las redes sociales –los eventos de Facebook, por ejemplo– son una buena manera de distribuir tareas a gran escala, para que después cada grupo se organice de manera interna. Por ejemplo, los activistas de la PAH pueden aportar sillas, mesas y menaje; los de Escuela Pública de Todos para Todos, los libros de cocina, sus compañeros de Sanidad, los antiácidos (todo el mundo sabe que los chorizos son complicados de digerir), y así. Lo que nosotros –y seguramente todos los citados anteriormente– esperamos es que no aparezca un sector del funcionariado dispuesto a repartir leña.
EQUIPAMIENTO
En este tipo de eventos nunca se sabe si te va a tocar salir corriendo, así que mejor dejar los platos de Sagardelos, la cubertería de la abuela y las copas Riedel para otra ocasión. Aunque en El Comidista siempre abogamos por lo sostenible y lo que no genera residuos, igual hoy sí es el día para llevar menaje de un solo uso (si no te desalojan antes y tienes que abandonarlo a su suerte, tíralo en el contenedor que toca para minimizar daños). Atar unos cordeles a las puntas del mantel puede ayudar a improvisar un hatillo en cuestión de segundos en plan mantero y llevarse el contenido del mismo a casa para desayunar, que no está la cosa para ir tirando comida por el camino.
ELECCIÓN DEL CHORIZO
Con la intención de reactivar la economía nacional, es importante que los chorizos que se utilicen sean 100% españoles, a poder ser de tu región. Además, teniendo tan buen material local, para qué ponerse exóticos con criollos y demás: no olvidemos que hay que ponderar, que de eso dependen los brotes verdes. Para los que no hayan hecho una barbacoa en su vida, conviene recordar que los choris adecuados son los frescos, no los curados y mucho menos los de Pamplona o similares. Aunque no se suelen ver mucho, no está de más llevar un par de barras rústicas por si a alguien le apetece un chorizo español emparedado.
ASADO DEL CHORIZO
Los másters de la parrilla recomiendan marcar primero el chorizo en la zona más caliente de las brasas, para después moverlo y dejar que se haga lentamente en los bordes de la barbacoa. Dicen que hay que escuchar al chorizo, como si le estuvieras oyendo declarar: si no hace un ligero ruidillo, es que se está quemando.
ALTERNATIVAS PARA NO CANSARSE
El chorizo es un producto muy español y, por lo tanto, muy heavy. Para no atiborrarte y, como diría José David de Masterchef, tener "recuerdos de cerdo con ajo y pimentón" hasta el 15-M, es aconsejable introducir otros productos adecuados para el asado. Si son carnes, no recomendamos cortes gruesos que requieran una cocción muy prolongada, por lo que pueda pasar. Un lomo de cerdo marinado con hierbas, ajo y limón, que se hace en tres minutos vuelta y vuelta, o unos contramuslos de pollo deshuesados y en filetes con romero y tomillo serán una buena manera de equilibrar la potencia del chorizo.
Otra opción es una hamburguesa de solomillo de buey con pepinillo, alcaparras y salsa Perrins, que siempre se puede comer cruda como un tartar si las autoridades deciden, por un casual, que es ilegal encender un fuego en medio de la calle. Y pinchitos de verduras con tofu o seitán, que en el mundo del activismo hay muchos vegetarianos (no he encontrado ningún estudio serio al respecto, pero lo sé).
Juegos de palabras populares.
BEBERCIO
Teniendo en cuenta que la ley 1.642/2000 prohibe el consumo de alcohol en la vía pública, esta debe ser una barbacoa abstemia. Para luchar contra el calor –a las ocho de la tarde el asfalto de Génova puede estar más caliente que Carmen de Mairena en una convención de bomberos nudistas, y el de la sede de Sevilla ni te cuento–, vendrán bien unas aguas frutales, tés helados y una sangría sin alcohol (con base de mosto) para no perder el espíritu festivo. Un cubo y unas cuantas bolsas de hielo ayudarán a que todo se mantenga fresco.
EL TRAPO COMO AMIGO
Como pasa cuando vas a la playa con el pareo, que lo mismo sirve para secarse que para improvisar un disfraz de romano, un pañuelo de buen tamaño se puede convertir en tu mejor aliado en este evento. Por un lado, te puede servir para limpiar manos y morritos de grasaza choricera y demás, y por otro puede ejercer de protección para las bombas lacrimógenas –si las hubiera– si se empapa en vinagre. Otro buen motivo para aliñar la ensalada allí mismo, además de asegurarse de que no se queda blandurria.
ACOMPAÑAMIENTOS
En ninguna barbacoa pueden faltar ensaladas “para desengrasar” (esa fantasía que solo funciona en la cabeza del que se lo cree, pero nunca en sus caderas, su trasero o su tripa), ni unas sabrosas patatas asadas. Por todo lo mencionado anteriormente, mejor escogerlas de tamaño mediano-pequeño, envolverlas en papel de plata y meterlas entre los rescoldos cuando ya no estén muy calientes durante unos 20-30 minutos, dependiendo del tamaño. Para acompañarlas, una mantequilla y un aceite especiados que podéis llevar frente a vuestra sede más cercana en una tartera de plástico, no sea que consideren los tarros de cristal como arma arrojadiza.
Patatuelas choriceras. / EL COMIDISTA
Mantequilla de especias
Ingredientes
Para 8 raciones
- 150 gramos de mantequilla en pomada
- 1/2 cucharadita de comino en grano
- ½ cucharadita de sal
- ½ cucharadita de sal de apio
- ½ cucharadita de pimienta negra molida
- ½ cucharadita de tomillo seco
Preparación
Tostar ligeramente las semillas de comino y majarlas en un mortero junto al tomillo seco. Pasar a un bol con el resto de ingredientes y mezclar hasta que se integren perfectamente.
Aceite rojo
Ingredientes
Para 8 raciones
- 100 mililitros de aceite de oliva virgen extra
- 6 tomates secos en aceite o hidratados en agua caliente
- Una cucharada de carne de pimiento choricero
- Entre ½ y una cucharadita de chile en copos
- ½ cucharadita de sal
Preparación
Poner todos los ingredientes en el vaso de la batidora y batir hasta que quede integrado. Dejar resposar un par de horas para que se mezclen los sabores.
Si queréis compartir vuestra experiencia en la barbacoa choricera, mandad vuestras fotos a elcomidista[arroba]gmail[punto]com.
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