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Se vende agua de mar

Mikel López Iturriaga

Cuando vi por primera vez el paquete de Mediterranea, pensé que nos habíamos vuelto definitivamente locos. ¿Una marca que vende agua de mar envasada para cocinar? ¿No es el colmo del pijerío gourmet más delirante? ¿Ha llegado la hora de que la raza humana desaparezca exterminada por un meteorito a causa de sus excesos gastronómicos?

Superado el primer momento de sorpresa, procedí a informarme de las ventajas del producto. El pescado y, sobre todo, el marisco se ha conservado y cocido en agua de mar toda la vida con buenos resultados, y el artículo en cuestión permite hacerlo sin estar al lado de la costa. También sirve para cocer patatas, verduras, carnes, pastas y arroces potenciando su sabor e impregnándolos de aroma a mar. Y lo más sorprendente, funciona como limpiador de ensaladas a las que no habrá que añadir sal posteriormente. Todo por 2,5 euros si compras el envase de litro y medio, o por 4,35 euros con el de tres litros.

Las explicaciones no sirvieron para aplacar mi curiosidad: tenía que hablar con las personas que estaban detrás de esta genialidad (¿o chaladura?) para que me explicaran las motivaciones e intenciones del invento. Así que contacté con sus impulsores: Francesc Carillo, ingeniero industrial de 34, y Albert Fernández, de 28 años y licenciado en empresariales. Me explicaron que ambos provienen de dos sectores en crisis, como la construcción y la banca, y hace tres años decidieron "pasar página, coger las indemnizaciones y los ahorros y apostarlo todo al proyecto de Mediterranea". "Coincidimos en un máster de administración de empresas en la Universidad de Barcelona y nos dimos cuenta de que no se explotaba un fenómeno que habíamos visto en los pueblos costeros: limpiar, conservar y cocinar el pescado en el agua de su propio medio, el mar. De ese recuerdo de infancia nació el proceso", cuenta Fernández.

A primera vista, Agua de Mar puede parecer una frivolidad, pero quizá no lo sea tanto después de probar un marisco, un pescado o una pasta cocidos en ella. "Saben diferente. Nos atrevemos a afirmar que mucho mejor. Quien prueba, repite. Esa es nuestra mejor arma para convencer. Cuando estábamos a medio proyecto vimos un reportaje sobre El Bulli en el que aparecía el mismísimo Ferran Adrià recogiendo agua de la Cala Montjoi, cerca de donde estaba el restaurante, para subirla, cocinar con ella y conservar pescado y marisco. Descubrimos que lo que veíamos en nuestra infancia en los pueblos pesqueros también lo aplicaba la alta cocina, y no sólo por parte de Adriá: muchos chefs la obtenían con métodos rudimentarios. Por algo será".

No sé si hace falta contar con un paladar educado para diferenciar un producto cocinado con agua de mar respecto a otro hecho con agua con sal. Lo que sí puedo asegurar que los mariscos y pescados trabajados con ella están buenísimos. Ahora bien, ¿no es un poco loco comercializar un bien tan abundante y al alcance de cualquiera? "El agua de mar es gratis, es de todos", responde Fernández. "Nosotros pagamos todas las tasas legales por extraerla [de la Costa Brava, cerca de la frontera con Francia] y comercializarla, que no son pocas. Lo que hacemos es cobrar por el servicio de recoger el agua, analizarla y garantizar su pureza y llevarla hasta casa en un cómodo pack. Eso es lo que facilitamos a quien nos compra, y por ello, paga.

Mediterranea no es la primera marca en el mundo que vende agua de mar. Según relata Fernández, en Escocia es donde hay más tradición, en Italia hubo alguna compañía "pero no llegó a cuajar", y en Francia el producto se vende a granel "sin darle mayor valor añadido ya que su cocina difiere bastante de la española". Además de vender al público, por ahora sólo en El Corte Inglés, Mediterranea espera proveer de su agua a restaurantes en envases de 22 litros y cubas, a precio variable "según las cantidades que se compren".

Tras escuchar a estos emprendedores, vender agua de mar no suena tan disparatado. ¿Pero comprarla puede ser un lujo frívolo en los tiempos de megacrisis que vivimos? "Eso nos preguntan a menudo. Pero si hacemos números, ir a comer una paella en un restaurante tiene un coste mayor que hacerla en casa. Puestos a ahorrar, por 2,5 euros de añadido se puede dar un toque de calidad y excelencia a muchas comidas. Existe un segmento de la población dispuesta a ahorrar y recortar en muchos gastos domésticos pero que toma conciencia de la importancia de la alimentación saludable y de calidad. Por no hablar de los miles y miles de amantes de la cocina y las buenas recetas por encima de todo. Por eso estamos convencidos que vamos a una amplia capa de la población".

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Sobre la firma

Mikel López Iturriaga
Director de El Comidista, web gastronómica en la que publica artículos, recetas y vídeos desde 2010. Ha trabajado como periodista en EL PAÍS, Ya.com o ADN y colaborado en programas de radio como 'Hoy por hoy' (Cadena Ser), 'Las tardes de RNE' y 'Gente despierta'. En televisión presentó programas como El Comidista TV (laSexta) o Banana split (La 2).

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