Robin Food: cocina sin bobadas y con alguna guarrindongada
El programa, que vuelve hoy a las emisiones de ETB -también se puede ver en la web de la cadena autonómica- prescinde de los remilgos y el tono blandito habituales en el género para reivindicar el exceso, la gula, la incorrección política y la guarrindongada como formas de acercamiento a la gastronomía. Y los espectadores lo agradecen: Robin Food fue uno de los pocos éxitos de audiencia que tuvo la televisión vasca la pasada temporada.
"Es un programa sin complejos intelectualoides en el que disfrutamos como enanos y nos divertimos a mansalva", explica De Jorge, cocinero nacido en 1970 en Hondarribia (Guipúzcoa), bloguero y autor de libros como 'Con la cocina no se juega'. "El esquema es bien sencillo. La gente está muerta de hambre y procuramos ofrecer los planos más pornográficos de los platos que más nos gusta comer: la piel crujiente de los asados recién sacados del horno, bocatas chorreantes, sopas lujuriosas, postres a reventar de crema y nataza, guisados que no se come uno desde hace mil años, pepitorias, escabeches y elaboraciones de cocotte, sin dejar de lado las sobras, los congelados y todo tipo de ingeniería de cocina. También arreglamos latas y sopas de sobre. Todo sin tonterías, sin ingredientes difíciles de encontrar ni elaboraciones complejas, y bien explicado. ¡Viva la cocina sin bobadas!".
Nata fofa
En el programa hay una evidente intención de huir de la pretenciosidad, la tontería y el falso refinamiento que campan por tantos ámbitos del comer en España. "La gastronomía contemporánea se ha convertido en una nata fofa e insulsa que roza en muchos casos la ridiculez más espantosa. Así que miramos para otro lado y nos descojonamos de los egochefs entrando en acción, cocinando sin discursitos aquellos platos que colmarían de felicidad hasta el estómago del más despistado comedor de biscotes sin sal".
Entre sus referentes, De Jorge cita "el desparpajo de Elena Santonja" en Con las manos en la masa, "la mano izquierda de Rick Stein, la cerdería de Jamie Oliver, y el arrojo de Maite en sus viejas emisiones de la televisión francesa". "Intentamos seguir el camino de todos ellos pasándolo pipa, que la vida dura dos telediarios", afirma.
Además de contar con la bendición de Martín Berasategui, que cocina en Robin Food cada jueves, el programa se suele cerrar con una de las secciones más totales que se han visto en la tele en mucho tiempo: las guarrindongadas.
"Hace muchos años en mi blog se me ocurrió preguntar a los lectores cuales eran sus perversiones gastronómicas más infectas, esas mierdas que a todos nos gusta comer a escondidas. Fueron tan divertidas las respuestas que no dudé un segundo en acomodarlas en una sección en cuanto desembarqué en la televisión hace un año. Las guarrindongadas me ayudan a descojonarme un rato largo de la cocina en una tierra que siempre se ha tomado demasiado en serio los asuntos del comer".
El mecanismo es simple: los televidentes envían al programa sus cerdadas ("una cincuentena larga a la semana"), y De Jorge prepara y prueba algunas frente a las cámaras. "Me las envían grandes y pequeños, niños y ancianos, gruesos y flacos, melenudos y calvos. Todo cristo quiere compartir su guarrindongada con nosotros".
Top guarrindongadas
El cocinero, que reconoce hacer muchas en su casa -"desde rellenar las lonchas de jamón York con cualquier cosa y enrollarlas, hasta el bocata de camembert con mermelada de albaricoque, que es música celestial"- ha elaborado para El Comidista su particular grandes éxitos de las guarrindongadas que han llegado a Robin Food:
"Entre dos galletas chiquilín, lonchaca de chorizo de Pamplona y buen pegote de mahonesa: resulta vomitivo al leerlo, pero la mezcla no está mal, hombre no es para comerse una fuente, pero está menos malo de lo que parece".
"Tazón de leche tibia azucarada con pedazos de pan y pellizcos de bacalao en salazón: desayuno de bravo marinero que algunos viejos del lugar siguen tomando todos los días. Hace falta ser Barbarroja y arponear ballenas para cogerle el gusto a tal brebaje".
"Café con leche mañanero caliente con patatas fritas de bolsa: sumergidas como si fueran los típicos cereales, bien empapadas, con cuchara y para dentro. ¡Da miedo, eh!".
"Bocata de leche condensada con turrón y anchoas en salazón: un ejercicio de la más refinada cocina contemporánea convertida en bocadillo".
"Medios melocotones en almíbar rellenos de bonito con mahonesa: ñam, ñam, y con el almíbar de la lata fijáos qué de perversiones puede ansiar nuestro paladar".
"Onza de chocolate con corteza de cerdo frita: un juego cromático cerduno de contrastes que en algún local de moda o gastropub, podría colar y dejar perplejo y extasiado a más de un cursi".
"Aliñar la ensalada de lechuga con azúcar: se hacía en muchos caseríos del País Vasco, y todavía queda alguno al que le gusta tal cochinada. A mí con sal y buen aceite me sabe mejor que dulzona, pero para gustos, los colores".
"Bocata de tortilla de patatas con magdalenas: decía uno que era su tentempié favorito para subirse al monte de paseo, manda huevos".
"Jamón o nube rosa de esas de fresa que comen los críos como chuche: le haces una incisión, deslizas una onza de chocolate en su interior, unos segundos al microondas y para el buche, postre digno de Willy Wonka en su fábrica de chocolate".
"En la cafetería de alguna universidad española ponen bocatas en los que puedes elegir los ingredientes, y un televidente siempre pide un de todo con postre. Lleva lomo, pechuga de pollo, queso fundido, pimientos rojos, lechuga, cebolla, tomate, pepinillos, bonito, bacon, tortilla francesa, patatas fritas y mahonesa; el postre son un par de pastelitos Martínez de chocolate, que por supuesto también mete en el bocata".
"En bebidas también tenemos revolucionarios. Un tipo me escribió y me dijo que había inventado el calichuna: líquido de las aceitunas mezclado con anchoa más vino tinto. También eran de su creación los chococrispis con vino, que solía desayunar de vez en cuando, y el ronchelo (limonchelo más ron). Chúpate esa María Teresa".
"Y en tortillas hay un hit-parade que se te va la olla: tortillas de ositos de goma, de chicles de fresa, de cola-cao, de fresas naturales, de patatas rociada de Nesquik, de lacasitos, de cheetos, de pajitas, de doritos, de boca bits… Ferrán Adrià al lado de mis televidentes es un aburrido del copón".
Y tú, ¿haces alguna guarrindongada? Cuéntala en los comentarios.
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