Cinco lugares donde beber una buena horchata en Madrid
Chufas, agua y azúcar son los tres ingredientes de una bebida cuya elaboración artesanal en la ciudad se mantiene gracias a familias de maestros horchateros
Una “bebida hecha con chufas u otros frutos, machacados, exprimidos y mezclados con agua y azúcar”. Así define la Real Academia de la Lengua la horchata. Tradicional de Valencia se puede encontrar ya en prácticamente cualquier lugar de España, ya sea heladerías y cafeterías, chiringuitos o lineales de los supermercados. Y más allá de su poder refrescante hay estudios que resaltan, incluso sus beneficios para la salud. Consumir tres días un vaso grande de esta bebida, sin pasteurizar y sin azúcar añadido, basta para modificar los microorganismos del sistema digestivo, según un ensayo del Centro Superior de Investigaciones Científicas. Los propios horchateros reivindican su consumo como el de cualquier otra bebida vegetal, “por ejemplo, con cereales”, tal y como asegura José Luís Monros, propietario de la horchatería Alboraya.
Cuando a uno le arrea el antojo inaplazable de un vaso bien fresquito, no siempre es fácil encontrar un lugar donde se sirva una artesanal, hecha como mandan los cánones valencianos, en lugar de un preparado a tope de azúcar donde apenas se distingue el sabor de la chufa. Para no fallar, lo mejor es buscarla en Alboraya, la localidad valenciana donde se concentra la mayoría de los productores, pero cuando eso no es posible, existe un buen puñado de lugares en Madrid en los que matar el gusanillo con un producto de calidad y sentirse quizá por un instante más cerquita del Mediterráneo. Porque hay tragos que no solo apaciguan la sed, sino que contienen en sí mismos el verano.
1.
Alboraya
Una terraza a rebosar y la fila de gente que espera pacientemente en la puerta anuncian, casi a cualquier hora en los días de verano, que allí, en una esquina en el barrio de Goya, se despachan helados y bebidas que han sobrevivido a las modas para convertirse en tragos de culto en verano. Para la elaboración de su horchata cultivan su propia Chufa de Valencia, una Denominación de Origen Protegida creada en 1995 que identifica el cultivo de este tubérculo en 16 municipios de la Comunidad Valenciana, entre ellos, Alboraya, al norte de la ciudad de Valencia y conocido como la cuna de la horchata. De allí procede el tubérculo que han utilizado las tres generaciones de horchateros de este negocio que abrió en 1980 y cuenta con dos sucursales en la ciudad, siendo la más grande la de la avenida de Felipe II. “Elaboramos la horchata diariamente añadiendo solo agua y azúcar a la chufa. Tenemos también una versión sin azúcar que no lleva ningún tipo de edulcorante, solo se añade agua. En verano hacemos mínimo 300 litros y los fines de semana llegamos a los 500″, desvela José Luis Monros, propietario. El vaso mediano, sea de horchata, granizado o agua de cebada, cuesta 3,40 euros, y la unidad de farton sale a 0,90 euros. Del obrador también salen a diario los helados que venden en las dos sucursales.
🍽 Alboraya. Calle de Alcalá, 125 y avenida de Felipe II, 26. Abierto de lunes a domingo de 11 a 22 horas. Hacen envíos a domicilio.
2.
Mamá Elba
Si has paseado alguna vez por La Latina es probable que te hayas detenido ante esta heladería cuyo mostrador rebosa color, el de sus helados artesanos. Pero además, en este negocio abierto en 2016 por tres mujeres —Margot, Lucía y Elba— se puede encontrar horchata de Casa Diego, una fábrica artesanal ubicada en Villaverde alto y en la que se elabora “horchata de la más alta calidad, con la mejor agua, de Madrid, y las mejores chufas, de Alboraya”, siguiendo la tradición horchatera del municipio, tal y como repite Elba Vallejo cuando se le pregunta por el origen de la bebida que despachan. “Nuestra horchata está hecha por nieto de horchateros de Alboraya. Sus ingredientes: chufas de Alboraya, agua de Madrid y azúcar de caña. Siempre la pedimos con poco azúcar. También tenemos, en ocasiones, agua de chufa elaborada como la horchata, pero sin azúcar”, asegura. El vaso pequeño, de 250 mililitros, cuesta 3,40 euros. Los perros son bienvenidos.
🍽 Mamá Elba. Calle de la Ruda, 15. Teléfono: 910 565 392.
3.
Oroxata
La historia de esta horchatería del barrio de Tetuán, conocida también como La Fábrica, se remonta a 1946, cuando José González y Regina García emigraron de Valencia a Madrid, trayéndose consigo sus conocimientos en el arte de elaborar horchata. Entonces, el establecimiento, uno de los más antiguos dedicados a esta bebida de la ciudad, apenas era un puesto callejero. Poco a poco fue consagrándose hasta convertirse en un referente, hoy gestionado por la cuarta generación con Sergio Ferrer Briones al frente. “Utilizamos Chufa de Valencia. La lavamos, la hidratamos, desinfectamos y la secamos. Después pasa al molino donde se tritura con un poco de agua para que salga la pulpa y una vez triturada, la pasamos a la prensa-batidora. Le echamos agua —'de Madrid, la mejor para esto’, puntualiza— y la tamizamos a mano”, asegura Ferrer, describiendo paso a paso el proceso de elaboración artesanal. En su carta hay también otras elaboraciones típicas valencianas como cocas y fartons —las primeras salen de su obrador, los segundos, los compran directamente a un artesano de Alboraya—, así como una no pequeña variedad de granizados y otras bebidas como leche merengada y la casi desaparecida agua de cebada que ellos mismos fabrican. La horchata se puede encontrar también combinada con limón natural, lo que popularmente se conoce como un “canario” y cuentan con otros productos derivados de la chufa como unas pizzas con harina de este tubérculo o aceite. El vaso normal de horchata, de 330 mililitros, cuesta 2,20 euros y el de medio litro, 3,20 euros. “Antes había diferencia de precio con un refresco o una cerveza, pero ahora sale más barato”, apunta el propietario.
🍽 Oroxata. Calle Pedro Tezano, 11. Teléfono: 913111844.
4.
Quiosco de horchata Miguel y José
Es el único quiosco de horchata que sobrevive en la ciudad y ellos mismos, los hermanos José y Miguel, lo definen como “humilde”. Ambos son los bisnietos de los fundadores de un negocio que comenzó su andadura a comienzos del siglo XX en el entorno del Congreso de los Diputados, cambiando varias veces de lugar, y que tuvo que interrumpir su actividad por la Guerra Civil. Desde 1944 se emplazó en la calle Narváez, donde su ubica desde entonces. Todas las bebidas tradicionales —horchata, granizado de limón y agua de cebada— las elaboran ellos mismos añadiendo solamente agua y azúcar. Para acompañar ofrecen paquetes de Fartons Polo, helados Alacant —incluido uno de horchata natural—, snacks y perritos calientes. Un lugar, este aguaducho, donde se mezclan nostalgia, costumbrismo y buenas bebidas tradicionales, que ha atraído a lo largo de los años a clientes de toda índole.
🍽 Quiosco de horchata Miguel y José. Calle de Narváez, 8. Teléfono: 686 52 54 19.
5.
El colmao ecológico
A diferencia de los sitios anteriores este es un híbrido de tienda de alimentación a granel y cafetería-bar dedicado a la alimentación vegana y al producto de cercanía y ecológico. Tienen comida para llevar, sirven desayunos y meriendas saludables y en su pequeña carta no falta la “horchata recién hecha” que, cuando la sirven, señalan que se hace con “chufas de Valencia y agua de Madrid”. Una opción dentro de su selección de bebidas vegetales caseras, aunque también sirven cervezas artesanas, vinos naturales, zumos y café ecológico de comercio justo. Como acompañamiento se puede optar por uno de sus crêpes o bizcochos caseros como el de algarroba. El vaso lo venden a 4,50 euros y se puede entrar con perro.
🍽 El colmao ecológico. Calle de San Vicente Ferrer, 33. Teléfono: 914 96 07 56.