_
_
_
_
_

Un puente entre la universidad y la FP

El Gobierno busca acabar con los compartimentos estancos entre los centros universitarios y los de formación profesional

Alumnos del centro de Formación Profesional Elorrieta-Erreka Mari de Bilbao.
Alumnos del centro de Formación Profesional Elorrieta-Erreka Mari de Bilbao.IREKIA

Más prácticas, menos tiempo de estudios, más víncu­lo con la empresa y las necesidades de la economía. Es el mensaje que parece haber calado en los últimos tiempos sobre la Formación Profesional, una vía educativa que ha hecho esfuerzos enormes por quitarse estigmas de en medio. Y mientras roza el posicionamiento para afianzarse como una opción sólida, aparece por el horizonte la Ley Orgánica de Ordenación e Integración de la Formación Profesional (cuyo anteproyecto se aprobó el martes) que pretende que la Universidad y la formación de ciclo medio y superior compartan tiempo y espacio, materias, profesores e itinerarios formativos. El sector educativo, sin embargo, está a la expectativa por ver cómo se va a materializar.

La de la permeabilidad entre los dos caminos no sería una fórmula del todo nueva; comunidades como el País Vasco, desde el ámbito público y el privado (con Deusto o Mondragón como ejemplo), llevan tiempo transitando un modelo de dos años en un camino educativo y tres en el otro, lanzando el mensaje de que no son vías excluyentes, sino que se aportan. Es la educación privada, sin embargo, la que más fácil parece tenerlo; y es fácil de entender. Como explica Silvia Robador, directora del Instituto Nebrija de Formación Profesional: “Son entidades que ya tienen acuerdos con partners que facilitan muchísimo este trabajo. La Universidad privada ofrece hace mucho este camino formativo que propone el anteproyecto de ley”. Sin embargo, la ambición es que se busquen espacios de encuentro y, por supuesto, se deje bien clara la hoja de ruta e implementación desde el Gobierno, pues la aplicación luego será autonómica.

La aproximación a este nuevo modelo ha seguido diversas fórmulas. Por ejemplo, abrir centros de Formación Profesional en el ámbito de las Universidades privadas; es el caso del CEU, de la Nebrija y de la Francisco de Vitoria, entre otras. O establecer alianzas entre universidades y centros profesionales con fines de especialización, como es el caso del máster en Tecnologías del Hidrógeno que organizan hubs de investigación y universidades de Euskadi, Cataluña, Zaragoza junto con centros formativos, que partió de Repsol-Petronor y que responde a los fondos Next Generation.

“Es un máster de centros elegidos estratégicamente; todos desde el corredor que hay entre Euskadi y Cataluña. Los de FP intervenimos en las prácticas, que serán presenciales; el máster es online”, explica José Luis Durán, vicepresidente de la asociación de centros de FP Foempresa y director del Institut Escola del Tre­ball de Barcelona. Otro formato es el que está explotando desde 2018 Deusto, que inauguró un grado dual en industria digital gracias a una alianza entre Egibide y la Universidad, o la Francisco de Vitoria, pionera en incorporar a la FP de grado superior, tanto telemática como presencial, a la oferta de un campus universitario.

Hay que romper los silos

Estos planteamientos tienen aplicaciones distintas, pero el fin es el mismo: diseñar un itinerario educativo centrado en materias que se abordan desde distintos caminos, nunca excluyentes. “Es la vía para responder a un mundo cambiante que precisa de formación continua”, añade Robador. Su colega Eduardo Avello, director del Centro de Enseñanza Técnica y Superior en la Universidad Francisco de Vitoria, es contundente: “Hay que romper los silos ya”. “Las carreras educativas deben ordenarse alrededor de materias y conceptos”, y estos, tratarse desde distintas disciplinas y fórmulas, desde caminos educativos complementarios.

En su caso, por ejemplo, interactúan la escuela de Magisterio y los técnicos en Educación Infantil; las Ciencias de la actividad física y el deporte con los técnicos en actividades físicas y deportivas, entre otros. “Es rico que estas dos visiones se encuentren y que haya profesores que estén en los dos ámbitos. La formación superior de estos estudios es perfectamente compatible con la carrera universitaria… Y al revés”, remarca Avello. Desde el Ministerio de Educación y Formación Profesional el mensaje que trasladan es que los dos caminos son complementarios y ninguno va a perder ni alumnos ni recursos. “Estamos trabajando con el Ministerio de Universidades para fijar las mejores fórmulas que garanticen la complementariedad entre ambos sistemas sin perder la identidad de cada uno de ellos”, traslada un portavoz del Gobierno.

Su mensaje responde a las dificultades que se intuyen en espacios creados para abordar las alianzas. Son bien conocidas por Durán, que relata: “No es fácil sentar a todos a la mesa y hacer que se entiendan. Es complejo pensar en un escenario equiparable cuando los dos caminos funcionan de forma completamente distinta y se imparten en edificios completamente diferentes”. Matiza, sin embargo, que, “sí les puede interesar buscar itinerarios y líneas de trabajo, especialmente cuando hablamos de ciclos superiores, y sería bueno para todos porque los egresados de FP verían una vía hacia la universidad y, por su parte, ésta ampliaría su base de alumnos potenciales, alumnos que vienen muy enfocados”.

“Estamos lejos, pero vamos en la buena dirección: creo que es un acierto hablar de permeabilidad en el anteproyecto de ley”, apostilla. “Han tardado mucho en ver que era necesario, que era de cajón”, añade Avello, “ahora falta dejar de usar el término FP porque considero que tiene un estigma que no merece; ya hay suficientes cosas que separan este tipo de enseñanza de la universitaria, empezando por los espacios donde se imparten; una es una ciudad universitaria, una facultad; otro, el instituto o un centro pequeño”. Para Robador es “importante” acelerar la estrategia que propone el Gobierno, “porque la economía española tiene retos que afrontar que no pueden esperar, necesitamos estos perfiles”, dice en referencia a la carestía de talento formado que pueda afrontar la descarbonización de la economía y las necesidades que ha hecho florecer la pandemia, entre ellas la relocalización o la atención a sectores estratégicos que obligan a importar talento de fuera.

Desde el Ministerio de Educación insisten en la falta que hacen “formaciones de menor duración que permitan actualizar sus competencias profesionales en puestos de trabajo o les facilite la entrada al mercado laboral”, especialmente “en sectores que evolucionan a velocidad de vértigo”. Desde CC OO el posicionamiento también es este. Su secretario general de Enseñanza, Paco García, subraya: “Para que la economía española siga siendo competitiva, la educación juega un papel clave y para mejorarla se debe apretar el acelerador; actualizar formaciones y títulos… Cuantos más jóvenes elijan formarse en estos itinerarios, mejor para la economía de cada comunidad autónoma”.

Sin embargo, García, que trabaja en conjunto con todas las autonomías y tiene esa visión global, se muestra crítico con autonomías como Madrid, que hace pocos días dejó en evidencia su incapacidad para dar cobertura a jóvenes estudiantes de FP. “No son conscientes de que su afán privatizador, el dejar de invertir recursos en la pública, lleva a estudiantes al fracaso escolar, al no encontrar salidas que puedan costearse”. La Comunidad de Madrid, por su parte, defiende sus programas de becas como fórmula de éxito para reforzar la FP y, dos días antes de la aprobación de la ley, respondía a este periódico que había pedido al ministerio que “no se precipite” en la aprobación de la ley. En una conversación anterior, esta misma fuente había reconocido “no estar planificando nada sobre esto porque no se sabe si saldrá adelante la ley”.

La hostelería: Uno de las FP con más prestigio

Uno de los retos históricos de la FP en España ha sido considerar que no tiene nada que envidiar a la formación universitaria. Sin embargo, no todos los sectores lo han conseguido tan bien como la hostelería, en especial la rama que hace referencia a los que están en los fogones. Este año ha abierto la primera escuela de hostelería de Formación Profesional, privada, regentada por un chef de prestigio. Paco Roncero, cuyo restaurante en el Casino de Madrid tiene dos estrellas Michelin, ultima los detalles para abrir su escuela, que ha bautizado como MOM Culinary Institute by Paco Roncero & CHA, que viene acompañada de centro de innovación y restaurante. Allí se impartirán los títulos de técnico en cocina y gastronomía, técnico superior en dirección de servicios de restauración y técnico superior en dirección de cocina. “Somos creativos, hay talento y tenemos un gran producto, nuestra cocina es la número uno y es normal que esto haya hecho que cada vez más padres reconozcan en este camino una vía digna de estudios y, por supuesto, de trabajo, exactamente igual que la universidad”, mantiene Roncero, “esto debería ser igual en el resto de titulaciones técnicas, lo que importa es el trabajo, el sacrificio y la vocación, y creo que por esto último los estudios de cocina han ganado tan buena fama”. Él mismo reconoce haber vivido en su casa la incomodidad de su familia al verle empezar una carrera no universitaria. “La Universidad está muy bien, pero ¿cuántos alumnos que estudian allí tienen un empleo que les gusta y les permite vivir dignamente?”, se pregunta. “Por fin hay padres que consideran que estudiar FP es estudiar algo digno. Pero tenemos que huir ya del que “esta vía es para los que no quieren estudiar” porque aquí se trabaja mucho y con mucha dedicación… Y tiene que gustarte”.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_