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Un empujón definitivo para la formación profesional

El mazazo que ha supuesto la pandemia para un paro juvenil que ya era elevado debe servir para dar un impulso definitivo a la FP Dual en España

Estudiantes de Grado Medio de Mantenimiento Electromecánico del Centro de Formación Profesional Xabec de Valencia.
Estudiantes de Grado Medio de Mantenimiento Electromecánico del Centro de Formación Profesional Xabec de Valencia.

Seis de cada 10 alumnos que pasan por los pasillos y las aulas del Centro de Formación Profesional Xabec de Valencia, tanto en grado medio como superior, están matriculados en FP Dual, una modalidad de aprendizaje que se ofrece en todos los ciclos formativos del centro y que permite a los alumnos combinar el aprendizaje en Xabec con el trabajo de formación en la empresa.

“En Xabec apostamos desde el principio por la FP Dual. La clave del éxito fue la confianza que el profesorado tuvo en el modelo. Eso hizo que pudiéramos superar todos los obstáculos que se fueron presentando y que hoy tengamos un modelo de calidad adaptado a la realidad del tejido productivo de nuestro entorno, que viene avalado por el alto índice de satisfacción manifestado por las empresas y, consecuentemente, por el elevado índice de empleabilidad”, explica Antonio Mir, director de Xabec.

Ese modelo de calidad que menciona le valió a la escuela el reconocimiento como mejor centro de FP Dual de España en 2018 por parte de la Alianza para la FP Dual y, en el mismo año, el premio de la Comisión Europea al mejor centro de formación profesional en la categoría de innovación. “Para que la FP Dual tenga éxito deben sumarse dos voluntades: la del alumnado y la del empresariado. Nosotros tenemos claro que el éxito de Xabec es haber logrado tener muy contentas a las empresas. Por ello considero que es muy importante el diálogo con los empresarios, hacerles realmente partícipes en la construcción de un modelo flexible. Y, sobre todo, ser realistas: las empresas son empresas y no ONG. Los empresarios deben quedar realmente satisfechos por los resultados obtenidos”, argumenta.

Pese a que, como reconoce, “la FP Dual no se ajusta bien a todas las especialidades, ni a todos los alumnos, ni a toda la tipología de empresas que existen en el mercado”, lo cierto es que los datos presentados por Xabec contrastan con la realidad de la FP Dual en España. Según los últimos datos del Ministerio de Educación y Formación Profesional, correspondientes al curso 2018-2019, solo 26.340 alumnos eligieron la modalidad de FP Dual. Esta cifra, que apenas representa el 3,5% del total del alumnado matriculado en FP en régimen presencial, deja a España lejos de la media europea, situada en torno al 14%, y a años luz de países como Alemania, Austria o Suiza, donde los porcentajes se sitúan por encima del 50%.

Modelo bien aceitado

“Estos países que lideran la clasificación llevan décadas con el modelo instaurado, es decir, que no han conseguido estos resultados de un año para otro, sino tras décadas de implantación de un modelo en el que creen y que les está dando buenos resultados”, contextualiza Ignacio de Benito, senior project manager de la Fundación Bertelsmann y responsable de la Alianza para la FP Dual, que recuerda que la FP Dual apenas lleva una década instaurada en España y que por el camino ha sufrido los últimos coletazos de la crisis financiera y los devastadores efectos en el ámbito económico de la pandemia. “Como cualquier proceso de cambio e innovación educativa, la FP Dual requiere de una serie de procesos y de tiempo para la implantación, pero aun así vamos viendo que el modelo avanza progresivamente y que cada año hay más estudiantes, empresas y centros educativos que se incorporan al mismo”, añade.

Pese a ese crecimiento progresivo, la lentitud del mismo invita a plantearse qué está fallando para que a un modelo teóricamente atractivo y con teóricos beneficios para empresas y estudiantes le esté costando tanto arrancar. “Los proyectos de FP Dual dependen en primer lugar del centro educativo. En ese sentido, falta que el profesorado se anime en mayor medida a hacer ese sobreesfuerzo, porque tienen que presentar el proyecto, atraer a las empresas, desarrollar la metodología de trabajo, hacer un seguimiento mayor del alumnado fuera del centro educativo. Y también falta que más empresas y más familias demanden el modelo. Esto es una cadena, cuanto más se demanden, más proyectos de FP Dual se impulsarán”, opina Ignacio de Benito, que también señala la falta de visibilidad y de conocimiento del modelo.

“Dar a conocer la FP Dual entre el alumnado es fácil: se canaliza desde el propio centro de formación profesional. De todas formas, no se trata de vender la FP Dual al alumnado, al profesorado ni a los centros. A las que hay que atraer son a las empresas. Si las empresas no se encargan de la FP Dual, no hay FP Dual posible”, replica María José Chisvert, profesora del Departamento de Didáctica y Organización Escolar de la Universitat de València y miembro de un grupo de investigación que desde 2012 analiza la implantación de la FP Dual en España.

Para la experta, la FP Dual es, por definición, responsabilidad de los agentes sociales, mientras que la escuela debería ser un actor subsidiario. “En Suiza, Alemania, Dinamarca, Austria o Francia son los agentes sociales quienes la promueven. En España, sin embargo, han sido las administraciones. Los centros de FP en nuestro país han tenido la responsabilidad de su implantación, pero no los recursos ni la disposición de criterios para articularla mejor, para responder al objetivo de aprendizaje del alumnado”, argumenta Chisvert, para quien el modelo escolar que se está desarrollando en nuestro país “no encaja” con la FP Dual.

“Los agentes sociales deberían tomar las riendas de la FP Dual. Hay que pedir a la empresa que se haga cargo, principalmente ofertando contratos de aprendizaje, la base de la FP Dual: esta medida mejora la empleabilidad, mejora la tasa de desempleo juvenil, fuerza a implicarse en la formación y abre perspectivas a la carrera profesional”, analiza la investigadora.

La disminución de las tasas de abandono escolar, la mejora de la empleabilidad y la disminución de las cifras de desempleo juvenil son algunos de los grandes atractivos que se asocian a la FP Dual. “Según datos facilitados por las comunidades autónomas, podemos ver que, de media, la empleabilidad es un 20% superior en la FP Dual que en la FP tradicional. Además, estamos viendo que los proyectos de FP Dual están reduciendo muchísimo las cifras de abandono escolar porque el alumno se siente más motivado, ya que lo que ve en el aula lo pone en aplicación en un contexto real de trabajo”, explica Ignacio de Benito.

El parón de la movilidad

La pandemia, debido a las restricciones a la movilidad que se impusieron durante los primeros meses de escalada del virus, paralizó el curso pasado muchas de las formaciones en empresas de alumnos de FP Dual. “Fue un golpe fatal”, reconoce Antonio Mir, que, no obstante, añade que en este curso académico la FP Dual, con las medidas de seguridad adecuadas, ha comenzado siguiendo la programación prevista en situaciones de normalidad. Ese, sin embargo, no fue el único problema derivado de la pandemia. “Los ERTE y las dificultades económicas han obligado a que algunas empresas tengan que suspender su colaboración con el modelo, pero a medida que continuamos con la actividad vamos percibiendo que el impacto es menor del que podríamos esperar”, apuntan desde la Alianza para la FP Dual.

En un país caracterizado por las altas tasas de desempleo juvenil que, además, ha visto como en un año de pandemia el índice de paro juvenil se disparaba un 15%, ¿puede la FP Dual ser una herramienta para disminuir esas cifras? “A nosotros siempre nos gusta decir que la FP Dual puede contribuir muy positivamente a la mejora del empleo juvenil, pero también matizar que esto no es la varita mágica para solucionar todos los problemas estructurales del país. El modelo aporta muy buenos resultados en los países en los que está implantado y es algo que ya estamos viendo también en España, pero solo es una solución, no la única”, responde Ignacio de Benito.

Su opinión la comparte María José Chisvert, que señala que es necesario partir de una premisa: la formación no genera empleo, sino que el empleo lo genera un tejido productivo saneado. “Aun así, es cierto que el papel de la formación profesional puede ser clave, especialmente si consigue sintonizar convenientemente con las necesidades del mercado laboral. En ese caso, la FP Dual posibilita una mejor cualificación y amplía la competitividad de las empresas, pero no es la panacea”, reflexiona la docente de la Universidad de Valencia, que señala también la necesidad de un tejido empresarial que confíe en la FP Dual y que pueda considerar la posibilidad de contratar a jóvenes sin experiencia profesional: “La FP Dual es una fórmula que beneficia esta transición a través de los contratos de aprendizaje”.

Más optimista se muestra Antonio Mir, director de Xabec, que responde a la pregunta con un “indudablemente”. “No lo decimos nosotros, es algo que se ve en todos los países donde tienen implantado este modelo de Formación Profesional y que también hemos visto nosotros cuando arrancamos y aún daba sus coletazos la pasada crisis económica”, afirma antes de concluir que la clave del éxito del modelo está en “bailar al compás de las empresas”.

¿Una opción limitada a los buenos expedientes?

Quique Cortés sacó un 8,6 de media entre segundo de bachillerato y la selectividad. “Y eso que me bajó la media la selectividad, porque no me preocupaba y no estudié muy intensamente”, explica. No le preocupaba porque un año antes, cuando tenía la idea de estudiar el Grado de Informática, asistió a la Feria Aula, en Ifema, y salió convencido de estudiar el módulo superior de FP Dual de Desarrollo de Aplicaciones Multiplataforma (DAM). “Yo iba muy enfocado a hacer la carrera, pero tenía claro que cuanta más práctica, mejor. Lo más importante es tener unos buenos cimientos, y eso me lo ha dado la FP Dual”, afirma.

Cortés, hoy embajador de la red Somos FP Dual, cursó su módulo en el IES Clara del Rey de Madrid. Cuenta que el nivel de exigencia fue tal que, de los 42 alumnos que iniciaron el módulo, solo 21 alcanzaron la formación en empresa (para lo que había que aprobar todas las asignaturas) y aproximadamente la mitad, 11, fueron los que lograron finalmente titularse: “Eso fue lo que más me fastidió y de lo que más nos quejamos los compañeros, que teníamos muchos contenidos teóricos en poco tiempo y que íbamos todo el rato a presión. Creo que eso ya ha disminuido”.

Él realizó sus prácticas en una multinacional como Accenture, cobrando 360 euros al mes y realizando las mismas funciones que un trabajador normal, con su mismo número de horas y con sus mismas vacaciones, “pero sin las broncas, que es algo muy importante para la formación”. Tras las prácticas estuvo cinco años más contratado en Accenture, de donde salió hace unos meses. Apenas le costó unas semanas encontrar un nuevo empleo.

“Si has estado cursando la carrera de Informática o el módulo de FP normal, tienes que desaprender lo aprendido durante años de estudio para adaptarte a la empresa, porque al final la empresa quiere algo diferente de los conceptos teóricos que te han enseñado. En cambio, en la FP Dual la empresa te forma desde el principio para lo que quiere, no tienes que desaprender. Yo ahora mismo soy programador en ETL, que es una herramienta de big data, y soy muy bueno en lo que hago gracias a la formación que tuve en la empresa. De hecho, en mi nueva empresa no se creían que, con mi edad, pudiese tener el nivel que yo aseguraba tener. Eso se lo debo a la FP Dual, porque me permitió empezar en una empresa con responsabilidad, pero sin broncas. Ahora tengo cinco años de experiencia laboral. Si hubiese hecho la carrera, no tendría ninguno”, reflexiona.

El caso de Quique Cortés no es extraordinario. De hecho, una de las críticas habituales que se suelen realizar a la FP Dual, sobre todo en sus grados superiores, es que está llegando sobre todo a gente con estudios universitarios e, incluso, con empleo. “El hecho de que, mayoritariamente, las empresas seleccionen a estudiantes del ciclo superior con buenos expedientes o, incluso, con experiencia profesional previa, sin duda beneficia una rápida adaptación al puesto de trabajo y un beneficio productivo”, afirma María José Chisvert. ¿Es esta entonces una modalidad dirigida a alumnado privilegiado? “Tal y como está implementado el modelo en la actualidad, sin duda. Quizás debamos preguntarnos si hay voluntad política de convertir la FP Dual en algo más que una opción limitada a estudiantes mayoritariamente de ciclo superior y con buenos expedientes”.

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