La generación Z está harta de tanto sexo en todas partes

Uno de los mantras que más se repite en el mundo del marketing es que el sexo vende. Para enganchar a la generación Z (jóvenes entre los 13 y los 24 años) a una serie de televisión o una película, sin embargo, este principio puede que comience a perder validez: los adolescentes y jóvenes se están hartando de ver tanto sexo por todas partes. Esto es lo que plantea un reciente estudio, publicado a finales de 2023, del departamento de Psicología de la Universidad de California (UCLA) que ha reavivado la discusión sobre si los zoomers son o no más puritanos que sus antecesores.

Ya son varias las investigaciones de universidades de prestigio que señalan cómo la generación Z tiene una relación complicada con el sexo. Un menor interés en los encuentros casuales, la desnudez gratuita o el constante debate sobre todo lo que tenga que ver con sexo son algunos de los temas que aparentemente comienzan a generar desgaste.

El mencionado informe elaborado por el Center for Scholars and Storytellers de la UCLA, titulado Teens & Screens: Romance or Nomance, se realiza cada año para examinar las tendencias y los gustos de los jóvenes en el consumo de contenido audiovisual, entretenimiento y redes sociales. De los hallazgos de la edición más reciente, el más llamativo es que una parte importante de los entrevistados (el 47,5%) considera que el sexo y el romance son excesivamente prominentes en los medios audiovisuales y una mayoría (el 51,5%) preferiría ver más representaciones de “relaciones platónicas y de amistad”. Además del contenido sexual, los jóvenes mostraron también un importante rechazo a las relaciones románticas en general. Un 44,3% dijo que el romance se utiliza “en exceso” en los medios y un 39% busca más personajes arrománticos o asexuales en la pantalla. “Si bien es cierto que los adolescentes quieren menos sexo en la televisión y en las películas, lo que realmente dice la encuesta es que quieren ver reflejadas más y diferentes tipos de relaciones en los medios que ven”, comentó la fundadora y directora de CSS y coautora del estudio, Yalda T. Uhls.

La UCLA ha publicado otros estudios que también muestran una decadencia del sexo en otros ámbitos de la vida de los zoomers. La Encuesta Anual de Salud de California, realizada por esta misma universidad, señaló en 2021 que el número de jóvenes de 18 a 30 años que dijeron no tener parejas sexuales en el año anterior alcanzó un 38%. En 2011 la misma encuesta mostraba un 22%.

La columnista de The Guardian Barbara Ellen rescata el término “puriteens” —juego de palabras entre purity (pureza) y teens (adolescentes)—, que según ella es un contraste con la actitud abierta hacia el sexo que tienen los millennials, la generación anterior. “Con la generación Z es interesante notar cómo un grupo tan motivado para definirse en términos de sexualidad y género parece ser tan reacio a ponerlo en práctica”, escribe la columnista.

En un artículo de 2022 en Psychology Today, el doctor Justin J. Lehmiller vincula el creciente desinterés por el sexo de la generación Z con el aumento del uso de la tecnología y los teléfonos inteligentes, la sobreprotección de los padres, la incertidumbre económica y la ansiedad sobre el futuro del planeta. Por más lejanos que parezcan estos temas, para Lehmiller son una causa de estrés y ansiedad que afecta la libido.

Por su parte, Esther Gonzalo, psicóloga sanitaria y coordinadora del programa psicoeducativo para adolescentes Desconect@, cree que los jóvenes sí tienen un “interés claro” en el sexo, pero que este va más allá de solo la práctica sexual en sí y que les preocupa la búsqueda de una identidad y de afectividad. “Cuando te pones a hablar con ellos y te pones a ver más allá de las apariencias, ves qué están buscando, con qué se sienten cómodos o cómodas y con qué no”, explica Gonzalo en llamada telefónica con este periódico. La psicóloga afirma que la pandemia de la covid-19 y la tecnología han afectado el desarrollo psicosexual de los más jóvenes. Por eso, Gonzalo destaca la importancia de investigaciones como la de Teens & Screens que, al poner foco en la relación de los jóvenes con el contenido que consumen, dilucidan sobre la percepción que tienen de la sexualidad propia y las relaciones.

En las respuestas que cita Teens & Screens, los adolescentes entrevistados se muestran contrarios a verse encasillados por sus intereses románticos o sexuales y expresan interés por ver “vidas como las suyas” representadas en la pantalla. Rechazan también lo que consideran estereotipos “desagradantes” de los clichés románticos, como las tramas que sugieren que las relaciones son necesarias para la felicidad, que los protagonistas masculinos y femeninos siempre terminen juntos románticamente o la abundancia de tramas centradas en triángulos amorosos. “Lo que buscan es que se les dé la posibilidad de que haya una variedad con respecto a su orientación y su identidad”, explica Gonzalo.

Más cómodos con la soledad

Teens & Screens coincide en un aspecto con otros estudios sobre la generación Z: el mayor gusto por la soledad. Un 46% de los entrevistados dijo estar feliz solo y no necesitar de una pareja. Esto coincide con lo que plantea Gonzalo sobre cómo se trata de una generación que intenta desprenderse de lo que consideran mitos sobre la necesidad del romance para ser felices. La psicóloga apunta que esto también se debe a que factores como la pandemia los hicieron más recluidos y dependientes de la tecnología como un sustituto del contacto social. “Me atrevería a decir que se sienten extremadamente cómodos ante la idea de estar solos. El hecho de pensar en tener que exponerse a situaciones sociales probablemente les supone gran incomodidad”, afirma la experta.

A pesar de que los estudios sobre la generación Z y el sexo han sido realizados principalmente en Estados Unidos, las experiencias de Gonzalo con sus pacientes adolescentes coinciden con los que señalan estas investigaciones. Es la misma reflexión sobre una ruptura de los zoomers con las ideas predominantes sobre el sexo y las relaciones humanas.