Muere una mujer en Madrid tras precipitarse de un décimo piso con sus dos hijos, en estado grave

A primera hora de la mañana, cuando uno de los camareros de la cafetería J.J, en el distrito de Ciudad Lineal, se disponía a comenzar su jornada laboral, una mujer de 48 años se precipitaba desde un décimo piso del edificio contiguo al local, en la calle Ricardo Ortiz, 114. Lo hacía con sus dos hijos, de 3. Ella ha fallecido y los menores se encuentran en estado muy grave, uno está siendo atendido en el Hospital Universitario 12 de Octubre y otro, en el Hospital Infantil Niño Jesús. “Estaba abriendo la puerta del bar a las 8.45, cuando escuché un estruendo muy grande, la policía no tardó ni dos minutos en llegar”, comenta el hombre, que prefiere no ser identificado.

Con la intención de saber lo sucedido, ha intentado aproximarse con otros vecinos al lugar de los hechos, una zona ajardinada en la parte trasera del bloque de pisos, pero los agentes les han impedido el acceso. La mujer nunca entró en la cafetería donde trabaja, aunque la veía todos los días pasear con un carrito gemelar. “No se relacionaba mucho, estaba siempre sola, estamos todos conmocionados”, expresa mientras apura el cigarro antes de retomar la faena en un local repleto de clientes.

Los vecinos, reunidos en pequeños corrillos en la acera, comentan que los niños acuden a un colegio ubicado a cinco minutos a pie de la vivienda de la fallecida. Creen que tenía trabajo porque una mujer de procedencia filipina cuidaba de los menores a diario. “Los veíamos con ella por la calle y en el parque, son muy simpáticos y guapísimos, llaman la atención. Ayer cumplieron 3 años”, expresa Susana, una mujer de 60 años que prefiere no dar su apellido.

Vive cerca del edificio en el que residían los pequeños. “Nunca los vi con familiares o amigos de su madre”, dice. “Todo el barrio habla de lo mismo desde que llegaron a primera hora de la mañana 12 ambulancias, estamos muy afectados”, prosigue. Coincide con ella Luis Ramón Parrondo, otro vecino de 52 años, que veía a menudo en la parada del autobús a la mujer que se precipitó por la ventana. “Vivía sola con los niños”, señala a las puertas de una tienda con servicio de frutería y panadería, a la que asegura que ella solía acudir con sus hijos y a la que ahora se acercan varias personas para preguntar qué ha pasado al tendero, un varón que no quiere hablar de lo ocurrido.

“La policía llegó tan rápido porque los vecinos habían dado la voz de alarma, ya que minutos antes de precipitarse por la ventana decía a gritos lo que iba a hacer”, cuenta Parrondo. Otra mujer, cuya vivienda se sitúa en la cuarta planta del edificio donde sucedieron los hechos, asegura que la fallecida se había mudado hace no mucho tiempo, algo que también corrobora otro vecino del octavo piso, que la primera vez que la vio con sus hijos estos “no eran bebés, ya estaban crecidos”.

Los trabajadores del SAMUR y los agentes se han trasladado a la calle Ricardo Ortiz, pero no han podido hacer nada por salvar la vida de la madre. Fuentes de la investigación descartan un episodio de violencia de género y apuntan a un suicidio de la mujer. La Policía Nacional se hace cargo del caso tras la intervención de la Policía Municipal de Madrid y los bomberos del Ayuntamiento.

El suicidio es, según la Organización Mundial de la Salud, un problema de salud pública que no depende de una sola causa, sino en el que influyen múltiples factores: sociales, culturales, biológicos, psicológicos y ambientales. La persona que se suicida no quiere acabar con su vida, sino con el sufrimiento que padece.

Si necesita ayuda, tiene pensamientos o ideaciones suicidas puede llamar al 024; al teléfono de la Esperanza (717 003 717) o escribir por WhatsApp al 666 640 665. También ofrece asistencia la Fundación ANAR (900 20 20 10).