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Más Madrid lleva al Congreso la retirada del nombre de Juan Carlos I en universidades y hospitales

El partido lo considera coherente si se tiene en cuenta que ni siquiera ha sido invitado al homenaje por los 50 años de su coronación

Juan Diego Quesada

El hecho de que el rey sin corona haya publicado recientemente sus memorias y se cumplan 50 años de su coronación ha traído de vuelta el debate de cuál será su impronta en la historia de España. Un partido de la izquierda española lo tiene claro: lo mejor sería borrar su legado por los escándalos que lo acecharon durante sus últimos años en el Palacio de la Zarzuela. Más Madrid, a través del Grupo Parlamentario Sumar, va a presentar una iniciativa en el Congreso para que Juan Carlos I, su nombre de monarca, sea retirado de universidades, hospitales y hasta de calles y avenidas. Un borrado total, casi como si nunca hubiera existido ni tuviera relevancia su papel en la Transición, aunque es difícil que salga adelante por el respeto a la monarquía que tienen los partidos mayoritarios.

En ese partido consideran que sería lo más lógico si se tiene en cuenta que en el propio Congreso, el viernes, se va a celebrar un acto por el medio siglo de su coronación al que ni siquiera ha sido invitado. Asistirán, eso sí, los actuales reyes, Felipe VI y Letizia, y sus dos hijas, la princesa de Asturias y la Infanta Sofía, pero su ausencia tiene un simbolismo muy potente. Juan Carlos I pasará ese día lejos de cualquier festejo, en Abu Dabi, lugar en el que se ha refugiado en el otoño de su vida.

Lo coherente, para Más Madrid, sería despojar de su nombre todas las instituciones que lo llevan, que no son pocas. “Actualizar estos símbolos conforme a los principios de integridad, ejemplaridad y ética pública es esencial para reforzar la credibilidad democrática y avanzar en una memoria pública coherente”, explica el partido en la iniciativa, que será presentada este martes. “No ha sido invitado a la ceremonia, una exclusión que revela la clara distancia institucional que el propio Estado y los poderes públicos han establecido respecto de su figura”, añaden.

En el libro de memorias que se ha publicado en Francia y lo hará en dos semanas en España, se retrata a un hombre herido, consciente de algunos de sus errores, pero que cree que ha sido tratado de manera injusta. “Mi hijo me dio la espalda por el sentido del deber”, dice en un extracto, cuando recuerda una reunión con él en 2020, después de que salieran a la luz las investigaciones de la justicia en Suiza por sus cuentas millonarias. Dice entender que, como rey, su hijo mantuviera una “postura pública firme”. A continuación, llega el lamento: “Pero sufrí su insensibilidad”.

Juan Carlos I reinó durante cuatro décadas que coinciden con la época de mayor prosperidad de la historia de España. Fue proclamado por delante de su padre, al que le correspondía la corona si se seguía la sucesión natural. Sin embargo, el dictador Francisco Franco, antes de morir, lo eligió como su sucesor. En 2014, él dejó paso a su hijo, Felipe VI, en un momento en el que su imagen ya estaba desgastada por varios casos de corrupción. Sus problemas de salud se añadieron a este rosario de acusaciones, que sorprendieron a muchos españoles que lo tenían idealizado.

En el libro, titulado Reconciliación, revela una conversación que mantuvo con el actual rey en ese momento tan trascendente: “No olvides que heredas un sistema político que yo he construido. Puedes excluirme en el plano personal y financiero, pero no puedes rechazar la herencia institucional en la que has crecido”. Culpa de ese distanciamiento, en parte, al actual presidente socialista, Pedro Sánchez, al que acusa de “desacreditar” su persona. Sánchez, en una entrevista reciente con EL PAÍS, ironizó sobre esto: “Todavía no lo he leído, pero también le diré que no va a ser uno de los que recomiende para estas Navidades, visto lo visto”.

El rey se siente incomprendido, olvidado, tratado injustamente. “Tengo la sensación de que me roban mi historia”, dice en el prólogo. Más Madrid quiere arrebatarle todavía algo más: el sello de su nombre.

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Sobre la firma

Juan Diego Quesada
Es el corresponsal de Colombia, Venezuela y la región andina. Fue miembro fundador de EL PAÍS América en 2013, en la sede de México. Después pasó por la sección de Internacional, donde fue enviado especial a Irak, Filipinas y los Balcanes. Más tarde escribió reportajes en Madrid, ciudad desde la que cubrió la pandemia de covid-19.
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