De los gritos a una lección magistral: los diputados de Madrid van a clase con la RAE

“¡Sinvergüenzas!”. “¡Delincuentes!”. “¡Mezquinos!” “¡Bolcheviques!”. Son descalificaciones que se pueden oír un jueves cualquiera en un pleno de la Asamblea de Madrid. También “nazis”. O “inmoral”. O “corrupta”. O “facha”. Aquí, en el Parlamento regional, un día un diputado de Más Madrid simuló el gesto de un disparo mientras hablaba la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso; otro, el PSOE en pleno se fue para denunciar así una iniciativa de Vox “cargada de odio” contra los menores migrantes; y son tan frecuentes las interrupciones, los gritos o las expulsiones de diputados, que ya nadie lleva la cuenta. Podría decirse que en la Cámara incluso se habla demasiado claro. Pero no. Los textos legislativos son a veces laberínticos. Un jeroglífico indescifrable para el ciudadano. Y por ello el Parlamento regional, presidido por Enrique Ossorio, ultima con la Real Academia de la Lengua (RAE) una jornada de trabajo para que diputados y funcionarios se formen para emplear un lenguaje claro y accesible para todos en leyes, debates y documentos, según se informó en la última reunión de la Mesa de 2024.

“Esto está por encima de las divisiones políticas porque afecta al lenguaje, que es común. La lucha es acercar el lenguaje administrativo al pueblo”, resume el académico Salvador Gutiérrez Ordóñez, titular de la silla S y ponente de la lección magistral, según explican en la RAE y el Parlamento regional. “Hay un tecnolecto, un dialecto técnico, necesario para la precisión”, sigue sobre los textos parlamentarios, administrativos o científicos. “Y no es ese el gran mal: son la longitud [de las frases], los incisos, las aposiciones, los gerundios, que hacen el lenguaje impenetrable para los ciudadanos”.

Los políticos son especialistas en eso. Sus señorías, dicen los expertos, son propensos a los que franceses llaman lenguaje de madera, y los alemanes, de cemento. Un producto indigesto. Es decir, dicen mucho sin decir nada. Eso, temen en la Asamblea, aleja a los ciudadanos de la política, en la medida que dificulta que entiendan lo que se decide sobre todas las facetas de sus vidas, e incluso, ironiza Gutiérrez Ordoñez, “de su muerte”. Que ahí están los impuestos.

“En el marco de la Red Panhispánica de Lenguaje Claro y Accesible, impulsada por la Real Academia Española y de la que forman parte más de 300 instituciones de todo el mundo hispánico, va a tener lugar una jornada de lenguaje claro, en la sede de la RAE, destinada a la formación de los diputados y funcionarios de la Asamblea de Madrid, institución adherida a la Red”, explican en la academia que vela por el buen uso de la lengua. “Es una formación teórica y práctica, por lo que se van a aportar textos de la Asamblea para su análisis”.

¿El objetivo? Lograr que sus señorías interioricen consejos y recursos dirigidos a obtener “textos diáfanos”. Será la primera vez que Gutiérrez Ordóñez (Taballes de Bimenes, Asturias, 1948), filólogo, director del Departamento de Español al Día desde 2008, y responsable del Diccionario Panhispánico de Dudas (DPD), imparta estas nociones entre políticos, según cuenta él mismo.

“Este es un derecho nuevo de los ciudadanos”, subraya; “es el derecho a comprender las disposiciones que afectan a su vida sin necesidad de intermediarios”. Y agrega: “Fundamentalmente la comunicación clara se basa en los documentos, pero hay aspectos como la comunicación y la cortesía en los que entraré un poco”.

El académico tendrá unas dos horas para plantar la semilla que permita acercar a los ciudadanos la forma en la que se expresan los diputados. Pocos más indicados. En noviembre, Gutiérrez Ordóñez presentó la Guía panhispánica de lenguaje claro y accesible, una obra “que se propone ofrecer recursos, advertencias, recomendaciones y conocimientos que puedan aportar luz y claridad en el lenguaje”, según recogió entonces la página web de la RAE.

Fundamento de los valores democráticos

“El curso está por cerrar fechas y detalles. Será para todos los diputados de la Cámara”, afirma un portavoz de la Asamblea de Madrid sobre un proyecto que cuenta con el impulso del presidente del Parlamento regional y número dos del anterior gobierno de la presidenta Isabel Díaz Ayuso, Enrique Ossorio.

“No podremos resolverlo todo de un día para otro, pero es importante que nos fijemos el objetivo de utilizar un lenguaje claro en los debates y en los documentos”, afirmó Ossorio el pasado verano en una intervención pública. La meta, dijo entonces, es promover y difundir el uso del lenguaje claro y accesible, “como fundamento de los valores democráticos y el compromiso de las autoridades para asegurarlo en todos los ámbitos de la vida pública”.

Solo otra Cámara regional, las Cortes aragonesas, se ha adherido a la Red Panhispánica de Lenguaje Claro, promovida por la RAE, según su página web. Pero más de 200 instituciones públicas y privadas de América, Filipinas, Guinea Ecuatorial, así como altas instituciones del Estado, organismos y universidades españolas, están entre sus integrantes. Una lista que incluye al Gobierno y la Asamblea de Madrid: por un día, los diputados que asistan dejarán de gritarse, y pasarán a escuchar la lección magistral de la RAE.