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TRIBUNA
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Un plan para el Madrid que viene

Los escándalos que rodean a Isabel Díaz Ayuso sacuden los cimientos de la hegemonía del PP en la Comunidad

Una de las manifestantes que piden la dimisión de Isabel Díaz Ayuso en Madrid, el 6 de abril de 2024.
Una de las manifestantes que piden la dimisión de Isabel Díaz Ayuso en Madrid, el 6 de abril de 2024.Alejandro Martínez Vélez (Europa Press)

En las últimas semanas, los escándalos que rodean a Isabel Díaz Ayuso han venido a agitar el tablero que auguraba la precipitación segura de un nuevo ciclo político virado a la derecha. No soy una ilusa: ni las mentiras de la presidenta, ni su victimismo inverosímil, ni la actitud de matón de su jefe de gabinete deshacen de un plumazo la monumental red de poder político, económico, judicial y mediático de la derecha en Madrid.

Sin embargo, el nerviosismo evidente en el PP sí nos recuerda que nadie es intocable ni el futuro está escrito. Y ha insuflado una cierta moral de combate en el progresismo madrileño, que ha culminado con las estampas de la boda de Almeida. Esas imágenes retratan un país más parecido al de La Escopeta Nacional o al de la Gürtel de los primeros 2000, que a la España que no ha conocido un contrato indefinido hasta la reforma laboral de 2022, ni sabe si podrá pagar el alquiler cuando toque renovar el contrato o si habrá pediatra esta semana en su centro de salud.

El castillo en el que se aposenta tanto poder acumulado en décadas no es de naipes. Pero bajar los brazos no es una opción. Más Madrid presentará este sábado, bajo el lema Madrid 2027, las conclusiones del debate estratégico que en los últimos meses han tenido nuestras asambleas de la ciudad de Madrid. Y lo hacemos lanzando un mensaje claro a la sociedad madrileña y a toda la ciudadanía progresista: tenemos un plan. Tan importante es el trabajo cotidiano que nos ha traído hasta aquí, ese compromiso constatable en cada problema a pie de calle, como ofrecer un horizonte de cambio. Ello pasa por poner el acceso a la vivienda en el centro, el blindaje de los servicios públicos, y una ofensiva por los salarios, la reducción de la jornada laboral y el papel de los sindicatos contra la precariedad. Porque claro que en Madrid la vida no tiene por qué ser cuesta arriba.

Aquí estamos, para hacernos cargo del estado de ánimo de quienes no quieren resignarse a la alfombra roja de Almeida y Ayuso a comisionistas y fondos buitre. Aquí estamos: porque a orgullo por el Madrid de los barrios, el que sale a defender su sanidad o el que desborda las calles cada Orgullo LGTBI, no nos gana nadie.

Aquí estamos: no somos los feligreses de unas siglas, sino la casa abierta que levanta el Madrid que viene. La solvencia que podemos ofrecer es la de los pies en la tierra, la mirada larga y una capacidad de trabajo imbatible. En tiempos confusos, ninguna certeza es poca. Esa es la nuestra.

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