La policía cree que Rafael Amargo y su productor utilizaron la venta de droga para financiar una obra teatral
El artista acude a la vista oral en la que se enfrenta a nueve años de prisión desde la cárcel en la que ingresó hace cinco meses tras faltar de forma reiterada a obligación de firmar en el juzgado
En el escenario es Rafael Amargo, pero en la sala de vistas de la Audiencia Provincial de Madrid en la que se le juzga por tráfico de drogas se trata de Jesús Rafael García Hernández. El artista afronta nueve años de prisión junto a su socio y productor, Eduardo de Santos, y otro supuesto colaborador llamado Miguel Ángel Batista por traficar “de forma persistente” con drogas desde su vivienda en la calle de la Palma al menos desde 2020. La policía cree, además, que los ingresos se usaron para financiar la carrera artística del bailarín. Pero en esta primera jornada, el protagonista del espectáculo ha sido el abogado de Amargo, el mediático Marcos García Montes, quien se ha enzarzado con el instructor policial de la investigación hasta que el magistrado le ha pedido que se tranquilice. El juez también ha tenido que pedir al propio Amargo que guardara silencio.
—Usted se ha referido de forma obsesiva a Luciana como la pareja de Jesús Rafael, cuando están casados desde 2019—, ha espetado García Montes al policía ante la estupefacción generalizada de la sala.
El policía había hablado de la esposa de Amargo porque el inicio de la investigación se la consideró implicada, una causa que se archivó. El agente, sin entender muy bien a qué se refería García Montes, ha especificado que ambos términos se pueden usar como sinónimos.
—¡No! Cuando se han inscrito en el registro civil se les denomina cónyuges—, ha insistido Montes.
—Bueno, letrado, tranquilícese—, le ha pedido el magistrado ante un inicio de interrogatorio tan extravagante.
Más allá de consideraciones técnicas sobre cómo se debe etiquetar una relación sentimental, lo que se juzga en este proceso es si Amargo, De Santos y Batista formaron durante varios meses un entramado criminal para adquirir y distribuir droga por todo Madrid, como sostiene la Fiscalía según la investigación policial. Estas pesquisas apuntan, tal y como ha especificado este lunes el policía que dirigió las actuaciones, a que el dinero obtenido con la venta de estupefacientes sirvió para financiar el espectáculo teatral Yerma, que el bailarín tenía previsto estrenar a finales de 2020, cuando fue detenido. De hecho, la rueda de prensa multitudinaria que ofreció Amargo tras su detención se celebró en el teatro, con el equipo artístico detrás. “En una de las conversaciones hablan de que puede que se cierren las fronteras entre comunidades y que tenían que hacerse con provisiones”, ha especificado el investigador sobre una charla entre el bailaor y el productor.
Amargo y De Santos han llegado a la Audiencia Provincial desde prisión, donde ingresaron hace cinco meses después de faltar de forma reiterada a la firma en el juzgado que el juez les había impuesto como medida cautelar de su libertad provisional. El artista explicó en su momento que cumplir con esta medida cautelar le suponía estrés. En esta primera jornada, Amargo, que iba con su peinado habitual engominado hacia atrás y con un traje de rayas, se ha mostrado sonriente y se ha girado en varias ocasiones a guiñar el ojo a sus familiares. Conforme avanzaba el interrogatorio de su abogado, se iba creciendo e iba haciendo comentarios por lo bajo hasta que el magistrado ha tenido que amonestarlo: “Recuerde que ha pedido usted declarar el último día, si no deja de hablar hoy tendré que expulsarle”.
En 2020, los agentes de policía de la comisaría Centro de Madrid desplegaron un dispositivo para detectar posibles puntos de venta de estupefacientes en plena pandemia. Fue así como observaron movimientos sospechosos en un portal, al que accedían numerosas personas que permanecían unos pocos minutos y se marchaban. Entre estos visitantes fugaces, los agentes reconocieron a varios camellos habituales del centro, según han explicado este lunes en el juicio. En una de las primeras vigilancias, vieron a uno de los acusados, Batista, salir del inmueble, montar en un coche VTC y hacer una presunta entrega a un cliente que le pagó 50 euros. Así comenzaron los seguimientos e intervenciones telefónicas que culminaron con la detención de la trama el 1 de diciembre de 2020. Para los investigadores policiales, Batista era el “hombre para todo” de Amargo.
El policía, que ha declarado en primer lugar y que hizo durante meses los seguimientos tanto presenciales como telefónicos de la red, ha explicado que no había duda de que el que usaba el teléfono intervenido era Amargo. “Tenía una forma muy característica de hablar, una voz reconocible, hablaba con la SGAE...”, ha explicado. El agente ha relatado cómo el productor De Santos se incorporó después que el artista al negocio ilícito. García Montes ha pedido la nulidad de las intervenciones telefónicas y ha asegurado a la entrada a la vista que durante el periodo en el que se investigó el tráfico de sustancias, el artista estaba “afectado por el consumo de drogas”.
El abogado de Amargo también ha asegurado que no es posible que su cliente traficara con droga porque durante el tiempo que duró la investigación él realmente estaba en “Pasapalabra, en la Sexta Noche, en el odontólogo...”. En ese momento el artista ha levantado unos papeles diciendo “eso está aquí”, ante una nueva mirada reprobatoria del tribunal.
Será el viernes cuando Amargo declarará, junto a los otros dos acusados, y contará su realidad. Ya lo avanzó en junio de 2023, cuando se suspendió el juicio por el cambio de un abogado y él declaró en las puertas de la Audiencia Provincial que no había nada de cierto en las acusaciones. “ENE A DE A”, deletreó alto y claro. Para entonces ya habrán declarado ante el tribunal más de 30 testigos que puede que opinen de forma contraria.
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