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Ayuso rectifica y rechaza el discurso antiinmigración de Vox: “Todo lo que dicen viene con un estigma”

Tras vincular a los migrantes alojados en Alcalá con casos de violencia sexual y un brote de sarna, la líder defiende el mestizaje de Madrid y se desmarca de los ultras

La presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, durante el pleno que la Asamblea regional celebra este jueves.
La presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, durante el pleno que la Asamblea regional celebra este jueves.FERNANDO ALVARADO (EFE)
Juan José Mateo

Ha sido una rectificación en diferido. Dos semanas después de desplazarse hasta Alcalá de Henares para vincular a los 1.200 migrantes alojados en la localidad por el Gobierno con casos de violencia sexual y un brote de sarna, ambos desmentidos por el Ejecutivo central, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha rechazado este jueves el discurso antiinmigración de Vox. “No dejan de mentir siempre con la emigración”, ha dicho la líder conservadora durante la sesión de control en el Parlamento regional, pese a que fueron precisamente sus declaraciones en la ciudad cervantina las que provocaron que Rocío Monasterio, portavoz madrileña de Vox, se desplazara hasta el centro de acogida para pedir su cierre, reclamar la expulsión de los migrantes y afirmar que su presencia suponía un problema de seguridad. Una coincidencia de intereses y estrategias entre PP y Vox que ha saltado por los aires este jueves.

―Acompáñeme a llevar con autobuses a los 1.500 [emigrantes] a la puerta de La Moncloa, le ha espetado Monasterio a Díaz Ayuso.

―En materia de inmigración no voy con usted a ningún lado, le ha contestado la presidenta regional.

La intervención de la presidenta recuerda a uno de los plenos más extraños de los últimos años. Ocurrió en febrero de 2022. Y Ayuso acabó ovacionada por la izquierda por atacar el discurso de Monasterio: “Los de las bandas latinas son tan españoles como [Santiago] Abascal”.

Pero este jueves no hay aplausos desde la bancada de la izquierda. Nadie altera el gesto, porque las palabras de la presidenta suenan huecas dos semanas después de encender la polémica de Alcalá de Henares, hasta donde marcha a mediados de enero Díaz Ayuso en compañía de la alcaldesa de la localidad, Judith Piquet, y con el objetivo de usar a los migrantes en su estrategia de choques continuos con el presidente del gobierno, Pedro Sánchez.

La portavoz de Vox, Rocío Monasterio, interviene en el pleno de la Asamblea de Madrid.
La portavoz de Vox, Rocío Monasterio, interviene en el pleno de la Asamblea de Madrid. FERNANDO ALVARADO (EFE)
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“En el centro de acogida ya se han producido varias reyertas graves, incluidas algunas protagonizadas por personas que ya han estado detenidas por la Policía Nacional; se están investigando agresiones sexuales a mujeres del municipio, según han denunciado; se producen peleas dentro y fuera del centro; ha habido un brote de sarna [que ha afectado a ocho migrantes]...”, dice Ayuso durante una intervención centrada exclusivamente en ese asunto. “Nos encontramos ante una situación que empieza ya a ser insostenible”, afirma, rotunda, sobre los 1.200 emigrantes trasladados a la localidad. “Tenemos que denunciar lo que se está viviendo en Alcalá, que también se reproduce en otros municipios”, añade. “Vivimos un auténtico caos”.

La mecha prende hasta crear un incendio que atrae a la portavoz de Vox hasta el municipio, pues siente que su discurso antiinmigración ha sido validado por la presidenta, y acaba por movilizar al Gobierno de la nación para desmentir a la baronesa conservadora.

Primero interviene el delegado del Ejecutivo en la región, Fran Martín, que niega que haya ni un solo indicio que vincule a los migrantes con denuncias de agresión sexual: “Ayuso miente, no quiere explicar su gestión”. Al poco, desde el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones se tilda de “bulo” el supuesto brote de sarna descrito por la presidenta regional. La líder conservadora, en todo caso, mantiene sus declaraciones, aunque poco a poco va introduciendo matices que la van acercando paso a paso a la rectificación: “Si los agresores son vecinos de Alcalá o si son de fuera lo tiene que determinar un juez (...), no me corresponde a mí”.

Y así se llega hasta este jueves, cuando, entonces sí, Díaz Ayuso hace una rectificación en diferido ante una pregunta de Monasterio en la que la líder del partido de extrema derecha intenta retratarla como una política débil, asustada frente a Sánchez, sin fuerza para afrontar el problema.

“Todo lo que dicen en materia de emigración siempre viene con el estigma, pero ni el crimen viene con la raza, con la cultura o el país, viene con la ilegalidad”, le contesta Díaz Ayuso. “No iré con ustedes en un discurso así, el mío es el del mestizaje, la mezcla de culturas, que es lo que hemos hecho siempre y por eso Madrid es internacional”.

Acabado ese choque, Juan Lobato, el portavoz del PSOE, le afea a la presidenta que airee la supuesta intención de Moncloa para dejar a la región sin agua ni luz (”Mucho ataque, pero cero medidas. ¿De verdad piensa que alguien se cree la teoría de la superconspiración?”, dice). Y Manuela Berguerot, de Más Madrid, hace una pormenorizada descripción de los problemas que hay en sanidad, educación o natalidad.

Pero a Díaz Ayuso no parecen interesarle esas polémicas durante este jueves. El primer pleno de la Cámara tras el parón de las Navidades, que incluye un enero baldío y sin actividad, se cierra con aires de rutina.

“Madrid no les quiere porque ustedes no quieren a Madrid”, se despide la presidenta de la oposición.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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