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Grupos de ultraderecha homenajearán el sábado la Cruz fascista de Majadahonda, que el PP mantiene en pie desde 2015

El Ayuntamiento, con mayoría absoluta popular, incumple una moción aprobada por mayoría hace 8 años. El monumento es un homenaje a dos fascistas rumanos de la Guardia de Hierro que combatieron en la guerra civil

Monumento a Ion Mota y Vasile Marín, en el municipio madrileño de Majadahonda.
Monumento a Ion Mota y Vasile Marín, en el municipio madrileño de Majadahonda.Alex Onciu
Ana Puentes

Nada ha conseguido demoler el monumento a los rumanos fascistas de la Guardia de Hierro, ubicado en el municipio madrileño de Majadahonda. Ni la Ley de Memoria Histórica de 2007, ni una moción del pleno municipal en 2015 y, por ahora, tampoco lo ha conseguido la Ley de Memoria Democrática de 2022. El monolito, dedicado a Ion Mota y Vasile Marin, sigue ahí y será escenario este sábado de la tradicional convocatoria falangista para homenajear a los caídos. El PSOE de Majadahonda rechaza este tipo de actos en el municipio y llevará al pleno del 25 de enero una propuesta para retirarlo. Fuentes municipales del PP, que gobierna en Majadahonda con mayoría absoluta, aseguran que estudiarán la propuesta una vez se presente pero que, de momento, el Ayuntamiento no puede actuar porque el monolito está en un terreno privado.

La disputa es de vieja data y, mientras no se resuelva, se seguirán haciendo allí, año a año, los homenajes fascistas y neonazis. El de este sábado está convocado por la Falange Española de las Jons y no ha sido comunicado a la Delegación de Gobierno. Las tradicionales concentraciones alrededor del monumento de cuatro arcos y una cruz han incluido en otras ocasiones actos religiosos, cantos y saludos fascistas y el ondeo de banderas de la Falange, la Guardia de Hierro, Rumania y de España con el Escudo del Águila. Cuando estos grupos no están, otras personas ingresan al terreno, que no está vallado, y vandalizan el monolito. Una batalla silenciosa continúa sobre la estructura de piedra, 87 años después del hecho que motivó su construcción.

El 13 de enero de 1937, en plena Guerra Civil, murieron en combate Ion Mota y Vasile Marin, dos miembros del movimiento rumano fascista La Guardia de Hierro, que habían llegado a España a apoyar al bando sublevado. Una vez acabó la Guerra Civil, se erigió un enorme conjunto monumental en el municipio para recordar a Mota y a Marin, “caídos por Dios, España y Rumania”. Desde 1939, este lugar, ubicado detrás del cementerio municipal, ha sido lugar de “concentraciones patrióticas”, según recoge el historiador Miguel Ángel Del Arco en su libro Cruces de Memoria y Olvido.

David Rodríguez Cabrera, concejal del PSOE de Majadahonda, exige que el PP “se moje, actúe y condene sin rodeos este tipo de actos de exaltación del fascismo”. Fuentes del PP majariego afirman que restringir este tipo de actos es competencia de la Delegación de Gobierno. El concejal socialista, además, señala a los populares de llevar décadas “mirando hacia otro lado e incumpliendo el acuerdo del pleno de Majadahonda de 2015″.

El acuerdo al que se refiere Rodríguez fue una moción presentada por Ciudadanos, el PSOE, Somos Majadahonda e Izquierda Unida para demoler el monumento antes de que terminara el año 2015 e instalar en ese lugar un “nuevo monolito o placa conmemorativa” por la paz. La moción también incluía “la no permisividad” de concentraciones de grupos radicales. En ese pleno, hubo 13 votos a favor de los partidos proponentes y 12 abstenciones del PP. Pero nada cambió, ni cayó el monolito ni se dejaron de celebrar homenajes fascistas. En 2021, un informe jurídico del Ayuntamiento, gobernado por el PP, justificó que el acuerdo municipal votado en 2015 era una “propuesta de actuación” y no “una resolución administrativa con efectos jurídicos directos”. Rodríguez reconoce que el acuerdo “no es jurídicamente vinculante”, pero que tampoco es “ético” mantener el monumento.

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El informe jurídico del Ayuntamiento, además, argumenta que el monumento “se encuentra en una finca privada” y que “no se puede considerar como un símbolo o monumento público” porque no se lo referencia en documentos municipales como callejeros o planos ni se alienta a su visita. La ley de Memoria Democrática de 2022 –que reemplaza a la de Memoria Histórica– establece que cuando estos elementos estén ubicados en “edificios privados o de carácter religioso, pero que tengan proyección a un espacio público” su desmonte depende de los propietarios o instituciones titulares.

Una nueva propuesta en el pleno, sin embargo, no la tiene fácil. De los 25 concejales del pleno municipal, 15 son del PP; 4, de Vox; 3, del PSOE; 2, de Vecinos por Majadahonda y 1, de Más Madrid-Izquierda Unida. Para presionar por otro frente, el PSOE llevará el tema al Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática “para ver qué se puede hacer para que la administración local cumpla los acuerdos”. “En los alrededores del cementerio y de la parcela del monolito, hay viviendas y hay vecinos que tienen que ver a personas uniformadas cantando himnos fascistas. No es normal en pleno siglo XXI”, denuncia Rodríguez.

Vista del monumento a dos miembros de la Guardia de Hierro, ubicado en Majadahonda.
Vista del monumento a dos miembros de la Guardia de Hierro, ubicado en Majadahonda. Alex Onciu

Izquierda Unida también ha toca la puerta en el Gobierno Central. Los diputados Enrique Santiago, también Secretario General del Partido Comunista, y Nahuel González preguntaron qué medidas se pensaban tomar sobre este monumento “de exaltación de la dictadura franquista”. El Gobierno respondió a finales de diciembre que solicitó en octubre que se incluya en el futuro catálogo de elementos contrarios a la memoria democrática. “En el caso de no producirse la retirada o eliminación de los elementos incluidos en dicho catálogo, de manera voluntaria, la administración pública competente incoará de oficio el procedimiento para la retirada de los mismos”, dice el Gobierno en su respuesta.

En la Comunidad de Madrid permanecen, al menos, unos 200 símbolos franquistas, de acuerdo con la base de datos de Debería Desaparecer, una iniciativa de la Fundación Jesús Pereda, de CC OO. Entre el listado hay 148 placas, 34 nomenclaturas de calles, siete cruces, seis escudos, seis lápidas, un relieve, una escultura, dos inscripciones y cuatro conjuntos monumentales. En esta última categoría se incluye el valle de Cuelgamuros; el Arco de la Victoria, ubicado en Moncloa; el Homenaje a José Calvo Sotelo, en La Castellana; y el monolito de Majadahonda a miembros de la Guardia de Hierro.

Aunque organizaciones de memoria señalaron, en un reportaje sobre cruces franquistas en la región, que hay poca voluntad para el retiro de estos símbolos, hay algunas iniciativas en camino. Javier Aunión (PSOE), alcalde de Lozoyuela-Navas-Sieteiglesias, trabaja en un proyecto para retirar un conjunto monumental de piedra–compuesto por un monolito, una cruz y dos figuras de yugo y flechas– levantado en los años 50 “a los Caídos por Dios y por España” en un terreno público. “Ya tuve una conversación con el Secretario de Estado de Memoria Democrática para ponerlo en marcha. Tendremos que abrir un expediente para hacer el cambio”, cuenta Aunión. El PSOE, que gobierna con Podemos, llevará además al pleno la propuesta de cambio de nombre de la calle que lleva al monumento: Calle de la Cruz de los Caídos. Pronto empezarán las reuniones con el PP para hablar sobre una de las cruces franquistas que se mantienen en la Comunidad.

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