Aguirre, impulsora del bilingüismo en Madrid, en contra del nuevo modelo de Ayuso: “No estoy de acuerdo”
La Consejería de Educación ordena impartir las clases de Historia y Geografía en español a partir del próximo curso
Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid entre 2003 y 2012 e impulsora del modelo de bilingüismo en los colegios públicos de la región, no está de acuerdo con la decisión de la Consejería de Educación de dejar de impartir las clases de Historia y Geografía en inglés a partir del próximo curso. “No estoy de acuerdo con que el resto de las materias no se den inglés. Yo puse otro modelo, pero en fin... Quizá yo esté equivocada”, ha reaccionado Aguirre, en una conversación por teléfono con este diario, a la medida anunciada este martes por el consejero Emilio Viciana en un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum. Esta era una promesa que hizo la presidenta Isabel Díaz de Ayuso en su programa electoral para las elecciones del 28-M, y ha cumplido.
La Dirección General de Bilingüismo ordenará, en los próximos días, que los cerca de 400.000 alumnos de colegios e institutos públicos bilingües reciban esas dos clases en español a partir del curso 2024-2025. “Queremos reforzar el estudio de la Historia y evitar que sus contenidos propios se rebajen por impartirlos en inglés”, ha señalado Viciana en el evento. Aguirre, por el contrario, no cree que “el bilingüismo sea malo para el aprendizaje”. “Creo que aprender en inglés es muy bueno, lo digo por experiencia propia”, ha agregado la exlíder popular, que estudió en el Instituto Británico de Madrid cuando era niña. “Estoy muy satisfecha del modelo que impulsé, creo que fue un gran éxito. No se pierde aprendizaje”, ha resaltado. Aguirre ha matizado que la Comunidad hace otras cosas “bien” en el modelo que ella comenzó durante su presidencia. Reconoce que mantienen las escuelas bilingües y que incluirán inglés en las pruebas diagnósticas que se realizan en 4º y 6º de Primaria y 2º y 4º de la ESO, como anunció también el Consejero este martes.
Pero la también exministra de Educación (1996-1999), por otra parte, ha comentado que el cambio de decisión quizá no sea motivado por algo puramente pedagógico. “Parece ser que el motivo es que en un colegio privado de Madrid se pusieron unos libros de apoyo, de una editorial inglesa, en los que la historia de España estaba vista con ojos ingleses”, ha asegurado. Aguirre estuvo este martes en el evento de Nueva Economía Fórum, sentada en la misma mesa que los actuales consejeros de la Comunidad.
La enseñanza de Historia, de hecho, fue uno de los puntos clave de la intervención del consejero en el desayuno informativo. Viciana insistió, nuevamente, en que se trabaja en cerrar un convenio con la Real Academia de la Historia para que la institución “pueda hacer un informe de carácter general sobre los contenidos que hay en la Comunidad de Madrid sobre Historia”. Tras ese informe, la Comunidad va a “diseñar mejor los manuales y [...] mejorar el conjunto de Historia”. Un día después, el Consejero publicó en X (antes Twitter) cuáles serían los nuevos contenidos que estudiarían en los cuatro cursos de la ESO. Además del estudio de la Constitución y el Código Penal, el tráfico de personas y la esclavitud y el “respeto a la mujer y a las minorías del mundo” se enumeran temas como el narcotráfico, los delitos en redes, “el fanatismo, las sectas y el terrorismo” y “las drogas, las adicciones y la pérdida de libertad”. Frente a las declaraciones de Aguirre y la inclusión de estos nuevos contenidos en los currículos de Historia, la Consejería de Educación se ha abstenido de responder preguntas de este diario y solo ha declarado: “Esta medida adelantada por el consejero forma parte del Plan para una Educación Libre, Plural y de Calidad cuyos detalles se presentarán el próximo mes de enero”.
Estos serán los nuevos contenidos que, adaptados a cada edad, estudiarán los alumnos de 1º a 4º de la ESO en Geografía e Historia desde el curso que viene. Para formarse en el ejercicio de la libertad y la responsabilidad, frente al aumento de la violencia contra los demás y… pic.twitter.com/V5kMAjWcPJ
— Emilio Viciana (@EVicianaDuro) December 20, 2023
En todo caso, aunque se quitará ese tiempo de aprendizaje en inglés, esas horas “se utilizarán para impartir optativas en inglés, adaptadas al nivel de cada alumno y con especial énfasis en la expresión oral”, según ha detallado la Consejería en un Comunicado. Los colegios e institutos serán los que decidan qué optativas se darán en inglés, pero, eso sí, no podrán ser ninguna de las clases de refuerzo de lengua o de matemáticas.
La decisión de Viciana ha reavivado el debate de posturas entre investigadores de la enseñanza en inglés. Por ejemplo, Elena del Pozo, profesora de Geografía e Historia en secundaria y en bilingüe en institutos públicos de la Comunidad, ha hecho una investigación de doctorado –que está a punto de publicarse– para ver si los alumnos en secundarias bilingües y no bilingües de la región adquieren o no los mismos conocimientos. “La conclusión es que no hay diferencia”, asegura Del Pozo. Para llegar a eso, la docente aplicó un test a 450 alumnos de 1° y 3° de la ESO de la Comunidad de Madrid en seis institutos públicos –tres bilingües y tres no bilingües– en localidades distintas. El test incluía cinco preguntas cortas y un ensayo para evaluar definiciones, descripciones, hipótesis y evaluaciones de situaciones históricas. “En el ensayo se han dado los mayores hallazgos. Si bien la escritura y expresión de conocimientos están a la par, los alumnos bilingües arriesgan más a la hora de establecer hipótesis o de evaluar situaciones históricas”, destaca la docente. En clase, Del Pozo, utiliza herramientas visuales, sinónimos o explicaciones adicionales para que todos vayan al mismo ritmo. También destaca que aprovechar vídeos y textos en inglés permite explorar nuevos enfoques: “Por ejemplo, se les puede explicar la Armada Invencible desde el punto de vista británico con textos británicos y desde el punto de vista español con textos en castellano, porque los textos españoles están adaptados a nuestro currículo”, describe Del Pozo.
Ana Llinares, catedrática de Filología Inglesa de la UAM, agrega que los estudios que se han hecho desde el grupo de investigación que dirige, el UAM - CLIL (Content and Language Integrated Learning, por sus siglas en inglés) apuntan a que aprender una asignatura en inglés en sí no genera problemas en el aprendizaje de la mayoría de los estudiantes. “Los que tienen dificultades en inglés también las tienen en español”, asegura Llinares y se pregunta cuáles fueron los datos que utilizó la Consejería para tomar la decisión. “Es una gran pérdida. La importancia de la enseñanza bilingüe no es solo dar el inglés como asignatura, y aumentar el número de horas de inglés no es la solución; el inglés se aprende de manera mucho más natural a través de otras asignaturas”, argumenta. Llinares agrega que estudios como el de Del Pozo demuestra que los estudiantes bilingües desarrollan nuevas habilidades: “Tienen más esa parte de explorar y aportar ideas y menos de repetir lo que hay en el libro de texto”. En cuanto al aprendizaje de contenido histórico, su estudio no observa diferencias significativas entre los estudiantes de centros bilingües y no bilingües.
Los propios análisis de la Comunidad de Madrid, en legislaturas anteriores, apuntaban a que estudiar una asignatura en inglés no afectaba la comprensión de los contenidos. “El nivel de conocimientos y competencias en las asignaturas científicas y sociales impartidas en inglés es similar al de los centros no bilingües que lo imparten en español”, decía una de las conclusiones del Informe sobre la Evaluación del Programa de Enseñanza Bilingüe en la Comunidad de Madrid, publicado en 2018.
En la otra orilla están estudios como el de la Asociación Acción Educativa publicó el estudio La opinión del profesorado sobre el Programa Bilingüe de la Comunidad de Madrid, entrevistó a 1.724 docentes de primaria y secundaria para tomarle el pulso a este modelo educativo. El 88% de los encuestados aseguraron que “existen conductas o señales en su alumnado que indican dificultades atribuibles al uso del inglés como lengua vehicular en las clases”, según dice el documento publicado este noviembre. Las señales más comunes eran la falta de participación (78%), la falta de atención (75%) y malos resultados en exámenes (44%). Luego, ocho de cada diez docentes consideraron que la profundidad de los contenidos sería mayor si las asignaturas o materias se hubieran impartido en castellano. El informe de Acción Educativa incluye testimonios de docentes, entre los que hay educadores en Historia. Uno de los citados asegura que “no tiene sentido dar la Historia de España en inglés” y, otro, que se “sacrifica totalmente el contenido de las materias en inglés y el uso del castellano a cambio de subir relativamente el nivel de inglés”. “Ello hace que los alumnos no participen en las clases y se elimina todo debate o reflexión por falta de dominio de una lengua que no es materna”, agrega un profesor de Geografía e Historia de un Instituto público de Madrid que parte del Programa de Bilingüismo.
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