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‘Time Out’ encumbra a Carabanchel como el “tercer mejor barrio del mundo” ante la incredulidad de sus vecinos

El elogio de la revista elude los problemas del distrito, rebosante de galerías de arte, pero con falta de médicos, inversión pública y acceso a la vivienda

Manifestación frente al centro de salud de Abrantes, en Carabanchel, que ha sufrido un recorte de al menos el 60% de su plantilla.
Manifestación frente al centro de salud de Abrantes, en Carabanchel, que ha sufrido un recorte de al menos el 60% de su plantilla.Juan José Martínez
Juan José Martínez

Hacer barrio detrás de la M-30 es una osadía que Carabanchel quiere cometer. La explosión de galerías de arte, residencias estudiantiles, salas de ensayo para bandas y una agenda cultural variada y de calidad, han puesto el foco sobre este distrito obrero de Madrid, que ha llegado a ser nombrado como “el tercer mejor barrio del mundo”, por la famosa revista Time Out. Tal elogio despierta la incredulidad de algunos vecinos, que constantemente se manifiestan en las calles para demandar más médicos, seguridad, inversión pública y mejor acceso a la vivienda.

Carabanchel ha sido históricamente una cantera de artistas e inspiración de múltiples obras, desde su anexión a Madrid en 1948. Allí han nacido escritores y cineastas como Lorenzo Silva o Achero Mañas; y han crecido célebres personajes como Manolito Gafotas, de la pluma de Elvira Lindo. A partir de 2019, cuando Sabrina Amrani abrió la primera galería, han sido las artes plásticas las que han encumbrado al distrito como un referente cultural.

Los artistas comenzaron a llegar atraídos por el módico precio del alquiler, la cercanía con el centro y las naves de gran tamaño que encontraron en este sector industrial. Han tejido una red que conforman más de 40 estudios, talleres de artesanía y espacios expositivos. Otros creadores que ya vivían hace años en el barrio, convirtieron sus casas en galerías. Carbanchel comenzó a minarse de bodegas con lienzos, esculturas e instalaciones.

Los espacios artísticos encajaron en un barrio obrero, en el que sobran los talleres de coches, carpintería y metalurgia, que demandan materiales muy similares a los que se necesitan para montar una exposición. Fer Francés, fundador de Veta —una de las galerías más reconocidas del distrito— señala que sus proveedores “son los vecinos del barrio” y pone como ejemplo a la fábrica textil Antoñita Jiménez, en su misma calle, a la que compran las lonas y telones que usan en las exhibiciones, o a Patanel, la fábrica de cerveza del barrio, que contribuye en las inauguraciones de las muestras. “Incluso tienes sitios para comprar mármol. Es como un sueño para los escultores”, afirma Francés. Esta simbiosis entre galeristas y comerciantes locales también la atestigua el artista cubano, Carlos Garaicoa, de la galería Elba Benítez, quien deriva ocasionalmente “algunos trabajos de pintura” al taller automotriz de los Hermanos González, que está cruzando la calle.

Garaicoa ha trasladado su estudio desde el centro de Madrid hasta el número 62 de la calle de los Hermanos del Moral en el barrio Opañel, uno de los siete de Carabanchel. “Ahora pago la mitad de lo que pagaba en el centro, por un espacio tres veces mayor”, compara el artista, desde su nave de 300 metros, adornada con obras de gran formato. ”Los artistas necesitamos grandes espacios y en el centro no los hay”, concluye.

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Muchos artistas y residentes llegaron a Carabanchel huyendo de la gentrificación, un problema que incluso aquí ha empezado a perseguirlos. El precio de alquiler en este distrito ―el más poblado de Madrid con 262.339 habitantes― ha alcanzado casi los 14 euros por metro cuadrado, lo que supone un incremento del 11% respecto al año anterior, según idealista, aunque la propiedad de este portal de referencia inmobiliario pertenece al fondo de inversión británico Oakley Capital, que a su vez es el dueño de Time Out.

Varios vecinos han manifestado su incredulidad ante el artículo de la revista. “No nos gusta eso de que vamos a ser el nuevo Brooklyn, ni esas tonterías” señala María Ocaña, residente del barrio y trabajadora en una de las galerías de arte. La joven, de 27 años, considera que estos artículos “pueden romantizar una realidad que no es” y sospecha de una intención oculta tras esta publicación de subir los precios de alquiler.

La revista Time Out elige los mejores barrios del mundo con base en una encuesta a sus lectores. La publicación ha precisado a EL PAÍS que este año han participado 21.000 personas de todo el mundo, aunque desconocen si quienes votaron han visitado el barrio, “ya que solo se les pregunta por su barrio favorito de cada ciudad”. Time Out ha resaltado por correo que el resultado es sometido a una “curación editorial”, aunque ha evitado responder qué criterios tiene en cuenta el comité encargado de enlistar el ranking.

El verdadero Carabanchel

Este jueves, al menos 80 personas protestaban frente al centro de salud de Abrantes, que sirve de referencia a 30.000 carabancheleros. Esa tarde deberían haber estado ocho médicos de asistencia primaria de turno, aunque en realidad no había ninguno. El centro ha perdido más del 60% de su plantilla en los últimos tres años.

Jorge Aranda, miembro de la asamblea popular de Carabanchel, afirma que “la gente lleva más de 16 años esperando un hospital”, desde la campaña electoral de 2007, cuando Esperanza Aguirre prometió construir uno en el predio de la antigua cárcel de Carbanchel. “Algunas personas tienen que ir al 12 de Octubre o al hospital clínico San Carlos”, a 13 kilómetros al norte, “lo que dificulta el traslado de adultos mayores”, comenta el líder vecinal. En ese momento, un hombre que ha salido del Abrantes le transmite su angustia por una prueba de colon por la que tendrá que esperar más de un mes. “Cuando vemos que es de los mejores barrios del mundo, pero lo contrastas con los problemas reales, sabes que quieren vender una imagen irreal del distrito”, señala Aranda.

Sobre la precariedad sanitaria, el concejal de Carabanchel, Carlos Izquierdo (PP), afirma que “todos los vecinos tienen un centro de atención sanitaria que está perfectamente atendido” y sobre el centro de salud de Abrantes estima que “cumple con los requisitos establecidos”. El edil considera que el aumento del precio del alquiler “es una buena noticia para los vecinos de Carabanchel, porque su casa se revaloriza”. En cuanto a los residentes que viven de alquiler, señala que “siempre pueden elegir si irse al centro o a otro municipio que está más alejado y es mucho más barato”.

El buque insignia del distrito tampoco ha sido motivo para que la administración ponga los ojos allí. Los galeristas demandan más presencia del Gobierno, no ya para aportar al crecimiento de estos espacios, sino para capitalizar la curiosidad artística que está brotando en los niños y jóvenes. El estallido cultural de Carabanchel ha sido una sucesión de esfuerzos privados, por amor al arte y sin ningún impulso por parte del Ayuntamiento. Izquierdo, defiende que la actual administración está “trabajando de la mano con las galerías y tiene muchos proyectos para el arte en Carabanchel”, aunque no especifica cuánto presupuesto se destinará, ni si abrirán centros de formación para jóvenes o cuál es el alcance de esos proyectos.

Los artistas entrevistados para este reportaje no certifican ningún acercamiento del Ayuntamiento. Por el contrario, cada quien, a su manera, exige mayor presencia del Gobierno. Garaicoa, por ejemplo, recalca que “la gente tiene interés en el arte, pero eso no basta, hacen falta políticas que den más accesibilidad”, mientras que Francés considera que “siempre ha estado el río como barrera”, en alusión al abandono gubernamental para los barrios más allá del Manzanares.

La limpieza es otro escollo que afea a Carabanchel. Los distritos del sur de la M-30 reciben menos dinero para este rubro que los barrios céntricos, a pesar de tener un área mayor. Carabanchel, Villaverde y Usera cuentan con un presupuesto de 262 millones para limpieza, frente al conjunto de Chamberí, Centro y Tetuán, que reciben 315 millones, a pesar de que los del sur casi los triplican en superficie. Aranda ha denunciado que esta inequidad en el manejo de los recursos “rompe con el principio de igualdad entre los distritos”.

En Carabanchel, el arte brota entre los montones de basura, como si el esfuerzo de la sociedad por dignificar el distrito quisiera imponerse sobre el descuido administrativo. La gentrificación, la inseguridad y el desmantelamiento de los servicios públicos, permanecen aquí, en el tercer mejor barrio del mundo… excepto para sus vecinos.

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El bar Matilda, que alberga salas de ensayo para grupos musicales en Carabanchel, el 24 de noviembre de 2023.
El bar Matilda, que alberga salas de ensayo para grupos musicales en Carabanchel, el 24 de noviembre de 2023.Mario Bermudo

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