El tiempo fresco y lluvioso se prolongará al menos hasta la primera quincena de junio

Después de un mes de mayo en el que apenas han parado de producirse chubascos desde el día 5, la gran pregunta, al margen de la política, es cuándo llegará el buen tiempo. En un país en el que la reserva hidrológica está al 47,5% y los veranos son cada vez más tórridos, esto debería ser considerado buen tiempo y que siga lloviendo y que la llegada del calor se retrase, una excelente noticia. Y esta excelente noticia continuará durante el fin de semana, durante los primeros días de la próxima semana y, según indican las predicciones mensuales, durante al menos toda la primera quincena de junio. “Las tendencias apuntan con cierto grado de certeza a que los primeros 15 días de junio van a ser más húmedos de lo normal y, aunque los modelos, como suelen hacer a medida que pasan los días, suavizan esta tendencia en la tercera y cuarta semana, la señal sigue siendo aun así húmeda”, apunta Francisco Martín, de la revista especializada RAM Meteorología.

La presencia de nubes y precipitaciones se traduce en temperaturas más frescas de lo normal, es decir, en anomalías frías, y “la señal en este caso es muy clara, salvo en el norte, Canarias y Baleares, donde la anomalía es positiva por la influencia del mar”. Aunque comparadas con los valores climáticos medios, las temperaturas serán más bajas de lo normal, “irá haciendo progresivamente cada día más calor porque el calentamiento diurno propio de la llegada del verano va sumando por días”. “No se aprecian señales de ola de calor, que el año pasado ya teníamos en junio”, se felicita Martín.

Para empezar, este fin de semana “continuará el tiempo inestable”, con lluvias y chubascos más probables por la tarde y que localmente podrán ser fuertes y estar acompañados de granizo, detalla Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Y el lunes, una borrasca atlántica dejará intensas lluvias en Canarias y se irá acercando a la Península donde, a partir del miércoles, se espera que riegue buena parte del territorio, sobre todo la mitad occidental.

Este viernes, explica Del Campo, “la inestabilidad será generalizada” y se podrán producir lluvias y chubascos “casi en cualquier punto del interior peninsular y de Baleares”, con posibilidad de que sean localmente fuertes y tormentosos, con granizo y rachas intensas de viento. De hecho, todas las comunidades, salvo Canarias, están bajo aviso amarillo, el más bajo, por lluvias y tormentas, salvo en Baleares, donde es naranja, el segundo de los tres niveles de alerta.

Para el sábado la predicción es similar: “Lluvias y chubascos, más frecuentes por la tarde y que, en amplias zonas de la mitad norte y en áreas montañosas del sureste peninsular y en Baleares, podrán ser localmente fuertes y estar acompañadas de granizo”. Podrían acumularse entre 15 o 20 litros por metro cuadrado en tan solo una hora o puntualmente cantidades similares en menos tiempo, lo que “puede provocar algunas crecidas repentinas en cauces que habitualmente bajan secos”. Hay avisos, todos amarillos, en Aragón, Asturias, Baleares, Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Cataluña, Galicia, Navarra, País Vasco, La Rioja, Comunidad Valenciana.

El domingo, la misma tónica. “Nubosidad de evolución diurna, posibilidad de chubascos, sobre todo por la tarde, en amplias zonas del interior de la Península y Baleares, que localmente podrán alcanzar intensidad fuerte y estar acompañados de granizo”, repite Del Campo. Todos estos chubascos y tormentas “serán menos probables a lo largo del fin de semana en zonas costeras”, anota el experto. Los avisos, también amarillos, se reducen a Aragón, Asturias, Cataluña, Galicia y Comunidad Valenciana

Las temperaturas bajarán “en el tercio sur y subirán en el tercio norte” y, durante el resto del fin de semana, “no variarán demasiado o si acaso subirán ligeramente”. Será “un fin de semana algo fresco para la época del año”, con valores que, en puntos de la zona centro y de la mitad sur, estarán entre tres y cinco grados por debajo del promedio. “La excepción será el tercio norte, donde estarán entre tres y cinco grados por encima de lo normal”, matiza el portavoz de Aemet. Las máximas se moverán en general entre 22° y 27°, “algo más en puntos de los valles del Ebro y del Guadalquivir”. En este último, podrían rozarse o alcanzarse los 30°.

La próxima semana “comenzará con una tónica similar”. El lunes “de nuevo nubes de evolución diurna con posibilidad de chubascos en amplias zonas de la Península y de Baleares”. Serán “menos probables en el suroeste” y las mayores intensidades se esperan las montañas y aledaños de las mitades peninsulares norte y este. Las temperaturas se mantendrán sin cambios.

El martes, más tiempo inestable, pero la probabilidad de chubascos quedará más restringida a la mitad norte y a Baleares, que serán “menos intensos que en los días previos”. Tampoco se descarta algún chaparrón en zonas montañosas del este de la Península. Las temperaturas subirán, con 30° en el Ebro y 32°/33° en el Guadalquivir.

Y ojo a partir del lunes en Canarias por la llegada de la borrasca atlántica, que “ya desde ese día, sobre todo por la tarde, dará lugar a precipitaciones en las islas occidentales”. Las lluvias “continuarán probablemente el martes y podrán ser intensas y acumular grandes cantidades de agua en las islas de mayor relieve”. Aunque hay incertidumbre en el pronóstico, es posible que “durante los días siguientes, sobre todo a partir del miércoles, la borrasca quede estacionaria en el Atlántico, al oeste de la Península”, desde donde enviará frentes que darán lugar a precipitaciones en mayor parte de la península, sobre todo en la mitad oeste. “Parece que las lluvias serán más escasas en la segunda mitad de la semana en el área mediterránea y en Baleares”, completa el portavoz de Aemet.

Martín alerta sobre los posibles efectos de esta “poderosa y rara borrasca” en Canarias, cuya anomalía estriba en varios factores. Por un lado, en un junio normal en Canarias debería reinar el anticiclón de las Azores, pero lo que hay “es una dana —depresión aislada en niveles altos, un embolsamiento de aire en capas altas de la atmósfera— y una borrasca profunda”. Este experto cita el índice EFI (siglas en inglés de Extreme Forecast Index), con el que se cuantifica la rareza de un fenómeno, que en este caso apunta a que será un episodio muy inusual en el archipiélago. Además, esta borrasca presenta “valores históricos de mínimos de presión tanto en superficie como en altura”.

En cuanto a las temperaturas, bajarán el miércoles, pero parece que “subirían los días siguientes, sobre todo en el este de la Península, aunque en general la semana será fresca en la mayor parte del país, salvo el tercio norte de la Península y en los dos archipiélagos”, donde el ambiente será algo más templado de lo normal.

Las lluvias de la última semana reducen en cinco puntos el déficit de precipitaciones

A falta contabilizar el día 31 en el balance, mayo ha sido un mes normal en cuanto a precipitaciones, aunque haya podido parecer lluvioso por el contraste con el abril más seco desde que hay datos. "Salvo los primeros días, que fueron continuación del tiempo seco y cálido de buena parte de marzo y abril, después predominó un ambiente inestable con lluvias y chubascos repartidos por amplias zonas de España, especialmente en la segunda quincena", resume Del Campo.

Hasta el día 30, habían caído 57 litros por metro cuadrado en el conjunto de España, "exactamente el promedio". En áreas del sureste, como Murcia, el sur de la Comunidad Valenciana y el extremo oriental de Andalucía, llegó a llover "más del triple de lo normal", pero en zonas de la mitad norte, especialmente en el interior y el noroeste de Galicia, "las precipitaciones no llegaron ni a la mitad de lo normal".

"Muy probablemente esta primavera será la segunda más seca de la serie histórica", concluye Del Campo. En lo que va de año hidrológico han caído 403 litros por metro cuadrado, un 22% por debajo del promedio (519 litros). "El déficit de precipitaciones se ha reducido en cinco puntos porcentuales en una semana, ya que la pasada era del 27%", contextualiza el experto, para añadir que desde 1961 "solo ha habido seis años hidrológicos que entre octubre y mayo hayan acumulado menos precipitación que el actual". 

Suscríbete aquí a nuestra newsletter diaria sobre Madrid.