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Ayuso marca el pistoletazo de salida para el 28M y dice que rompe con Vox: “A partir de hoy, cada uno sigue su camino”

La extrema derecha no apoya la propuesta del PP en el último pleno de la legislatura y la presidenta de la Comunidad de Madrid toma distancia de cara a las elecciones, pese a que previsiblemente tendrán que entenderse

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, interviene en el pleno celebrado este jueves en la Asamblea de Madrid. Foto: JUAN CARLOS HIDALGO (EFE) | Vídeo: EFE
Juan José Mateo

Si el poder todo lo une, la lucha por el poder todo lo separa. Eso es lo que ha ocurrido este jueves entre el PP y Vox en la Asamblea de Madrid. Con los comicios municipales y autonómicos del 28 de mayo en apenas dos meses, los teóricos socios de derechas han empleado el último pleno de la legislatura para dar el pistoletazo de salida a la carrera electoral con una doble bomba. Primero, la extrema derecha ha oficializado que impedirá que los conservadores aprueben la bonificación fiscal con la que querían atraer a la región patrimonios extranjeros. Y después, Isabel Díaz Ayuso, rodeada por una larga ovación de sus diputados, ha escenificado la ruptura de los dos partidos, que es como avisar de que no se está saliendo con alguien al que ya se ha echado de casa: las relaciones estaban rotas desde que el PP y Vox no llegaron a un acuerdo para aprobar los Presupuestos de 2023, allá por diciembre.

“Está claro que a partir de hoy es bueno que cada uno siga su camino”, ha espetado Ayuso durante su intervención en la sesión de control. “Yo tengo el máximo respeto por su formación política. Siempre defendí su presencia en las instituciones”, ha afirmado. “[Pero] la deriva que ha tomado su partido no me va a arrastrar con ella. Es muy difícil entenderse con ustedes, prácticamente es imposible, porque no entienden que la vida son matices, son contrastes; distintos puntos de vista”, ha subrayado, tras varias semanas criticando también la fracasada moción de censura que patrocinó su antiguo socio en el Congreso de los Diputados.

“Cuando parten, algunas veces, de la razón, la pierden siempre por el camino, con sus formas y su pretendida superioridad moral”, ha acusado Ayuso a Vox. “[En la legislatura] no he visto ni una sola propuesta original, no han aportado nada”.

Da igual que el PP y Vox estén condenados a entenderse tras las elecciones si ocurre lo que predicen las encuestas: que los conservadores ganarán sin mayoría absoluta y necesitarán a los ultras para gobernar. Como si intentara espantar el fantasma de un hipotético Gobierno de coalición, Ayuso se ha empeñado con la máxima dureza, marcando el tono de una campaña en la que los dos partidos lucharán por los mismos electores.

La presidenta de Vox en Madrid, Rocío Monasterio.
La presidenta de Vox en Madrid, Rocío Monasterio.Alberto Ortega (Europa Press)
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“Es una pena que no lleguemos al final de la legislatura en un clima de entendimiento entre dos fuerzas distintas, pero necesarias en la Comunidad de Madrid”, ha dicho Rocío Monasterio, la líder de Vox en Madrid. “Hemos aprobado 20 leyes que han traído ustedes a esta Cámara [desde que arrancó la legislatura, en 2021]”, ha recordado. “Ustedes han votado con la izquierda en contra de 34 iniciativas que ha traído este grupo. Nosotros hemos votado en contra de solo siete, con la de esta tarde serán ocho [en referencia a la bonificación fiscal]”, ha recalcado. “Vamos a votar en contra de la ley de privilegios para los que vienen de fuera, para los extranjeros, frente a los que están aquí”, ha añadido.

El PP y Vox han entonado un continuo ni contigo ni sin ti durante los cuatro años que Ayuso ha estado en el Gobierno madrileño. Unidos por la apuesta de impedir que la izquierda llegue al poder, y separados por su competición por seducir a los mismos votantes, las fricciones han sido tan frecuentes como las rectificaciones de la extrema derecha. Porque, al final, la mayoría de las veces, Vox se ha plegado a los intereses del PP. Como ha recordado este jueves Juan Lobato, el líder del PSOE, al interpelar a Ayuso: “A los de Vox no los deja una semana sin humillar”.

Porque en eso también ha consistido el último pleno de la legislatura. En un balance de lo hecho y por hacer que solo ha interrumpido una inmensa ovación para celebrar la vuelta al pleno de la diputada Paloma Adrados, que sufrió hace meses un ictus y se ha reincorporado este jueves. “7.300 personas murieron en las residencias durante el covid”, ha dicho el líder de los socialistas. “Hay 30.000 jóvenes sin plaza de FP”, ha seguido su enumeración. “La región de España donde crece más el número de parados. Cero viviendas entregadas de las 25.000 prometidas”, ha añadido. Y ha rematado: “Eso sí, becas para ricos y autopromoción. Ese es su legado”.

En su intervención, Alejandra Jacinto, la portavoz de Podemos, ha acusado a la presidenta de estar “más preocupada” por su “agenda mediática”. Y Mónica García, la líder de Más Madrid, ha reclamado a Ayuso que pida perdón por las muertes en las residencias. Para todos ellos ha tenido una respuesta a modo eslogan la presidenta regional, que vive en modo electoral todas las semanas, y más ahora que realmente hay elecciones.

“Un país donde la gente es feliz no vota a Podemos”, le ha dicho Díaz Ayuso al partido minoritario del Parlamento regional, “que nació en Venezuela y murió en Galapagar [donde está la residencia de Pablo Iglesias e Irene Montero]”. “Me pregunta por la estabilidad institucional un partido que lleva cinco delegados del Gobierno y tres portavoces [desde 2019, cuando Ayuso llegó al poder]”, le ha espetado al PSOE. Y para rematar, un cierre a modo de gracieta vinculada a la visita presidencial de este fin de semana al papa Francisco: “Puede marchar en paz, que vengo inspirada de El Vaticano”.

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Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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