Investigado un profesor por abusos a niñas de Primaria en un colegio concertado de Madrid: “Estamos indignados y horrorizados”
Las menores contaron lo sucedido a otros profesores y estos a la dirección del centro, que interpuso en diciembre una denuncia contra el docente y lo despidió en febrero tras un mes de “permiso retribuido”
EL PAÍS puso en marcha en 2018 una investigación de la pederastia en la Iglesia española y tiene una base de datos actualizada con todos los casos conocidos. Si conoce algún caso que no haya visto la luz, nos puede escribir a: abusos@elpais.es. Si es un caso en América Latina, la dirección es: abusosamerica@elpais.es.
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Una jueza de Madrid investiga a un profesor de Educación Primaria por supuestos abusos sexuales a un grupo de niñas a las que daba clase en el colegio concertado San Agustín de la capital, ubicado en el distrito de Chamartín, según han confirmado fuentes jurídicas a este diario. Fue el propio colegio religioso, de la orden de los agustinos, el que, tras conocer los testimonios de las menores, interpuso en diciembre una denuncia contra el profesor ante el Juzgado de Instrucción número 5 de Madrid. El docente fue “inmediatamente” apartado del centro, según precisa el colegio en un comunicado. A las puertas del centro este jueves, los padres y abuelos de los alumnos se han mostrado asustados, aunque han decidido guardar silencio. Por el momento, no es pública la información de cuántos menores pudieron estar involucrados ni durante cuánto tiempo. “Estamos indignados y horrorizados”, comenta el presidente de la Asociación de Padres, Andrés González.
El investigado, que todavía no ha sido detenido, era el tutor de la clase en la que estudian las niñas que presuntamente fueron víctimas de determinados abusos sexuales, cuyo número no se ha especificado. No hay abierta ninguna investigación por agresión sexual, es decir, la denuncia que llevó a cabo el centro no menciona posibles amenazas, violencia o penetración, aclaran las mismas fuentes de Justicia. Las menores contaron lo sucedido a otros profesores y estos, a su vez, lo trasladaron a la dirección del colegio el 30 de noviembre.
Al día siguiente comunicaron la situación tanto a la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid como a la asesoría jurídica del colegio, que comenzó a estudiar las posibles acciones legales contra el profesor. Además, el docente fue apartado del centro, primero mediante un “permiso retribuido” de un mes y, posteriormente, a través de un despido definitivo.
La jueza que instruye el caso, Carme Valcarce, ha abierto la fase de diligencias previas, el punto inicial del proceso. Fuentes jurídicas informan de que ahora la magistrada está ofreciendo a las familias de las supuestas víctimas que se personen, junto al propio colegio, en el procedimiento para ejercer la acusación contra el profesor investigado. El centro resalta su “tolerancia cero” frente a este tipo de violencia sexual y han asegurado que las menores afectadas están “tranquilas”.
Reforzar las medidas de prevención
El presidente de la asociación de padres del colegio, Andrés González, cuenta que, desde el día en que se enteraron de lo que había sucedido en esa clase, se plantean si es necesario reforzar las medidas de prevención de este tipo de casos. “Es muy importante que las niñas y los niños sepan identificar cuando están sufriendo estas situaciones y se sientan libres de poder hablar de ello con los mayores, que no piensen que alguien los va a regañar”, señala González.
González detalla que a finales de noviembre, en un aula, una profesora del centro escuchó cómo un grupo de alumnas charlaba entre ellas sobre este asunto. La maestra les preguntó de qué hablaban, se lo contaron e inmediatamente dio parte a la dirección de la escuela. Desde entonces, los padres, que “no se esperaban algo así por parte de este profesor”, sintieron la angustia de que alguno de sus hijos hubiera sufrido algo similar a lo que contaban las niñas. El centro promovió desde el principio, cuenta González, el acercamiento con otras familias para saber si había más casos. Desde la asociación celebran la actuación “rápida y contundente” de la institución.
“Repudiamos enfáticamente cualquier tipo de violencia. Nuestra acción institucional será siempre de total alerta, prevención y rechazo ante cualquier violencia, ejerciendo de la mejor manera la corresponsabilidad con las familias en el cuidado de nuestros alumnos”, señala el centro en un comunicado enviado a la prensa. Y ha agregado: “Compartimos el dolor que esta situación genera y, convencidos como estamos de los principios y valores de nuestro proyecto educativo, sentimos profundamente que este tipo de hechos se pudiesen haber producido en nuestro centro. Al mismo tiempo, pedimos que se preserve la intimidad de los menores y de las familias afectadas, y que se respete escrupulosamente el derecho a la presunción de inocencia”, continúa la nota.
A las puertas del centro se reunía un grupo de abuelos que iban a recoger a sus nietos la tarde del jueves. Los tres, que han preferido no dar su nombre por lo delicado del asunto, comentaban que les parecía increíble que algo así hubiera sucedido en esta escuela. “Nos hemos enterado esta mañana al ver las noticias. No sabíamos nada, quizá mi hija no quiso decirme nada para no angustiarme, y estamos espantados. No se salva de situaciones así, ni siquiera un colegio con el prestigio que tiene este”, señalaba una señora. “Hay ovejas negras en cualquier sitio”, respondía otra.
El colegio San Agustín, que tiene 17 sedes en todo el país, es un centro educativo católico de titularidad de la Orden de San Agustín. Ubicado en la calle Padre Damián, cerca del estadio Santiago Bernabéu, abrió sus puertas en la capital en el año 1959 y en la actualidad cuenta con más de 2.000 alumnos entre Educación Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato.
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