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El PSOE no tiene nombre para Madrid

La falta de un candidato claro lleva a los socialistas a retrasar las primarias hasta diciembre y Mercedes González, delegada del Gobierno y apuesta personal del aparato hasta hace unos meses, opta por no presentarse

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y la delegada del Gobierno, Mercedes González, durante una rueda de prensa conjunta tras la reunión de la Junta y del Consejo Local de Seguridad de la capital.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y la delegada del Gobierno, Mercedes González, durante una rueda de prensa conjunta tras la reunión de la Junta y del Consejo Local de Seguridad de la capital.Rodrigo Jiménez (EFE)
Manuel Viejo

El PSOE madrileño no tiene nombre... para que lidere el partido en la capital de España. No hay candidato ni candidata a falta de ocho meses para las elecciones municipales. Otra vez. Como en 2019, 2015 y 2011. Por eso, las últimas horas de los socialistas madrileños han sido un cruce de llamadas constantes. Asesores, portavoces, concejales, diputados autonómicos, nacionales y el aparato del partido. El plan trazado hasta la fecha para tratar de arrebatar la alcaldía a José Luis Martínez-Almeida con la delegada del Gobierno, Mercedes González, ha volado por los aires. Ella ya no es la apuesta segura que Ferraz soñaba en la primavera de 2021. Y el partido no está para experimentos.

La bomba informativa saltó a última hora de la tarde de este miércoles: el PSOE aplazaba las primarias de Madrid hasta diciembre. Todas las miradas se pusieron de golpe sobre González. La Delegación es una carrera política en sí misma. Su antecesor en el cargo, José Manuel Franco, fue secretario general del partido en la región y luego fue nombrado secretario de Estado de Deportes. Cristina Cifuentes, del PP, logró la candidatura a la presidencia de la Comunidad gracias a una agenda institucional en ese cargo que disparó su popularidad. Con esta misma idea, González fue nombrada delegada del Gobierno en mayo de 2021 por Pedro Sánchez. Una apuesta personal para un bastión clave que pretendía darle a la entonces concejal una proyección mayor. González, además, mantiene una gran relación con el ministro Félix Bolaños y con el secretario del Gabinete del presidente del Gobierno, Óscar López. “Cuando fue elegida delegada del Gobierno fue un señalamiento, evidentemente”, apuntaba en aquellos días un alto cargo socialista. “Sí, la sitúa en un puesto de salida para Cibeles”.

Meses después, para ella se creó un puesto orgánico de nuevo cuño. González tomaba también las riendas del partido en la ciudad como secretaria general en la capital, una agrupación inexistente hasta entonces. “Nunca había existido y era muy necesario este cargo”, comentaba entonces un concejal socialista. Durante estos meses, el entorno de González había asegurado siempre que ella no tomaría la decisión de presentarse a las primarias hasta que no se convocaran. “Mercedes no sería un experimento como candidata a la alcaldía”, decía una persona de su confianza antes del verano. “Ella siempre ha dicho que cuando se fue del Ayuntamiento [donde tenía su acta de concejal], se fue de su lugar en el mundo. No oculta que su mejor etapa política ha estado ahí”.

González y su equipo, reforzado en el último año, sabían que ella sería la candidata que La Moncloa quería exprimir a toda costa. Es más, su círculo se encargaba de hacer convocatorias a los medios de comunicación madrileños en la sede de Ferraz. González, sabedora de que hacer oposición a Almeida desde la Delegación de Gobierno la exponía a la crítica, utilizaba la casa de los socialistas para golpear mediáticamente a los populares. Esta imagen, acompañada de Juan Lobato, el secretario general de la región y futuro candidato a la presidencia de la Comunidad en 2023, era amparada por Ferraz como su ticket electoral para 2023, a falta de cerrar los procesos internos para las candidaturas. Otros, sin embargo, no entendían nada. La familia del PSOE madrileño es una cena familiar de Nochebuena diaria: plantones, dardos, puñaladas. Los socialistas viven continuamente entre guerras. González jugaba a favor con el visto bueno de pesos pesados en lo orgánico, como Adriana Lastra, vicesecretaria general del partido hasta julio de este año.

Algunos concejales ―el PSOE es la cuarta fuerza municipal con ocho ediles― entendían que estos movimientos de González confundían a los posibles votantes. Si Mar Espinar es la portavoz en el Ayuntamiento, ¿por qué González convoca también a la prensa para criticar a Almeida y explicar la posición del grupo municipal? El objetivo de La Moncloa era potenciar el conocimiento de la delegada cuanto antes. Las elecciones están a la vuelta de esquina. Sin embargo, las encuestas internas, meses después, reflejaban un grado de conocimiento escaso. González no progresaba.

A esta falta de unanimidad del grupo, se sumaba la tensión entre Espinar y González. Pese a que mantuvieron una buenísima sintonía durante la etapa que compartieron en el palacio de Cibeles, el día a día enrareció la relación. El último ejemplo fue el 30 de junio. Ese día el PSOE madrileño lanzaba la convención municipal de la ciudad. Un espaldarazo para la candidatura de González. Tanto es así, que Adriana Lastra, por entonces vicesecretaria general, señaló con el dedo a Mercedes González y Juan Lobato: “Serán dos extraordinarios líderes de la capital y de la comunidad madrileña”.

Las elecciones andaluzas precipitan el cambio

El estruendoso fracaso del PSOE en Andalucía precipita un cambio de timón. La aplastante mayoría absoluta del PP sorprende a todos. Las encuestas, tanto internas como de distintos medios de comunicación, comienzan a frenar el avance de los socialistas. El sorpasso del PP es evidente. Sánchez ejecuta cambios en la organización interna. Lastra da un paso más. Presenta su dimisión como vicesecretaria general el 18 de julio. González perdía así su principal valedora en el partido y un enlace clave con La Moncloa. A esto se suma también un viaje al extranjero de Sánchez, donde en un encuentro con periodistas les transmite que el PSOE está barajando otras opciones para Madrid, sin descartar a González. El 2 de agosto, eldiario.es da en el clavo: “El PSOE se replantea sus opciones electorales para Madrid ante la relevancia de dar la batalla en 2023″.

La noticia circula por todos los mentideros socialistas. El PSOE madrileño teme un nuevo cambio de rumbo. Los datos vuelven a precipitar todas las decisiones. Los números son claros. El PSOE ha perdido 264.311 votos desde 2007. O dicho de otra manera: más del 54% de sus votantes. En los comicios del año que viene, todas las voces consultadas dicen que el PSOE se juega su futuro en Madrid, donde no gobiernan desde 1989, 33 años. La mayoría entiende que Almeida no tiene el potencial de Ayuso y que está en declive. Creen que la alcaldía está a tiro de piedra siempre que el PSOE presente un candidato más conocido, porque piensan que Más Madrid sin Manuela Carmena está amortizado. El calendario de septiembre tenía una fecha señalada en rojo el pasado martes: el día en el que se iba a fijar la fecha de las primarias para Madrid. La decisión, sin embargo, se tomó unos días antes. Y se llevó por delante la candidatura de González.

La dirección socialista se lo comunicó a ella y a Juan Lobato la semana pasada, según fuentes del partido en Madrid. Ambos deciden no hacerlo público por estrategia parlamentaria. Este lunes y este martes se celebraba el debate sobre el estado de la región en la Asamblea. Una noticia así implosionaría la intervención de los socialistas y solaparía sus propuestas. Pero todo se precipita la tarde del miércoles.

¿Y ahora? Todo son hipótesis. El PSOE busca una figura potente. No se descartan ministros, pero tampoco un candidato de la sociedad civil. Lobato se pronuncia este jueves a favor de llevar a la candidatura a la Alcaldía un perfil “reconocido y de prestigio, querido en el partido”. Todas las vías están abiertas. Al correr las fechas, la dirección echa el balón para adelante. No tendrá que decidir hasta diciembre. Y, de momento, no tiene un nombre.

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Sobre la firma

Manuel Viejo
Es de la hermosa ciudad de Plasencia (Cáceres). Cubre la información política de Madrid para la sección de Local del periódico. En EL PAÍS firma reportajes y crónicas desde 2014.

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