El PSOE retrasa las primarias en el Ayuntamiento de Madrid hasta diciembre para decidir su cabeza de lista frente a Almeida
La delegada del Gobierno, Mercedes González, no será la candidata de los socialistas en la capital
Una vez más, el Ayuntamiento de Madrid vuelve a ser un quebradero de cabeza para el PSOE. Y, por lo tanto, también para Pedro Sánchez. Ferraz ha decidido retrasar el proceso de primarias hasta diciembre para resolver la incógnita de quién encabezará la candidatura socialista en su búsqueda de un candidato potente para tratar de acabar con la hegemonía de la derecha en la capital de España desde hace más de tres décadas, salvo la excepción de la legislatura en que Manuela Carmena fue la alcaldesa.
El calendario de las primarias del PSOE barajaba dos opciones: celebrar el proceso interno ahora en el mes de octubre o dejarlas para finales de año. La decisión de posponer el proceso conlleva un hecho inminente: Mercedes González no será la candidata, según coinciden varias fuentes socialistas. La delegada del Gobierno contaba con presentarse pero aún no lo había hecho a la espera de tener el respaldo del presidente del Gobierno y secretario general del PSOE. Finalmente no ha sido así. Una de las razones sería su escaso grado de conocimiento por los ciudadanos y las malas sensaciones que habían dejado algunos cualitativos internos realizados por el partido. Fuentes socialistas señalan que la propuesta de buscar otra alternativa para liderar la candidatura ha partido del secretario general del PSOE de Madrid, Juan Lobato, y Ferraz la ha dado el visto bueno. González es la actual secretaria general de la ciudad de Madrid, que engloba al formato vigente hasta hace un año de las antiguas agrupaciones socialistas de distrito.
En Ferraz y La Moncloa creen que el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, presenta signo de desgaste y por tanto se dan las condiciones para un vuelco en la capital, con todo el significado que supondría para la izquierda, y más antes de las elecciones generales de finales de 2023. Pero que para eso debían explorar una candidatura diferente a la de González. Las ministras Margarita Robles (Defensa) y Pilar Llop (Justicia) se han descartado. “Vamos a por todas. No damos por perdida ninguna ciudad: ni Madrid, ni Barcelona ni Valencia...”, afirmó Sánchez el 1 de septiembre en una entrevista en la Cadena SER en la que subrayó que uno de sus objetivos electorales era “persuadir a los ciudadanos de que tener gobiernos socialistas en los ayuntamientos y las comunidades autónomas garantiza que haya políticas beneficiosas para la mayoría de la ciudadanía”.
Esta es la principal novedad del calendario de primarias que el PSOE tiene previsto detallar este jueves por la mañana en los territorios y localidades de más de 20.000 habitantes. Lobato, que sí se había postulado claramente para presentarse a las elecciones autonómicas, será elegido en primarias por la militancia el 9 de octubre. Enfrente tendrá a la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, que aspira a la reelección. Los socialistas confían en volver a ser el principal partido de la oposición en lugar de Más Madrid aprovechando entre otros factores que las elecciones regionales coincidirán con las municipales. También esperan en recuperar votantes molestos con las carencias en la atención primaria, con los centros de salud saturados, y las polémicas becas de estudio aprobadas por el Gobierno regional para rentas superiores a los 100.000 euros.
La búsqueda de otra opción a la de la delegada del Gobierno en el Ayuntamiento de Madrid recuerda a la elección de los candidatos del PSOE en la capital en los últimos procesos electorales. Después de tantear sin éxito a referentes del partido como Alfredo Pérez Rubalcaba, Sánchez se decantó en 2019 por Pepu Hernández, ex seleccionador nacional de baloncesto y campeón del mundo en 2006. La apuesta resultó un fracaso estrepitoso: los socialistas firmaron su peor resultado en la capital (13,5% de los votos) y se hundieron a la cuarta plaza, superados por Más Madrid, el PP y Ciudadanos. En las elecciones autonómicas, el PSOE venció por primera vez desde 1987 con Ángel Gabilondo de cabeza de cartel. El pacto de Ciudadanos con el PP impidió que, por primera vez desde 1995, hubiera un Gobierno progresista.
Sánchez afronta el riesgo de concentrar las críticas externas y de la federación socialista de la que es militante, con fama de ser la más convulsa del PSOE, si el resultado en la ciudad de Madrid no es bueno. El precedente de Pepu Hernández está ahí y es muy reciente. Pero el actual presidente del Gobierno no es el único que ha intentado recuperar la capital a golpe de fichajes de candidatos ajenos al partido o a la política madrileña. José Luis Rodríguez Zapatero impuso en 2003 -un año antes de llegar a La Moncloa- a Trinidad Jiménez para intentar acabar con 14 años de hegemonía del PP en la capital de España. Alberto Ruiz-Gallardón (PP) logró un 51,3% de los votos y 250.000 votos más que la aspirante socialista -36,68% y 625.000 papeletas-, aunque Jiménez mejoró los votos de Fernando Morán en 1999 (535.000). Zapatero volvió a imponer en 2007 a un candidato propio, Miguel Sebastián al que luego haría ministro, contra Ruiz-Gallardón. Sebastián empeoró los resultados con el 30,9% de votos, casi 400.000 votos por debajo del candidato del PP. Sebastián se quedó en 485.000 votos. La sangría socialista siguió progresivamente en las elecciones de 2011 -Jaime Lissavetzky bajó hasta los 364.600 votos- y con Antonio Miguel Carmona en 2015 (250.000 votos). Si el resultado ya era bajo, con Pepu Hernández tocó suelo (224.000 votos). El futuro candidato del PSOE tendrá el reto de revertir una tendencia que se remonta a principios de siglo.
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