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Secundaria contará en Madrid con casi 1.000 profesores menos y un 1,6% más de alumnos

Lengua pierde 148 profesores y Matemáticas 262 docentes. La reducción afecta más a los centros del sur de Madrid. La Consejería de Educación defiende que esos datos todavía son provisionales

Instituto de Enseñanza Secundaria María Guerrero, en Collado Villalba (Madrid).
Instituto de Enseñanza Secundaria María Guerrero, en Collado Villalba (Madrid).SANTI BURGOS
Berta Ferrero

La noticia llegó como una bomba en forma de correo electrónico dirigida a los directores de los centros públicos de Secundaria madrileños. Era el miércoles 6 de julio, a última hora de la noche, y les llegaba, por fin, el cupo de profesores con el que contarían para el curso que viene. Ya intuían, por las advertencias de la Administración de la Comunidad de Madrid de que no había dinero, que las novedades no serían buenas. Y así fue. Los institutos madrileños contarán con alrededor de 1.000 profesores menos y afectará sobre todo a los que se localizan en el sur de la región, después a los del centro, el este y, por último, los que se quedarán más o menos como estaban, los del norte y los del oeste. “Volvemos a cifras prepandémicas”, lamenta Esteban Álvarez, portavoz de directores de centros de secundaria de la Comunidad de Madrid (Adimad). La Consejería de Educación añade que, a poco más de un mes de que empiece el curso, “esos datos son provisionales”. Según cálculos de CC OO, el recorte que hay previsto ahora supondrá un ahorro de unos 40 millones de euros.

El sindicato ha sacado los datos después de cotejar los cupos con el 80% de los casi 350 institutos que recibieron el correo hace un par de semanas y de las listas provisionales que ha colgado la consejería de Educación en la página web de la Comunidad de Madrid. Gracias a eso, ha comprobado que algunos centros del sur se verán más perjudicados con el nuevo reparto —”hay algunos que sufrirán un recorte de hasta seis profesores”, asegura Isabel Galvín, portavoz de Educación del sindicato— y también que algunas especialidades se verán más perjudicadas. Por ejemplo, Filosofía pasará de tener 303 a 188 docentes; Física y Química, de 641 a 478; Matemáticas, de 1.056 a 794, o Lengua Española, de 909 a 761.

La Consejería de Educación ha explicado a este periódico que “si bien parte del profesorado puesto por motivo de la covid no continúa, como ha anunciado el vicepresidente y consejero, habrá una superior dotación de profesorado para el curso próximo que en estos momentos se está estudiando”. Es verdad que queda poco más de un mes para que empiece el curso, pero insiste en que los datos actuales son “provisionales” y “aumentarán antes del inicio escolar”. De hecho, ha admitido por escrito un portavoz que “no solo no habrá 525 profesores menos (los referentes a los de refuerzo por la covid), sino que el número será sustancialmente mayor”.

La forma en que funciona el reparto todos los años consiste en un método sencillo. La Consejería de Educación calcula el número de alumnos matriculados en cada centro, con ese número elabora los grupos —”siempre con las ratios a tope, es decir, volvemos a tener clases de 33 o 35 alumnos”, se queja Álvarez—, y en función de esos grupos “a punto de estallar” distribuye el cupo de profesores, es decir, que se les comunica a cada centro el número en bruto de docentes con los que contará. “El resultado: estudiantes más apiñados, menos docentes”, lamenta el director. Esa es la sencilla regla de tres que denuncian los directores a la que les “castiga” la Comunidad de Madrid. A partir del próximo curso, por tanto, se acabaron las clases de desdoble que se consiguieron gracias a la bajada de ratios por la pandemia y se vuelve a las cifras que llegaron a los centros en 2012 como algo excepcional, debido a la crisis, y que en Madrid parece que se han quedado de forma definitiva. Al menos por ahora, ya que la presidenta de la región madrileña, Isabel Díaz Ayuso, prometió hace un año que su intención era bajar las ratios de todos los cursos de manera progresiva. El curso que viene, sin embargo, todo sigue igual. “Y la promesa se queda en el aire”, critica Galvín.

Según explica Álvarez, lo normal es que el 60% de la plantilla de cada centro educativo esté formada por funcionarios con su plaza fija. El 40% restante, por tanto, son profesionales “en expectativa”, es decir, funcionarios que todavía esperan su plaza de destino, los desplazados, también funcionarios que van cambiando de centro en función de los recortes, y los interinos, los que sufrirán de lleno el tijeretazo. “Les llamarán para hacer alguna sustitución por alguna baja, pero lo normal es que de entrada se queden en casa”, anuncia Álvarez.

Los directores tuvieron dos días para responder aquel correo y hacer las peticiones pertinentes de cara al curso que viene. Por tanto, el 8 de julio realizaron las peticiones de los docentes especialistas que necesitarán, como mínimo, el nuevo curso. “Esto al final repercute en la oferta de los centros, porque cuando tienes menos profesores, los centros no tienen opción de generar muchas ofertas de optativas, lo que hace que la enseñanza pública acabe siendo menos atractiva”, denuncia Galvín, que recuerda, además, que el número de alumnos de secundaria (de 12 a 17 años) crece un 1,6% en la Comunidad de Madrid de cara al curso que viene, según cálculos del Instituto Nacional de Estadística (INE), y se pasará de los 294.703 alumnos a unos 299.418 el que viene.

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El curso 2021-2022 ya comenzó con 5.000 docentes menos de los que estuvieron presentes durante el curso anterior, el año en que estalló la covid, según datos de CC OO. “El Gobierno de Díaz Ayuso decidió volver a las ratios prepandemia y despedir a un profesorado que había hecho posible una mejora generalizada de los resultados escolares y un descenso de la conflictividad en las aulas”, insiste Galvín. El pasado mes de abril, cuando iba a comenzar el proceso de escolarización, la Administración decidió cerrar 233 aulas públicas, lo que supuso la pérdida de 6.200 plazas. “Se trata de un proceso continuado que, año a año, merma la oferta pública y atenta contra la libertad de las familias”, se queja Galvín.

“Todo esto nos lleva a una pregunta que nos enfada especialmente”, añade Álvarez. “¿De dónde ha salido el dinero extra para pagar los cheques regalo para los centros privados? Porque a nosotros nos han dicho una y otra vez que no había presupuesto, que no hay dinero para mantener a los profesores que necesitamos para darles una educación buena a nuestros chicos, y de repente para el curso que viene la dotación de esas becas, que no son becas, sino cheques, sube 140 millones de euros. ¿Por qué no había presupuesto para lo nuestro y para eso sí hay? ¿Por qué nos mienten en nuestra cara?”, insiste el director del instituto Sierra de Guadarrama, en Soto del Real.

La Comunidad de Madrid ha aumentado la dotación del programa de becas para el curso 2022-23 hasta sumar un total de 62,5 millones de euros, un 29% más que el pasado año, llegando a una cifra de 226 millones de euros. Una parte importante de ese presupuesto, 127 millones de euros, se destinará a becas para educación infantil, bachillerato, FP de grado medio y superior, lo que significa que casi el 60% del total del presupuesto para ayudas se destinará a financiar estudios en centros privados.

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Sobre la firma

Berta Ferrero
Especializada en temas sociales en la sección de Madrid, hace especial hincapié en Educación o Medio Ambiente. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Cardenal Herrera CEU (Valencia) y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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