Ayuso, a Mónica García: “Usted hace terapia conmigo. En casa se lo agradecen, coja la pistola y dispare”

El miedo también es un arma en política. Durante unos largos minutos de este jueves, Isabel Díaz Ayuso ha empleado una intervención en la Asamblea de Madrid para pintar el negro cuadro que, a su juicio, hubiera dibujado en la comunidad la izquierda de haber logrado gobernar tras las elecciones que se celebraron hace un año. Las empresas, ha dicho, habrían salido “despavoridas”. Ángel Gabilondo (PSOE) y Pablo Iglesias (Podemos) habrían acabado con la libertad para elegir centro de salud y educativo. Y “el reguero de manteros que había dejado la señora Carmena en la Gran Vía llegaría hasta Móstoles”. Que ningún portavoz de la izquierda se haya revuelto contra ese retrato refleja lo que ocurre en la Cámara desde hace tiempo: se vive un diálogo de sordos en el que ya ha saltado por los aires cualquier etiqueta. Con las elecciones de 2023 en el horizonte, todo parece valer contra el adversario, incluyendo insinuaciones sobre la salud mental de los rivales.

―Es la típica pregunta suya que no hace para fiscalizar la labor del gobierno, que es lo que debería hacer usted, estando en la oposición, sino, imagino, para desahogarse, y hacer terapia conmigo, que seguro que se lo agradecen en su casa, así que coja la pistola, y dispare―.

La frase es de Díaz Ayuso, que se refiere a Mónica García, la portavoz de Más Madrid, y remite, entre otras cosas, a un gesto que hizo con su mano la portavoz de la oposición la pasada legislatura. Pronunciada este jueves en la Asamblea de Madrid, la expresión resume el enconamiento que está alcanzando el enfrentamiento entre la líder conservadora y los portavoces de la oposición. Porque para Juan Lobato, el portavoz del PSOE, también ha tenido una pulla la líder conservadora.

“Alguien que habla en política con tebeos y viene de la mano con su padre a llorar a la Cámara de la Asamblea, ¿qué quiere decirme?”, ha dicho Díaz Ayuso sobre el formato de una publicación con las propuestas de los socialistas para los jóvenes, omitiendo, además, que si el progenitor de Lobato acudió a la Asamblea la pasada semana fue, precisamente, para desmentir una afirmación suya. Así, la presidenta regional reprochó a Lobato que su padre, abogado de la funeraria municipal, autorizara la compra de las mascarillas por la que Luis Medina y Alberto Luceño cobraron una comisión millonaria que ahora investiga la justicia. Una situación que nunca se produjo.

Para Carolina Alonso, portavoz de Podemos, Díaz Ayuso también ha tenido duras palabras: “Imagínense al señor Gabilondo con el señor Iglesias [gobernando Madrid], una pareja de moda estupenda con una gran imagen. Pondrían la Comunidad Madrid como la komuna de Madrid, con k”.

El tono desabrido, en cualquier caso, es recíproco. En lo que va de legislatura, Díaz Ayuso ha escuchado las críticas más duras de la oposición, menciones constantes a su familia ―especialmente desde que admitió que su hermano había cobrado 55.000 euros gracias a un contrato de la Comunidad con la empresa Priviet Sportive SL― e hipérboles llenas de adjetivos para descalificar la acción de su Gobierno.

Para ejemplo, lo que le ha dicho este jueves Carolina Alonso (Unidas Podemos): “No se olvide. Aquí hay un pueblo valiente, que ya echó a patadas hace 200 años al invasor, y puede echarla a usted, expulsarla, porque ningún pueblo merece tener a una radical de los recortes, y de la corrupción, gobernando”.

O lo que le ha espetado García (Más Madrid): “El otro día, frente a la sede de su gobierno, había un cartel que decía: en Madrid sí hay pan para tanto chorizo. Esa es la diferencia entre usted y yo: yo quiero multiplicar los panes, y usted los chorizos (...) Ustedes desayunan en tazas de Mr. Wonderful que dicen Creer es poder, porque las que ponen La comisión de tu hermana es poder o El dinero de tus padres es poder todavía no están comercializadas”.

Y no se ha quedado atrás Juan Lobato, el secretario general del PSOE en Madrid: “¿A usted le ha dado permiso el señor Feijóo para insultar?”

Las intervenciones de todos parecen más centradas en los chascarrillos, las frases más bien pensadas para las redes sociales o para los cortes de vídeo, que en cambiar la vida de los ciudadanos. Pero algo ocurre mientras se producen todos esos rifirrafes : el Gobierno de Díaz Ayuso va sacando adelante su agenda legislativa con Vox como socio y con el objetivo de asaltar los principales Ayuntamientos de la izquierda en las elecciones municipales y autonómicas de 2023.

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