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SITIOS DE MODA EN MADRID

La ola en Madrid también se surfea en enero

Citywave Madrid en Alcorcón ofrece a los amantes de este deporte una ola artificial en la que aprender, practicar o mejorar la técnica

Instalación de surf CityWave Madrid, ubicada en Alcorcón, este domingo.
Instalación de surf CityWave Madrid, ubicada en Alcorcón, este domingo.DAVID EXPOSITO
Mai Montero

A simple vista puede parecer que Madrid, situada a 667 metros del nivel del mar, y el surf no están muy unidos, pero son solo prejuicios. En Alcorcón, solo a media hora del centro en cercanías, se levanta todos los días de la semana una ola artificial para los amantes de este deporte.

Fue hace unos años cuando uno de los socios de Citywave Madrid descubrió en un viaje a California esta idea que trasladó a la capital, tras abrir un primer espacio de este tipo en Ibiza en 2014. En Madrid, eligieron las inmediaciones de centro comercial X-Madrid de Alcorcón. Ahora, son cuatro monitores, una chica y tres chicos, la mayoría canarios, los que imparten desde por la mañana hasta la tarde clases colectivas de diferentes niveles. El máximo de asistentes por sesión es diez. “Las clases duran entre 25 y 45 minutos, dependiendo del nivel, e incluyen la tabla y el neopreno. Cada persona puede seleccionar a través de la web su nivel, la fecha y el momento que le viene bien a partir de los 40 euros para adultos y de 30 para niños”, apunta Álex Molina, encargado de la dirección y surfista.

Lorena Martínez y Juan Luis Martínez, además de ser hermanos, comparten inclinación por las nuevas experiencias. Por eso, este domingo, Juan Luis ha invitado a su hermana a una clase como regalo Ella vive en Londres y él en Seseña. “Solo había hecho surf una vez, pero esta ola impone más”, confiesa Lorena después de salir de la piscina. Uno de sus sobrinos pequeños la recibe riendo. Mientras su tía intentaba no caerse de la tabla él ha estado gritando desde la barandilla de la terraza que se cayese.

La piscina en la que surfear la ola está acompañada por una terraza cubierta y otra al aire libre, donde tomar el aperitivo, comer o pasar el rato mientras el público ve a los atrevidos intentar mantener el equilibrio. En primavera y verano llevan a cabo otros eventos como monólogos, conciertos o sesiones con DJ’s. Esta es una mañana soleada de enero, así que son muchos los que se han acercado hasta el centro comercial. Laura y Alba, dos mejores amigas, también han querido probar por primera vez la experiencia. “Es un poco difícil, pero me ha gustado. Repetiría sin duda”, asegura Laura, mientras uno de los monitores les despide diciendo que si quieren volver, son aptas para pasar al nivel intermedio y practicar olas más altas.

Tres años de surf en una hora

Según explica Álex Molina, encargado de la dirección, la ventaja que da esta ola artificial frente a surfear en mar abierto es que el control sobre las maniobras que se pueden hacer encima de la tabla es mayor. “Cuando la gente practica antes de enfrentarse a la realidad del mar abierto ya ha mejorado su técnica y su seguridad. Entrar directamente al mar es más costoso porque no te da tiempo a pensar. Los principiantes primero prueban agarrados a una barra, después se les quita y cruzan la piscina con la tabla de lado a lado…A veces lo resumimos en que esto son tres años de surf en una hora”, añade.

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Molina asegura que la aceptación en la capital ha sido muy buena y que sus expectativas se han ampliado al ver la gran comunidad surfista que vive en Madrid. Por eso van a cerrar unos días por primera vez para ampliar el espacio para arrancar más fuertes a mediados de febrero.

El ruido de las charlas, las copas y los cubiertos queda relegado a segundo plano por el de la ola artificial. Igual que la atención de todos los espectadores se concentra en ella la mayoría del tiempo. Cae con fuerza, pero según el nivel de la clase, Molina explica que la altitud de la misma varía gracias a un sencillo mecanismo. “Existen otros lugares parecidos, pero las olas no son tan similares a las del surf. Esta ola sigue la línea de una ola de río que se creó en Múnich. Hicimos un estudio con ingenieros, la construcción y la reforma duró un año. Es la única en España con estas características”, sostiene.

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Sobre la firma

Mai Montero
Es editora de portada en el equipo digital de EL PAÍS y escribe reportajes para otras secciones. Antes trabajó en otros medios como Periódico Magisterio, especializado en educación, y en Cambio16. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de EL PAÍS, actualmente cursa el Grado de Derecho en la UNED.

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