El coleccionismo sobrevive a la crisis: compradores domésticos más jóvenes
Un documental sobre las estrategias que ha adoptado el mercado del arte para afrontar la crisis del coronavirus refleja la creación de nuevos proyectos
Victorino Rosón, de 31 años, heredó las obras de arte que su padre había coleccionado en los años noventa. Tras la muerte de su progenitor, el madrileño y sus dos hermanas intentaron formalizar su legado. En 2020, nació la colección Aldebarán. “Mi padre llevaba el proyecto de una manera muy discreta. Nosotros queremos comunicar a los artistas que estamos creando nuevas iniciativas, incluso en pandemia”, explica el joven que ha participado en el documental La invención del coleccionismo. La investigación audiovisual sobre el mercado del arte durante la crisis del coronavirus, estrenado en el Pequeño Cine Estudio de Madrid, evidencia cómo se ha incrementado el número de compradores domésticos más jóvenes.
El largometraje explora las estrategias adoptadas para afrontar la crisis a partir de entrevistas a casi una veintena de coleccionistas y galeristas de ciudades como Madrid, Barcelona, Murcia y Santander. Su director, Chema de Francisco, llega a esta conclusión: “Las galerías no han cerrado y además han nacido nuevos proyectos de coleccionismo”. Tal y como se observa en el documental, la supervivencia del mercado artístico se debe a la solidaridad entre los agentes culturales y a la renovación de sus estrategias comerciales.
“Durante los meses más duros de la pandemia, hemos ayudado a cinco artistas que estaban en una situación precaria porque no estaban vendiendo nada”, explica Rosón. Él y sus hermanas, de 22 y 34 años, son algunos de los coleccionistas más jóvenes “en un mundo donde la media de edad es mucho más alta”, según cuenta el madrileño. Las obras de su colección están repartidas en domicilios privados, instituciones y oficinas.
Además de las obras de artistas consagrados internacionales de arte conceptual y minimal, la familia adquiere obras visuales, instalaciones y esculturas de arte contemporáneo. Durante la labor de investigación que iniciaron este año, han asistido a varias ferias en Miami, Abu Dabi, Suiza y Londres. Los madrileños apuestan por el mecenazgo de artistas emergentes y pretenden convertirse en un puente que los conecte con las galerías.
El filme explica cómo la figura del coleccionista es determinante para el mercado artístico, que no satisface una demanda previa. En este caso, son las propias galerías las que crean y fomentan a sus clientes. “El coleccionista confía en ti. Empieza comprando, pero al final se convierte en amigo”, confiesa María Ángeles Sánchez. La propietaria de la galería ArtNueve trabaja con 20 coleccionistas y acoge las creaciones de artistas consagrados como Pablo Genovés y autores emergentes como Pablo Capitán del Río.
Tras varios meses asistiendo a ferias virtuales, que ofrecían itinerarios 3D y chats en línea, los participantes coinciden en que para crear ese vínculo es necesaria la presencialidad. “Las redes sociales nos han ayudado mucho durante el confinamiento, pero no hay nada como colocarte con el coleccionista frente a la pieza, dialogar sobre ella y crear emociones”, explica la murciana, que mantuvo su negocio cerrado dos meses.
Sánchez abrió su galería hace más de dos décadas. La veterana reconoce que el número de asistentes a las inauguraciones ha disminuido más de la mitad después de los meses más duros de la pandemia: “Hemos pasado de juntarnos más de un centenar de personas a ser unos 20”. Los efectos de la pandemia la han llevado, como a sus compañeros de oficio, a emprender nuevos caminos de venta.
Clientes más informados y cautos
Otro de los asuntos en los que profundiza la investigación es en la importancia de los clientes de proximidad en un momento en el que los desplazamientos se han visto limitados. Según su director, los compradores locales son “los que fundamentalmente satisfacen a las galerías”. Sin embargo, admite que esta tendencia se está empezando a reconocer ahora: “Lo glamuroso siempre había sido tener grandes coleccionistas millonarios y extranjeros”.
Los entrevistados explican cómo ha cambiado el perfil del coleccionista español, que ahora definen como más informado y cauto. Los gestores culturales confirman que la demanda de arte contemporáneo ha aumentado paulatinamente en los últimos meses. Algunos lo asocian a los valores que se recuperaron durante el confinamiento, que les brindó el tiempo necesario para reflexionar sobre el valor del arte y la cultura. “Tuvimos que recurrir a lo que teníamos en casa, a nuestras colecciones, libros y memorias cinematográficas y musicales”, explica De Francisco.
Una de las conclusiones a las que llega el director es que la pandemia ha generado nuevas corrientes estéticas y artísticas, como la corriente de neofiguración inspirada en la cultura pop y los iconos tecnológicos. La irrupción de la conectividad digital derivada de la situación epidemiológica ha penetrado súbitamente en la industria del arte con los non fungible tokens (bienes infungibles, en inglés) y el uso de criptomonedas, que han supuesto una nueva vía de ingresos y un nuevo tipo de coleccionismo basado en conceptos. “El coleccionismo es una iniciativa privada que consolida la industria cultural y hace posible que tanto los artistas como nosotros sigamos funcionando”, admite la galerista.
La película se grabó en octubre en la feria Estampa en Madrid, ciudad que los agentes culturales consideran uno de los puntos de encuentro entre artistas y coleccionistas más relevantes de España. La invención del coleccionismo del programa Colecciona cuenta con el apoyo del Ministerio de Cultura y ya está disponible en la plataforma de Filmin.
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