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Arroyomolinos decora su Navidad a la americana

Proliferan los concursos municipales de fachadas navideñas, una idea conveniente para los ayuntamientos porque los vecinos se encargan de iluminar los barrios. Pero esta dinámica competitiva preocupa a los ecologistas

Navidad Arroyomolinos
Alicia Jiménez (57 años) y Sara Fernández (32 años) posan junto a la decoración de luces navideñas que han instalado en su casa de Arroyomolinos para el concurso que organiza el ayuntamiento de ese municipio madrileño.DAVID EXPOSITO
Fernando Peinado

Vigo y Madrid se han llevado el protagonismo por su conocido pique para atraer turismo con las luces de Navidad, pero cada vez más españoles compiten por tener la decoración más deslumbrante. En barrios donde no llegan las luces navideñas municipales, viviendas como la de Nicoleta Tudose brillan en la oscuridad. Sus vecinos pasan por delante de “la casa de las luces” y depositan postales en el buzón para darle las gracias por hacerles felices. Tudose fue la ganadora en 2019 de los 300 euros del concurso de fachadas de Arroyomolinos (33.935 habitantes, en el suroeste de la Comunidad de Madrid). Su casa irradia tanta luz que rivales en la competición de este año están desmoralizados. Pablo Martínez, concursante en ediciones anteriores, se ha rendido: “Esto es luchar contra Godzilla porque esa casa la ves desde la autopista R-5″.

Siempre ha habido en las navidades de España casas llamativas como en las películas estadounidenses, pero eran casos aislados. Ahora se han puesto de moda al calor de los concursos municipales de decoración de fachadas, muy populares en Estados Unidos (un reality que lleva nueve temporadas reparte 50.000 dólares). Este es un fenómeno conveniente para los ayuntamientos porque de esta forma delegan en los vecinos la tarea de iluminar calles que antes quedaban a oscuras. En el área de Madrid, municipios como Fuenlabrada, Torrelodones o Arroyomolinos y el distrito de Salamanca de la capital los han ideado recientemente.

Nicoleta Tudose posa delante de la decoración de luces navideñas que ha instalado en su casa de Arroyomolinos para el concurso que organiza el ayuntamiento de la localidad.
Nicoleta Tudose posa delante de la decoración de luces navideñas que ha instalado en su casa de Arroyomolinos para el concurso que organiza el ayuntamiento de la localidad.

Los concursos han introducido una dinámica por la que un vecino imita al otro y un pueblo imita al otro. “Esto es al final como la alegría, que es contagiosa. Cada vez se suma más gente”, dice la ganadora de Arroyomolinos en 2020, Sara Fernández, una joven profesora de baile de 32 años que vive en un chalé con sus padres. “Somos unos locos de la Navidad y nos vemos muchos vídeos americanos de casas decoradas en TikTok y páginas de Internet”.

El Ayuntamiento dice que el año pasado participaron algo más de 50 viviendas y ahora en la sexta edición del concurso esperan que la cifra se aproxime a las 100. “Al ver cómo se lo curran otros, se suman más concursantes. Esto es participación ciudadana pura y dura y se traduce en que el pueblo está más bonito y la gente se involucra más”, afirma Julián Roque, concejal de Festejos.

El premio de 300 euros quizás no dé ni para cubrir los gastos, pero los concursantes dicen que el mayor estímulo es la cara de ilusión de los pequeños. “Los niños hacen la ruta con sus familias y es una pasada porque ves cómo se hace pueblo”, cuenta el concejal. Arroyomolinos es una ciudad que ha crecido rápido y tiene muchas parejas jóvenes que han formado familia con niños. Desde 2020 también se celebra a lo grande Halloween con un concurso de decoración promovido por el Ayuntamiento.

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Vecinos con sensibilidad ecológica piden contención. A mayor consumo de energía, mayor impacto de carbono. “Un ayuntamiento no debería fomentar este tipo de prácticas que van contra el medio ambiente”, critica la concejala sin adscripción política Amelia Noguera, opositora al gobierno del PP, Cs y otro grupo independiente, PIArr. “La manera de conseguir un planeta mejor no es poner iluminaciones que en un momento dado acabarán en la basura”.

El precio récord de la electricidad no espanta a los participantes. De hecho, las bombillas son muy asequibles. Muchos las compran en bazares, Amazon o AliExpress, donde 100 metros de luces LED pueden costar en torno a 40 euros. A partir de ahí los presupuestos pueden dispararse. Las empresas de instalaciones de luz, que suelen trabajan para ayuntamientos o grandes superficies, a veces reciben llamadas de clientes particulares que piden decorados de fantasía con muñecos, música y luz que se activan con sensores de movimiento. Los presupuestos pueden empezar en 1.000 o 2.000 euros y tener como techo el cielo, cuenta Vicente del Saz, de Iluminaciones Luvisaz. Convertirse en la estrella del vecindario puede ser muy caro. “El que hace cosas así es la típica persona que tiene de castigo el tener dinero”, dice del Saz.

Hasta 150.000 euros

En las urbanizaciones más exclusivas del centro del país algunos vecinos pagan hasta 150.000 euros por decorados de fachada y jardín, según el paisajista Fernando Pozuelo. La demanda ha aumentado durante la pandemia, probablemente porque la gente quiere disfrutar más de sus hogares. “Es una explosión de felicidad. La gente quiere iluminar sus vidas porque están cansadas”, valora este artista.

Una vivienda de Arroyomolinos decorada con luces de Navidad.
Una vivienda de Arroyomolinos decorada con luces de Navidad.DAVID EXPOSITO

Que los ayuntamientos se apoyen en los vecinos para iluminar los pueblos no significa que estén ahorrando más en factura eléctrica, según Vicente López, un electricista que trabaja montando instalaciones municipales en la zona centro. “El año pasado y el anterior estuvo más flojo, pero ahora se conoce que vienen pronto elecciones y están que se salen”, dice López. Pero los ayuntamientos se centran en iluminar las calles comerciales. Los barrios residenciales han sido siempre la hermana fea de la Navidad hasta que han llegado los concursos.

La dueña de “la casa de las luces” de Arroyomolinos, Nicoleta Tudose, se ha acostumbrado ya a abrir la puerta y encontrarse con vecinos fotografiando su vivienda. Mientras atiende a este periódico pasa una vecina en coche y la felicita.

“Es un gustazo pasar por aquí”, le dice desde el volante.

Tudescu aprovecha para animarla a que se sume a la moda: “Hay que poner más”.

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Sobre la firma

Fernando Peinado
Es reportero de la sección de Madrid desde 2018. Antes pasó ocho años en Estados Unidos donde trabajó para Univision, BBC, AP y The Miami Herald. Es autor de Trumpistas (Editorial Fuera de Ruta).

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