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La vacunación acelera en Madrid pese a los recortes en AstraZeneca

La Comunidad reorganiza el plan de inmunización tras los nuevos límites de edad para administrar las dosis y recula al apostar por abrir los centros de salud incluso durante los fines de semana

Vacunacion coronavirus Madrid
Cola para ponerse la vacuna contra el Covid-19 en el estadio Wanda Metropolitano.Olmo Calvo
Juan José Mateo

Al filo de la medianoche del miércoles, Antonio Zapatero, viceconsejero de Salud Pública, abandona por fin la Consejería de Sanidad regional. El zar del covid, como le apodan maliciosamente en la oposición, acaba de reformular la estrategia de vacunación de la región tras saber que las dosis de AstraZeneca quedan restringidas a los mayores de 60 años. La decisión, que acata Madrid tras oponerse, afecta especialmente a su plan. Con 452.500 dosis, la Comunidad es la tercera región con más vacunas recibidas de esta marca. Y el cambio de criterio llega justo cuando Madrid se prepara para la macrovacunación, que empieza a vislumbrarse con la incorporación del Wizink Center (hoy) y de 10 hospitales públicos (mañana) a la red de centros que administran las dosis. El resultado es otro choque entre el Gobierno de Madrid y el de la nación.

“Lo que no se puede hacer es cambiar de criterio, dar palos de ciego y crear inseguridad constantemente”, se quejó ayer la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, tras ver cómo había que suspender unas 600 citas de vacunación solo el jueves. “Lo que no se puede es cambiar a mitad de la partida, cuando tantísima gente ya está vacunada”, remató la presidenta, que esta misma semana tenía previsto que se vacunara con AstraZeneca a pacientes de entre 56 y 65 años.

“Hace tres semanas, el Ministerio decidió no poner esta vacuna por encima de los 55 años, y ahora quieren ponerla a partir de los 60”, recordó Zapatero. “¿Cómo les explicamos a los ciudadanos estos cambios de criterio? Echo en falta coherencia”.

Como el resto de regiones, Madrid tiene que decidir ahora cómo administra la segunda dosis a todos aquellos vacunados menores de 60 años que recibieron la primera de AstraZeneca. Son casi 319.000, entre ellos 11.000 profesionales de las oficinas de farmacia están en esa situación.

La polémica, además, pilla a los gestores regionales en plena mudanza: al ritmo del aumento de vacunas y de las polémicas que rodean a su estrategia, esta se va adaptando. Así, ya no se vacunará principalmente en las grandes infraestructuras de la capital —como el hospital Zendal, el Wanda Metropolitano o el Wizink Center—. Un audio distribuido por el PSOE de Ángel Gabilondo el miércoles resumió la necesidad de abrir el operativo a otros hospitales de la región, y llevó a Díaz Ayuso a pedir disculpas, antes de anunciar ayer que próximamente los centros de salud dejarán de desempeñar un papel secundario y trabajarán incluso durante los fines de semana.

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—Vivo en Colmenar de Oreja y he recibido un mensaje para que vaya a vacunarme hoy al hospital este que está ahí donde Cristo perdió el gorro, el Zendal —se queja una mujer en una llamada—. Yo estoy loca por vacunarme, pero no puedo desplazarme 150 kilómetros, ida y vuelta, operada de un pie, sin poder caminar. ¡Que me digan por qué no me pueden vacunar en mi centro de salud!

—¿Va al sitio que hay, o le pongo que no va a ir? —le contestan.

Pese al cambio, los problemas de suministro, organización y recursos humanos persisten.

El martes, el equipo directivo de la Consejería de Sanidad transmitió a los sindicatos que la llegada de dosis de Moderna y AstraZeneca sería “irregular” en abril, en el mejor de los casos.

Gasto millonario para citar

Los responsables de la Comunidad también transmitieron durante el encuentro que las citas para la vacunación en el Wizink Center se harán a través de SMS. Para ello, la Comunidad ha firmado un contrato de 1,1 millones de euros con Indra y Telefónica, que prevén enviar 2,5 millones de mensajes y hacer 900.000 llamadas hasta el 30 de mayo.

Ocurre que allí donde no llega la tecnología deben llegar los recursos humanos, lo que enfrenta a Madrid a todo un reto: tener el suficiente personal para vacunar a millones de ciudadanos. Para empezar, en el Wizink vacunarán enfermeras jubiladas, que participarán de un dispositivo que aspira a tratar a 4.000 personas al día con AstraZeneca. En total, trabajarán 50 profesionales en 16 puestos. Y cuando empiecen a llegar las vacunas de Janssen en abundancia —ya en mayo, calcula la Comunidad— se pondrán en marcha nuevos dispositivos de vacunación con 6.000 enfermeras. Mientras todo eso ocurre, el virus sigue matando: el miércoles fallecieron 17 personas, y 474 luchaban por su vida en unidades de cuidados intensivos de Madrid.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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