“Para las personas con discapacidad el sexo está vetado”
La sexualidad, la violencia y la diversidad funcional física y psíquica vertebran la producción teatral ‘Y llegar hasta la luna’
Javier Zarapico forma parte del elenco de intérpretes de Y llegar hasta la luna, una producción teatral que se centra en la sexualidad, la violencia y la diversidad funcional física y psíquica. “Para las personas con discapacidad el sexo está vetado. Siempre se habla de que se adapten al trabajo para que produzcan, pero las cosas buenas de la vida se las van a perder”, critica este actor que padece una enfermedad rara degenerativa con la que va perdiendo movilidad y que le produce sordera. El Centro Dramático Nacional acoge del 7 al 11 de abril este proyecto de investigación y creación que persigue que esos cuerpos que socialmente están al margen ocupen un espacio público. Se ha construido a través de las experiencias personales y entrevistas realizadas por María San Miguel, Premio de Arte Dramático de la Diputación de Valladolid en dos ocasiones, que corre a cargo de la dramaturgia y la dirección.
Esta obra nace como un taller de investigación, como un laboratorio sobre sexo, violencia y diversidad funcional. Las primeras sesiones se centraron en la parte física, en trabajar con el cuerpo y explorar lo sensual. La última parte fue más un teatro documental, en el que los actores iban saliendo al escenario y eran grabados mientras respondían a preguntas relacionadas con la sexualidad y el fetichismo. “Éramos 60% de actores con alguna diversidad y 40% sin ella. Se creó un clima de confianza y salieron testimonios muy interesantes. Llegamos a muchas conclusiones como que sobre todo las mujeres y las personas que están al margen tienen mucho tabú a la hora de hablar de relaciones sexuales”, cuenta Rosa del Cerro, otra de las integrantes de la función.
Muchas veces estamos enfocados en agradar y hacer disfrutar al otro en lugar de buscar el propio placer. De ahí que la idea de los cuerpos deseantes de las mujeres, no solo deseables, es uno de los ejes de la obra, explica Rosa del Cerro. Aunque confiesa que hubo compañeras que a raíz de contar sus experiencias se dieron cuenta de que habían sufrido una violación. “Fue muy impactante, porque te hace revisar el por qué hice aquello, por qué no lo he denunciado, si estaba yo realmente a gusto o no”, señala la actriz.
A partir del material que se grabó, la directora María San Miguel, cuya pieza Viaje al fin de la noche fue finalista al mejor espectáculo revelación en los Premios Max 2019, hizo una dramaturgia, seleccionó algunos textos, los modificó y los entregó de nuevo a los actores. “No siempre contamos algo que nos ha pasado a nosotros, pero todos nos comprometemos con la historia del compañero”, aclara Rosa del Cerro. Para Javier Zarapico, el haber compartido experiencias le ha hecho comprobar que existen carencias y vivencias compartidas. “Te das cuenta de que no estás solo. La diversidad hace que cada uno se distancie de los demás. Hay que hacer también incisión en la gente con discapacidad psíquica porque cuando trabajas e interactúas con ellos te das cuenta de que hay mucho cliché y memoria antigua”, indica.
‘Y llegar hasta la luna’ es una metáfora sobre qué ocurriría si no existieran límites en el deseo.
Y llegar hasta la luna es una metáfora sobre ese deseo lejano al que se puede llegar, sobre qué ocurriría si no existieran límites en el deseo. Un escenario en el que se admite la violencia y el sexo duro, siempre que sea consensuado. “Nosotras también tenemos fantasías sexuales. Hay muchas maneras de desear y está el sadomasoquismo y el bondage. Cuando es violencia no consensuada se trabaja más en el espectáculo con la palabra, con estos testimonios recopilados”, afirma del Cerro. Javier Zarapico matiza que el sexo en sí tiene algunos aspectos de violencia que son sanos: “Pero la violencia explícita y más cruda es utilizada como arma desde una parte, que en su mayoría son los hombres, para someter y crear un estatus de poder. No entiendo cómo hay formaciones que hablan de que no existe la violencia de género, cuando es una realidad palpable”.
Uno de los momentos curiosos durante el taller se dio cuando los actores experimentaban con el cuerpo y se propuso que quien se sintiera cómodo podía quitarse prendas de ropa, de una forma libre. “Los chicos consiguieron desnudarse por completo la primera vez, las chicas no. Fue un espejo de la sociedad”, reflexiona Rosa del Cerro, que lamenta que haya poca formación e información sobre la sexualidad, y que las charlas se centren en los peligros de embarazos no deseados o enfermedades de transmisión sexual, obviando cómo dar y recibir placer y conocer mejor el propio cuerpo.
Uno de los objetivos de Y llegar hasta la luna es romper barreras con referentes diversos que visibilicen otras realidades, que incluso formaran parte de grandes producciones que no versen sobre esta temática en particular. Javier Zarapico concluye con esta premisa: “Hay personas totalmente válidas que se las considera inválidas, pero la normalidad es una utopía, todo el mundo tiene problemas. Aceptémonos como somos, ese sería el final del camino”.
Información: Y llegar hasta la luna. Cuándo: del 7 al 11 de abril a las 17h. Dónde: Teatro Valle-Inclán, Sala Francisco Nieva.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.