PP y Vox compiten por el voto joven en YouTube
La campaña electoral de la derecha en el 4-M estará presente en la red audiovisual más extendida a través de nuevos actores con mensajes radicales
El número dos del PP, Teodoro García Egea, pasó la noche de su último aniversario de bodas dando una entrevista de 90 minutos a un youtuber de 33 años, Infovlogger. No era un asunto menor. Egea, de 36 años, confesó al youtuber durante el encuentro la semana pasada que estaba hablando con él porque su partido tiene que ser capaz de llegar a sus 220.000 seguidores. Le elogió por su “trabajo importante” y le dijo que sus vídeos satíricos le llegan al minuto al WhatsApp. Le confesó que su preferido es Trolero, una adaptación de la música pachanguera de Chayanne que pide enviar “al trullo el Gobierno entero” del presidente Pedro Sánchez. También admitió que tiene en cuenta sus consejos: “Te sigo mucho y además cuando te metes conmigo intento mejorar”.
Infovlogger tendrá una agenda apretada en la campaña de las autonómicas de Madrid del 4 de mayo. Ya ha apalabrado entrevistas con la presidenta Isabel Díaz Ayuso y con la candidata de Vox, Rocío Monasterio. Los partidos de la derecha buscan darle hueco en la recta final, cuando muchos votantes deciden su voto. Al candidato de Vox a la Generalitat, Ignacio Garriga, le entrevistó cinco días antes de la votación de febrero; y a Santiago Abascal tres días antes de las generales de noviembre de 2019.
Infovlogger es Isaac Parejo, un joven gay que vive en el Ensanche de Vallecas. Sus piercings, vaqueros rotos y camisetas negras no concuerdan con el estereotipo del joven de derechas madrileño y seguramente eso gusta a PP y Vox, porque Parejo les puede ayudar a conectar con un nuevo público. A las figuras más conocidas de la política nacional no parece importarles que tenga ese aspecto cuando les entrevista en persona.
Parejo inició su canal de YouTube en octubre de 2017, después de haber trabajado llevando las redes sociales de una agencia de viajes y como técnico de vídeo en otras empresas. Su canal de YouTube combina lo friki y lo serio. Unos días aparece disfrazado, por ejemplo de superhéroe facha con capa, y otros hace de monologuista o tertuliano frente al micrófono, discutiendo sobre “la batalla cultural” o la actualidad política. Lo hace junto con otros colegas youtubers, por lo general de ideología afín. Muchos han llegado a este medio en los últimos tres años, cuando se ha producido una explosión del contenido político de derechas en una red que durante mucho tiempo había estado asociada a los videojuegos y otros temas ligeros.
Los youtubers españoles de izquierdas no han tenido tanto éxito. “Son muy aburridos. Sin humor, sin chascarrillos, sin reírse de nadie”, dice Parejo. “Nosotros tratamos la política de forma lúdica. Esa es la forma en que creemos se debe dar la batalla cultural”, añade. Otros rasgos de este bloguero audiovisual son su lenguaje vehemente y una división del mundo entre buenos y malos. Para él, los periodistas son “mercenarios de la información”, el confinamiento domiciliario fue “nazi” y “España está en pie gracias a Madrid”.
Otros conocidos youtubers asociados a la derecha española son Roma Gallardo (1,4 millones de suscriptores), Wall Street Wolverine (401.000), Un Tío Blanco Hetero (UTBH) (347.000) o Libertad y lo que Surja (256.000). En general, reivindican el nacionalismo español y las ideas libertarias. Unos ponen más énfasis en lo económico, con posturas anarcocapitalistas contra los impuestos y el Estado, y otros en la cruzada contra los activistas de izquierda que defienden a grupos vulnerables o el ecologismo.
Más pendiente de Twitter
El éxito de estos jóvenes en YouTube pasa desaparecido para buena parte de la prensa, más pendiente de Twitter, pero esta red social ha crecido durante años, en especial desde la pandemia. Según la consultora de audiencias Barlovento, YouTube fue en febrero la segunda fuente de consumo audiovisual entre los menores de 45 años con un 18,5% de cuota de pantalla, solo por debajo de Mediaset (Telecinco y Cuatro juntas). YouTube es muy popular entre veinteañeros y treintañeros, el segmento de edad donde Vox tiene más fuerza. Según el macrosondeo que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) hizo tras las generales de noviembre de 2019, el partido de extrema derecha tuvo sus mejores resultados entre los menores de 35 años, casi empatado con Unidas Podemos y por detrás del PSOE.
Esa fuerza de Vox era patente en la entrevista de Infovlogger con Egea. Los usuarios, que pueden comentar en directo, trolearon a la mano derecha de Pablo Casado. Le insultaban o le mandaban corazones verdes. “Solo queda Vox”, era un mensaje muy repetido. Egea aguantó el chaparrón. Antes de la entrevista, que empezó a las 22.00, la cuenta nacional del partido la promocionó en Twitter.
Cuando Egea entró en directo, habían pasado solo 30 minutos desde que se conoció la noticia de que Toni Cantó, exdiputado de Ciudadanos, se incorporaba a las listas del PP para Madrid, un asunto que él mismo había negociado, pero ahí estaba hablando en YouTube, en lugar de en un programa de radio o televisión.
“Creo que los medios de comunicación tradicionales tienen los días contados porque de hecho nos ignoran”, dice Parejo a este periódico. “Saben que somos competencia directa, más que nada porque las audiencias de las teles son ficticias. Las nuestras son reales. Nos ven realmente 200.000 personas”. La realidad es que la entrevista con Egea acumulaba este sábado solo algo más de 63.000 visionados, una medida que no significa que el vídeo haya sido visto entero (solo hacen falta 30 segundos para que YouTube lo considere un visionado).
Parejo no está en Twitter porque fue expulsado en diciembre de 2019, tras ser denunciado por unos tuits en defensa de tres jugadores de tercera división de fútbol condenados a 38 años por agresión sexual a una adolescente. En internet no ha quedado rastro de esos tuits en los que él dice que criticaba una “aberración” de sentencia. La red social no da detalles del incidente. “Twitter hace cumplir sus reglas con criterio e imparcialidad y toma acción si esas reglas son violadas”, responde un portavoz.
Otros youtubers de derechas han sido suspendidos de Twitter, Facebook o Instagram por violar las reglas contra la incitación al odio o la violencia. La plataforma de Google ofrece a estos jóvenes otro incentivo: la red social les recompensa con dinero en función del número de visionados que generan. La tarifa varía mucho en función del anuncio que le aparece a la audiencia (Youtube muestra a cada usuario uno distinto en función de su edad o país de ubicación). Según fuentes del sector, un youtuber español gana alrededor de un euro por cada 1.000 visionados.
Parejo vive también de donaciones a través de Patreon o PayPal, y del merchandising que diseña. Es fan de Ayuso y votará por ella el 4 de marzo. Vende camisetas rojas en las que parafrasea los lemas de Donald Trump: “Make Ayuso President Again” y “Madrid First”.
Algunos sociólogos en EE UU ponen el foco sobre la radicalización de los jóvenes en YouTube, denunciando que su modelo de negocio incentiva a estos jóvenes a recurrir a mensajes extremos para tener más ingresos. Advierten que contar bulos o ser ofensivo contra las mujeres o los inmigrantes sale rentable. Así, para algunos, los inmigrantes subsaharianos acogidos en Canarias son “ecoturistas que vienen a gastos pagados y no dejan ni un duro”. “YouTube ha creado un restaurante que nos sirve comidas cada vez más azucaradas y grasientas, rellenando nuestros platos tan pronto como hemos acabado”, escribió Zeynep Tufekci, profesora en la Universidad de Carolina del Norte, en The New York Times.
También trolean a los pocos youtubers de izquierdas que alcanzan algo de eco. Uno es Alán Barroso, de 23 años, quien no se rinde. “La guerra cultural es muy importante porque hay muchos chavales que pueden estar viendo a El Rubius jugando al Fortnite y al lado les aparece otro vídeo que les dice ‘Por qué España te roba con los impuestos’. Y no aparece al lado otro vídeo explicando por qué los impuestos son necesarios”, cuenta él.
UTBH (Un Tío Blanco Hetero) es Sergio Candanedo, un madrileño de 32 años que creó su canal en febrero de 2018. En sus vídeos suele aparecer vestido de condón, con el cuerpo cubierto con un elástico blanco. Él asegura que no hace apología de la masculinidad, pero su canal está dedicado a hundir a los activistas que buscan mejorar las vidas de los inmigrantes o las mujeres. Para él, esos discursos son “gilipolleces” porque, dice, caen en el victimismo o reprimen la libertad.
Desde su punto de vista, los jóvenes se están alejando de la izquierda porque sienten que la corrección política les coarta. “Ser de derechas es el nuevo punk”, afirma, reproduciendo una frase que se puso de moda en EE UU con el ascenso político de Donald Trump.
Iago Moreno, un sociólogo de 22 años que estudia las redes, cree que no hay que magnificar el impacto del YouTube de derechas. Da ejemplos de la vitalidad de la izquierda entre la juventud, como el ecologismo o la música. “A pesar de la pandemia, han sobrevivido las asambleas de Fridays For Future en los institutos y Morad, uno de los mayores raperos, tiene mucha influencia en los barrios obreros”. Morad, de padres marroquíes, canta en una canción reciente: “Tu padre facha me llamaría mena, y yo pago los impuestos por lo menos”.
Pero las fuerzas se han equilibrado. Moreno dice que YouTube ha dado un lugar de encuentro a la derecha. “La izquierda socializa en la cotidianeidad. En los conciertos, librerías. La extrema derecha y el antifeminismo no tenían esos lugares y los han encontrado en la red”.
Los youtubers de derechas creen que han servido de plataforma para el ascenso de Vox. Infovlogger lo ve claro: “Vox ha tenido su impulso gracias a que les hemos allanado el camino porque llevamos tiempo hablando de cosas de las que no hablaba nadie”.
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