Más de la mitad de la marihuana que se adquiere en Madrid no es apta para el consumo
Un estudio analiza un total de 40 muestras provenientes de la venta callejera en 18 de los 21 distritos de la capital
La marihuana adquirida en las calles de Madrid no es apta para el consumo en más de la mitad de los casos. Esa es la conclusión a la que ha llegado el estudio realizado por el farmacéutico y Doctor en Ciencias de la Salud, Manuel Pérez Moreno, en colaboración con la Universidad Complutense de Madrid, la Alfonso X El Sabio, la Universidad de Extremadura y la Fundación CANNA. El informe se basa en la contaminación fúngica detectada en un elevado porcentaje de las 40 muestras provenientes de la venta callejera en 18 de los 21 distritos de la capital. El consumo de esta marihuana, además de ser un fraude para el consumidor, puede llegar a ser un serio problema de Salud Pública, tanto en personas sanas como en personas con patologías previas, advierte Pérez Moreno.
Uno de los descubrimientos que arroja el informe es que la marihuana adquirida en las calles de la capital no debe de emplearse en ningún caso para el tratamiento de enfermedades debido a su elevada contaminación, con valores tan desproporcionados que conducen a la idea de que la mayoría de las muestras se cultivaron en un ambiente sucio, contaminado, poco ventilado y en unas condiciones de humedad y temperatura no adecuadas, probablemente en lo que se denomina un cultivo indoor o de interior, reza el informe. Esta circunstancia hace pensar que el personal encargado del cultivo, recolección, secado y envasado de la especie vegetal analizada, carece de los conocimientos necesarios para cultivar o elaborar un producto destinado al consumo humano.
Por tanto, el número de muestras no aptas para el consumo, teniendo en cuenta los criterios establecidos, es del 62,5%. El género fúngico predominante fue Penicillium, que apareció en el 35% de las muestras “de una forma desproporcionada”. La exposición prolongada a este hongo, o bien, el consumo en elevadas proporciones, son capaces de provocar reacciones de hipersensibilidad y de producir neumonías, situación aún más frecuente en pacientes inmunodeprimidos, prosigue el estudio. El siguiente genero fúngico detectado fue Mucor, que apareció en el 32,5% de las muestras analizadas. Como el hongo anterior, es frecuente y habitual en la naturaleza, y se desarrolla muy bien en especies vegetales si tiene la humedad suficiente, lo que apunta a que el proceso de secado de la planta no se realizó de forma adecuada, o bien que las muestras se envasaron antes de estar bien secas provocando el proceso de podredumbre de la especie vegetal.
“Es lamentable lo que hay y lo que la gente consume. Es un toque de atención a las autoridades sanitarias, sobre todo, y administrativas, de que esto puede explotar en cualquier momento. El día que cambie un poco este hongo y sea otro, van a llenar los servicios de urgencia de Madrid de gente intoxicada”, dice Pérez Moreno. Aunque a la hora de hablar de esta planta reconoce que tiene unas propiedades increíbles farmacológicamente, pero que es una moneda que tiene una cara y una cruz.
Este farmacéutico cuenta que el THC es el hermano malo de la marihuana, es excitante, energizante y es lo que produce los ataques de risa y en dosis elevadas hasta alucinaciones. También es responsable de todos los ataques de pánico, de ansiedad y el famoso “amarillo” tras su consumo. En cambio, el CBD “tiene unas propiedades estupendas”, es muy buen analgésico y antiinflamatorio, y podría sustituir en algunos casos a los derivados opiáceos, declara el farmacéutico. Además, está muy de moda ahora usarlo en cremas y aceites para tratar los nervios y la ansiedad.
Otro aspecto importante que se analiza de la marihuana consumida en la ciudad de Madrid es la presencia y concentración de cannabinoides, ya que dependiendo de estos factores se puede determinar si la marihuana se puede emplear con fines fitoterapéuticos o solamente recreativos. Los resultados del estudio determinan la baja o nula concentración de CBD y una concentración de THC superior al 15%. Esto significa que al no estar la marihuana balanceada con CBD en concentraciones adecuadas, no se contrarrestarían los efectos secundarios perjudiciales del THC.
Si tenemos en cuenta que la marihuana es consumida tanto por personas sanas como por un número importante de personas enfermas, la presencia de una elevada carga fúngica en las muestras o el crecimiento de hongos toxigénicos, podría desencadenar un serio problema de salud pública, y este es uno de los puntos donde radica el interés de este estudio, cuya adquisición o toma de muestras se realizó siguiendo las pautas de cualquier consumidor ocasional o habitual de marihuana, es decir, localización de un punto de venta, contacto con el vendedor, observación de la muestra , pago de la misma y retirada del lugar. Aun así, no existen estudios relevantes o acreditados anteriores a este en Madrid capital con los que poder comparar si este dato ha sido inferior, superior o igual en otros momentos.
El Observatorio Español de drogas y toxicomanías publicó en 2020 que el 33.1% de los jóvenes españoles entre 14 y 18 años ha consumido alguna vez en su vida derivados del cannabis y que la edad de consumo comienza antes de los 15 años. Además, más del 50% de las urgencias psiquiátricas atendidas en los hospitales madrileños a jóvenes y adolescentes se debe al consumo de derivados del cannabis.
“Que no nos pille desprevenidos todo, que ya tenemos bastante con lo que se nos viene encima, es un problema muy serio, habrá que atajarlo antes porque es mejor prevenir que curar, que en este país parece que solo nos dedicamos a curar”, concluye Pérez Moreno.
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