Telemadrid, el servicio público como arma política
El choque entre el PP y la dirección del canal autonómico abre una crisis en el seno del Gobierno entre los dos socios de la coalición y contrapone dos modelos de entender el ente
Como un general escandalizado con la insubordinación de su ejército, Esperanza Aguirre apareció en 2018 en un plató de Telemadrid, se quejó de las preguntas que le hacían, y se marchó en mitad de la emisión.
- Me ha parecido que este programa va contra el PP, dijo la expresidenta regional justo antes de levantarse.
- ¿Es usted espectadora del nuevo Telemadrid?, intentó terciar la presentadora.
- La verdad es que no.
La escena resume dos cosas. Primero, cómo el PP de las mayorías absolutas (1995-2011) llegó a considerar al canal como un satélite en sintonía con sus intereses. Y segundo, que la reforma de la ley que regula el ente como servicio público, aprobada la pasada legislatura, ha cambiado las reglas del juego, al hacer más difícil el control político.
La nueva dirección, elegida por la Asamblea de Madrid y dirigida por José Pablo López, ha despertado simpatía entre los madrileños, con récords de audiencia que no se veían desde hace casi una década. Aunque sin llegar al papel de referente entre las televisiones autonómicas, como era en los años noventa, con Joaquín Leguina (PSOE) y Alberto Ruiz-Gallardón (PP) como presidentes de la Comunidad de Madrid.
La nueva dirección ha despertado la simpatía entre los madrileños, con hitos de audiencia que no se veían desde hace casi una década. Aunque sin llegar al papel de referente entre las televisiones autonómicas, como era en los años noventa
Al mismo tiempo, el canal ha inaugurado una época de desencuentros con el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso. “Soy la única presidenta que tiene una televisión que le es crítica”, aseguró la líder del PP en febrero de 2020.
Ese es el trasfondo del choque administrativo que enfrenta estos días a la Consejería de Hacienda, del PP, con la dirección de la cadena. Las dos partes negocian un nuevo contrato-programa con el que dotar de recursos al ente público, tras caducar el anterior sin acuerdo. Mientras alcanzan un pacto, Hacienda ha decidido autorizar solo el pago de los salarios de los trabajadores, pero no el de productoras o proveedores.
En la consejería argumentan que están aplicando la ley —no aclaran cuál— y que tienen las manos atadas, porque los presupuestos regionales están prorrogados. Pero la dirección del ente y el comité de los trabajadores denuncian que el PP trata de ahogar financieramente a la cadena como forma de presión para recuperar el férreo control que el Gobierno regional tenía en la etapa de Esperanza Aguirre. Eso ha provocado una auténtica rareza: Ciudadanos, que gobierna con el PP en coalición, se ha alineado con PSOE, Más Madrid y Podemos para llevar a la Asamblea una iniciativa que desbloquee la situación.
“Hay una parte del Gobierno, la del PP, que no quiere desprenderse de la capacidad de presión, y de influencia, en todos los ámbitos de la radiotelevisión pública: el político, el informativo, e incluso el de gestión”, opina Luis Lombardo, presidente del comité de empresa de Telemadrid. “Aquí hay una parte de la producción que es propia, y otra que hacen las productoras… y ese es un negocio al que se puede tener más o menos acceso”.
“Una pata es ideológica: con la nueva ley, en el PP pierden un aparato de propaganda fundamental. La otra pata es económica: antes, Telemadrid soltaba un chorro de dinero a productores y tertulianos”Hugo Martínez Abarca, diputado de Más Madrid
“Una pata es ideológica: con la nueva ley, en el PP pierden un aparato de propaganda fundamental. La otra pata es económica: antes, Telemadrid soltaba un chorro de dinero a productores y tertulianos”, coincide Hugo Martínez Abarca, de Más Madrid. “¡Con Aguirre hubo pequeñas productoras que ganaron mucho dinero!”, exclama en referencia a un supuesto sistema para engrasar un aparato propagandístico en favor del PP.
“Con todo el poder que tienen a nivel de gobierno, buscan todos los huecos, todos los resquicios, para ahogar el ente”, remata Vanessa Lillo, de Unidas Podemos IU Madrid en Pie. “Y se apoyan en Vox, que siempre cuestiona Telemadrid”.
El PP ha gobernado Madrid desde 1995. En este cuarto de siglo, los presidentes de la formación conservadora se han desempeñado de manera muy distinta con respecto a la radiotelevisión pública. Alberto Ruiz-Gallardón y Cristina Cifuentes, que compartieron la misma directora de comunicación, dejaron hacer salvo en los asuntos que les afectaban directamente: el primero despidió al director por un documental sobre el terrorismo en el País Vasco, y la segunda llamó cuando el caso máster empezaba a devorar su carrera, señala una fuente de la compañía. Esperanza Aguirre e Ignacio González, sin embargo, convirtieron el canal en el brazo armado mediático del PP, lo que acabó con una crisis de audiencias y un traumático ERE que supuso el despido de más de 800 trabajadores. La etapa de Ángel Garrido, de apenas 11 meses, casi ni se notó. Pero en ese mismo tiempo, el equipo de Ayuso ya había acumulado múltiples choques.
“RTVM percibe anualmente más de 70 millones de euros de dinero público y su dirección debe cumplir la legalidad vigente como cualquier ente público”.Portavoz del Gobierno regional
“Los incumplimientos reiterados por parte de la actual dirección del Ente en la presentación del contrato programa y del plan de ajuste debido al déficit financiero en el que incurrieron en 2019 están poniendo en peligro la viabilidad económica de la empresa pública”, dice un portavoz del Gobierno, que recalca que el problema es administrativo, no por la línea informativa. “RTVM percibe anualmente más de 70 millones de euros de dinero público y su dirección debe cumplir la legalidad vigente como cualquier ente público”.
Sin embargo, sobran los ejemplos de encontronazos por los contenidos de la cadena. Tras ser elegida presidenta, en agosto de 2019, Ayuso rompió la tradición y no concedió su primera entrevista a la televisión pública. Un mes después, Miguel Ángel Rodríguez, que entonces era solo su exasesor de campaña, y hoy es el jefe de gabinete de la presidenta, empleó sus redes sociales para criticar a una presentadora por hacer una broma sobre la presidenta: “Esta señora tiene contrato fraudulento en Telemadrid como muchos otros. Para esto la pagan. Vaya gentuza”. Luego, la presidenta abroncó por carta al director del ente, José Pablo López, por unas bromas sobre la infanta Elena en el programa El Madroño. “Lamentable”, escribió. En medio, Díaz Ayuso dejó una amenaza velada: “Telemadrid ya no es un servicio esencial”.
Los problemas habían comenzado incluso antes. Ya en la precampaña electoral, según una fuente de la compañía, hubo quejas del equipo de la aspirante sobre la cobertura que se le daba. Cuando llegó el momento de organizar el debate electoral, Rodríguez, exsecretario de Estado de Comunicación de José María Aznar, reclamó que se fijara para el primer lunes de campaña. El resto de partidos se negó. Hubo un sorteo. Perdió el PP. La cita fue una semana antes de las urnas. Díaz Ayuso no brilló, ni tuvo el tiempo para recuperarse que le hubiera dado intervenir en la fecha que su equipo proponía. Acabó siendo la primera candidata regional del PP en perder unas elecciones en Madrid desde 1987.
Desde entonces, la relación ha empeorado. Desde que es presidenta, Díaz Ayuso aún no ha pisado las instalaciones del canal, al que sí ha atendido en diversas entrevistas desde otras ubicaciones. En una de ellas, quedó en fuera de juego:
— ”Son preguntas que no se le hacen a un presidente autonómico normalmente”—, dijo al no saber aclarar de dónde saldrían los médicos y enfermeros asignados al hospital Enfermera Isabel Zendal. Un capítulo que ha agravado el desencuentro: Díaz Ayuso tardó cuatro días en dar una entrevista al canal durante la crisis de Filomena, pese a que este batió récords de audiencia.
“Hay una operación de acoso y derribo”, denuncia una fuente de Telemadrid que reclama el anonimato. “No encajan que las decisiones de Telemadrid se toman en Telemadrid. No toleran que no se les mande la escaleta, que en la misma pieza salgan Díaz Ayuso y Aguado, o que en la inauguración del hospital Isabel Zendal también informáramos de las protestas que había en la puerta”.
“El día del Zendal el rótulo permanente de Telemadrid fue ‘Díaz Ayuso inaugura un hospital con polémica’. ¡Todo muy objetivo!”, contrapone una fuente que cuenta con la confianza de la presidenta de la Comunidad de Madrid, y que asegura que Rodríguez, su jefe de gabinete, no contacta con el canal desde el inicio de la pandemia, en la primavera de 2020. “No nos quejamos nunca”, asegura. “El diálogo con los medios de comunicación es el normal de los gabinetes de Prensa. Es su obligación intentar noticias más favorables”, añade. Y remata: “De ahí a creerse mártires por presiones, nada de nada. Esto, además, no tiene nada que ver con la escaleta. Es un problema administrativo: el director general no envió la propuesta de contrato-programa hasta enero”.
“Desde el inicio de la legislatura, el PP y el Gobierno lo único que le han pedido es que se cumpla la ley y se gestione lo mejor posible el dinero de los madrileños”Almudena Negro, diputada del PP
“Es absurdo”, coincide Almudena Negro, diputada del PP. “Desde el inicio de la legislatura, el PP y el Gobierno lo único que le han pedido es que se cumpla la ley y se gestione lo mejor posible el dinero de los madrileños”, añade. “No hemos planteado jamás nada sobre la línea editorial. Otra cosa es que nos parezca que la dirección es muy mala”.
“Estamos en una nueva etapa, en la que hay que tomar nota de todo lo que se ha hecho mal, que ha sido mucho, por muchos motivos y por parte de todos”, afirmó en la Asamblea una diputada del PP la pasada legislatura, en una sesión sobre Telemadrid. “Tenemos que parar ya esta salvajada que está sucediendo con Telemadrid, que es estar siempre tirándonos los trastos desde hace muchos años y poniendo en tela de juicio la cadena”.
¿El nombre de aquella diputada? Isabel Díaz Ayuso.
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