Doble energía
Cristina Anglada y Gema Melgar están detrás de This is Jackalope, organización sin ánimo de lucro dedicada al arte contemporáneo
Les mueve el afán por apoyar a artistas que les entusiasman. Cristina Anglada y Gema Melgar están detrás de This is Jackalope, organización sin ánimo de lucro dedicada a la creación, producción y difusión de las prácticas artísticas contemporáneas. Se conocieron como alumnas de un máster en el Reina Sofía. Desarrollaron sus carreras en paralelo hasta que hace cuatro años decidieron montar algo juntas. “Queríamos que fuese algo que no nos agobiase, que no nos obligase a tener que cumplir unos objetivos externos”, coinciden. Impulsan publicaciones, producen piezas de artistas y comisarían exposiciones. Lo último que lleva su sello es Un rastro involuntario, que se puede descubrir en La Casa Encendida.
Proyecto anual. La Sala A de La Casa Encendida comienza una nueva etapa. Cada año se va a invitar a un comisario, a una comisaria o a un colectivo a realizar un ciclo expositivo que esté “muy ligado al presente”, en palabras de Lucía Casani, directora del centro de la Ronda de Valencia. La Sala A, la que está a la izquierda de la entrada principal, se convierte así en “un lugar dinámico, un nuevo espacio de experimentación para artistas y comisarios con colaboraciones curatoriales anuales en el que se podrá desarrollar una idea o un tema a largo plazo”. El ciclo expositivo para este 2021 es Un rastro involuntario, comisariado por This is Jackalope.
Primera parte. ¿Dónde has estado todo este tiempo?, con dos piezas audiovisuales de Agnieszka Polska, es la primera parte del proyecto de Cristina Anglada y Gema Melgar para La Casa Encendida. El pensamiento más feliz es una video instalación inmersiva que se proyecta en una pantalla de casi cinco metros de alto y otros tantos de ancho. A lo largo de 12 minutos, la artista polaca recuerda la mayor extinción de especies en la historia, hace 250 millones de años. “Hay un claro paralelismo con el cambio climático que ahora sufrimos”, señalan las comisarias. En El nuevo sol, pieza de 22 minutos, también se aborda el colapso medioambiental. “Soy espectador de la calamidad”, dice el astro animado en el vídeo.
Lo que viene. Tras Agniezska Polska, que ocupará la Sala A hasta el 4 de abril, Un rastro involuntario continuará con un diálogo expositivo entre David Horvitz y Javier Cruz. Uno vive en Los Ángeles, el otro en Madrid. “No se conocían. Nosotras los pusimos en contacto para este proyecto porque veíamos conexiones. Siempre intentamos mezclar artistas, nos interesan los diálogos entre ellos”, explica Gema. A Hanne Lippard y Claudia Pagès, que tampoco se conocían, les han propuesto un diálogo performativo. Dos muestras individuales completarán el ciclo: las exposiciones de Jonathan Baldock en julio y Jon Rafman en octubre. “Pensamos que pueden ayudar a orientarnos en este caos, en esta desazón que vivimos”, apunta Cristina.
Espacio propio. Cuando empezaron a pensar en un nombre para su proyecto, a Cristina Anglada y Gema Melgar se les apareció un jackalope. Se encontraron con una postal del animal mítico al que en Estados Unidos imaginan como una liebre con cuernos de antílope. “Desde el principio teníamos claro que no queríamos tener un espacio, queríamos trabajar sin cargas. Al no tener que pagar ningún alquiler, invertimos en una publicación anual”. Con textos en inglés y español, mezclan a artistas locales con artistas de fuera que les interesan. “Gracias a la publicación conocen nuestra naturaleza de trabajo, por dónde vamos”. En el último número conviven las obras de Lewis Hammond, Sofia Stevi o Elena Bajo con siete cartas íntimas de Luna Miguel.
Piezas contadas. Otra de sus actividades es la producción de obras de artistas. “Son ediciones seriadas, de tirada limitada. Cada edición es concebida y desarrollada por un artista”. Theo Firmo fue el primero, Elena Alonso la segunda. Las venden a un precio muy por debajo del mercado, 300 euros como tope, para llegar a nuevos coleccionistas. “Pagamos la producción de 40 piezas, 20 son para el artista como honorarios y 20 las ponemos a la venta al precio mínimo que podemos para cubrir los gastos de producción”. La última pieza seriada es de David Bestué. Se titula Aníbal/ Salamanca y es un lingote de flor, fruto, lodo y cemento. “Viajamos con él a buscar los materiales y desarrollar el proyecto. Disfrutamos mucho”. Comenzaron con This is Jackalope por darse el gusto y cuatro años después siguen disfrutando. “Tenemos nuestros respectivos trabajos. Es muy bonito que sea un proyecto paralelo. Lo que ganamos lo invertimos para poder continuar”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.