Madrid renuncia a decidir más restricciones contra el virus y emplaza al Gobierno a actuar si la situación empeora
“No queremos adoptar más medidas”, afirma el vicepresidente de la región, Ignacio Aguado
El Gobierno de la Comunidad de Madrid no decidirá más restricciones para combatir la expansión del virus en la región, según ha avanzado este miércoles su vicepresidente, Ignacio Aguado, que ha emplazado al Gobierno de Pedro Sánchez a actuar si la situación sanitaria empeora. Tras meses defendiendo la necesidad de combinar la lucha contra la covid con la actividad económica, la renuncia a actuar globalmente en plena tercera ola ha reflejado el desconcierto que ha provocado en el Ejecutivo autonómico obligar a los comercios a cerrar a las 21.00 horas. “No queremos adoptar más medidas”, ha afirmado Aguado, en un anuncio que ha sorprendido a la mitad popular del Gobierno de coalición formado por PP y Cs.
El viernes, la Comunidad de Madrid tomó una serie de decisiones que llenaron de “dolor” al Ejecutivo, y específicamente a su presidenta, Isabel Díaz Ayuso. Con el virus de nuevo desbocado en la región, el Gobierno decidió cerrar todos los comercios a las 21.00 horas, adelantar el toque de queda a las 22.00, prohibir las reuniones de más de cuatro personas, y limitar a convivientes las citas en las casas. Acotar la actividad económica para luchar contra la enfermedad provocó todo un terremoto en la Real Casa de Correos, sede del gobierno regional: el trabajo de todo un año dedicado a posicionar a la región como un oasis de actividad en un mundo paralizado por el virus había quedado hecho añicos. El desconcierto consecuente ha marcado este miércoles el anuncio del portavoz del Ejecutivo, sobre el que aún no se ha pronunciado Díaz Ayuso, y que no ha sido respaldado por un PP sorprendido.
“Nosotros, como Gobierno regional, hemos adoptado las medidas que consideramos que hay que adoptar”, ha dicho Aguado tras el Consejo de Gobierno. “No es solamente que el [actual] estado de alarma nos permita llegar a más, es que como Gobierno regional no queremos adoptar más medidas. Estas son las medidas que desde el punto de vista autonómico consideramos que tenemos que adoptar”, ha subrayado. “Si la situación empeorara, entendemos que es el Gobierno de España el que tiene que tomar cartas en el asunto, y son los que tienen que decidir qué hacer en todas las comunidades autónomas, y por tanto en todo el país”, ha seguido. Y ha rematado: “No queremos avanzar más [en limitaciones]. En restricciones que afectan a la región hemos llegado hasta donde consideramos que tenemos que llegar, que podemos llegar, con las herramientas a nuestra disposición. Insisto: si la situación sigue empeorando, las decisiones competen en exclusiva al Gobierno de España”.
Con 988,54 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, la Comunidad de Madrid se enfrenta a la tercera ola del virus tras ver cómo la enfermedad provocaba la muerte de al menos 20.000 personas. Desde marzo, cuando arrancó la pandemia, el Gobierno de Díaz Ayuso ha apostado por conjugar la lucha contra la pandemia con la mínima intervención posible en la economía.
Eso ha provocado numerosos choques con el Ejecutivo central, que siempre le ha pedido que adopte medidas más duras. La tendencia, sin embargo, quedó rota el viernes: las nuevas limitaciones al comercio y las reuniones han roto meses de un discurso regional centrado en defender medidas quirúrgicas que permitieran la convivencia de la lucha contra el virus y la actividad hostelera.
Con 963 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos catorce días, y 4.255 personas ya ingresadas en sus hospitales, la Comunidad de Madrid se enfrenta a la tercera ola del virus tras ver cómo la enfermedad provocaba la muerte de al menos 20.000 personas desde marzo de 2019.
El tiempo transcurrido desde que el virus fue detectado en la región, a finales de febrero del año pasado, ha estado marcado por los continuos conflictos entre el Ejecutivo regional y el central.
Ahora, con la comunidad de nuevo en el ojo del huracán, y tras protestar repetidamente contra el intervencionismo de La Moncloa, es Madrid quien cita a Sánchez para que actúe si se mantiene la negativa evolución de la pandemia en la región. Así, el Gobierno regional no renuncia a seguir tomando las medidas que califica de “quirúrgicas” —como el confinamiento por zonas básicas de salud— pero apunta al central para dar más pasos.
El pistoletazo de salida en esa queja lo disparó el martes Díaz Ayuso, con un discurso durísimo.
“¿A qué espera a tomar medidas más difíciles?”, le lanzó al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, reclamándole más controles en el aeropuerto internacional Adolfo Suárez-Madrid Barajas; que negocie con la Unión Europea un aumento del número de vacunas que llega a España; o que facilite que se realicen test en farmacias a voluntad de los clientes. “¿[Espera] a que se vaya su candidato [a Cataluña, por el ya exministro de Sanidad, Salvador Illa] o a que sean las elecciones de Cataluña?”, lanzó, insinuando, al igual que otros portavoces del PP, que el Gobierno central no toma medidas más duras —como, por ejemplo, el confinamiento domiciliario— al temer que afecte al resultado del PSOE en esos comicios.
Este miércoles ha sido el turno de Aguado, vicepresidente y portavoz del Ejecutivo regional. “Pido a la nueva ministra de Sanidad [Carolina Darias] lealtad, respeto a la cogobernanza que el propio Gobierno sugirió, y celeridad en la toma de decisiones”, ha dicho el líder de Cs. “Apostando por esa cogobernanza, y ya que el Gobierno se ha puesto de perfil en la gestión de la pandemia, defenderemos que las comunidades tengan las herramientas necesarias para adoptar las medidas que consideren oportunas”, ha seguido. “Que aquellos que quieran adelantar el toque de queda lo puedan hacer, y aquellos, como la Comunidad de Madrid, que apuesten por mantenerlo en la situación actual, también puedan hacerlo”.
Gestionar el virus es gestionar la ruina económica, el agotamiento de las extenuadas plantillas de los sanitarios, y las muertes. Díaz Ayuso considera que el desgaste consecuente está siendo privativo de los ejecutivos autonómicos. Por eso acusó el martes a Sánchez de dedicarse “al márquetin”. Y ahora quiere que comparta la carga. La estrategia es recurrente en el gobierno regional, que suele optar por confrontar con el central cada vez que el virus avanza.
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