La izquierda pide que todo comedor público use huevos de gallinas libres de jaulas

Los tres partidos de la izquierda (PSOE, Unidas Podemos y Más Madrid) se unieron ayer para registrar una Proposición No de Ley (PNL) a favor de que los comedores públicos de la región utilicen huevos procedentes de gallinas libres de jaulas. El reto propuesto no será fácil pues, según datos de la ONG Equalia, cerca del 90% de las gallinas ponedoras de la Comunidad de Madrid viven enjauladas. “La gente está cada vez está más sensibilizada y, además, de las siete granjas que hay en la región casi todas tienen en su horizonte el cambio”, explicó ayer Rafael Gómez, diputado del partido socialista.

El paso que dieron ayer los partidos políticos tiene un antecedente claro que lo trastocó todo a mediados de diciembre. Entonces, la ONG Equalia hizo públicas unas imágenes de una de las siete granjas de Madrid con gallinas ponedoras. Hacinadas, rodeadas de suciedad, gusanos y cadáveres de las que no aguantaban las condiciones de una vida sin ver la luz solar. A muchas se las ve desplumadas, con heridas o moribundas, mientras reciben los picotazos de las demás. También se ven huevos con ácaros. El espacio en el que se mueven no supera el de un folio de dina cuatro y, por tanto, no disponen de condiciones para aletear, volar o escarbar en tierra. En el exterior del edificio, se aprecia una fosa repleta de residuos de todo tipo.

Poco después de que esas imágenes escandalizaran a la opinión pública, el vídeo y las pruebas de su veracidad llegaron a los juzgados. Los representantes de la ONG continuaron después su lucha con reuniones con todos los partidos políticos. Pero no han tenido un apoyo unánime. Los de la izquierda, aceptaron la iniciativa. PP, a priori favorable, no la ha firmado, Cs no ha respondido todavía si la piensan apoyar y Vox se ha desmarcado porque considera que no es el momento.

La PNL recoge que se debe incluir en los pliegos de adjudicación de servicios de comedores públicos en todos los ámbitos de la administración regional (especialmente el educativo y el sanitario) el requisito de abastecerse únicamente con huevo fresco y, en su caso, ovoproducto procedente de las modalidades de cría libres de jaula.

Esta iniciativa se alinea con el Pacto Verde Europeo, eje central de la política de la UE para la sostenibilidad, y con la estrategia De la Granja a la Mesa, piedra angular del pacto, encaminada a crear un sistema alimentario saludable y respetuoso con el medio ambiente. Pero el camino que queda por recorrer todavía es largo. La producción de huevos en sistemas de jaulas tiene aún mucho protagonismo en España. El 77% de las gallinas ponedoras viven encerradas, según el último censo oficial del sector, lo que supone más de 35 millones de aves. En Madrid, más de un millón de gallinas viven destinadas a poner huevos para consumo humano, según datos del Ministerio de 2017 y, de ellas, cerca del 90% lo hacen enjauladas, según el cálculo de Equalia. La tendencia, aun así, gira hacia sistemas alternativos. Actualmente, cerca del 23% de las gallinas se crían sin jaulas.

Estas cifras están aún alejadas de la media europea (donde en torno al 50% son criadas en libertad) como es el caso de Noruega, Dinamarca, Holanda y Bélgica, entre otros, con menos del 40% de su producción enjaulada. Otros países tienen como objetivo la prohibición de ese sistema en un futuro cercano: Alemania a partir de 2025 y República Checa a partir de 2027. Los países más avanzados en la abolición de jaulas son Suiza, Luxemburgo y Austria, donde ya no se emplean.

La normativa europea de bienestar para animales destinados a consumo estipula que “la libertad de movimiento de un animal (...) no debe restringirse de forma que cause sufrimiento innecesario”. También establece que “cuando un animal está continua o regularmente confinado, se le debe proporcionar el espacio apropiado para sus necesidades psicológicas y etológicas”. España ha suscrito esos requisitos mediante su inclusión en el Real Decreto 348/2000, relativo a la protección de los animales en las explotaciones ganaderas.

El consumidor puede saber cómo se cría a las gallinas en función del código de los huevos que consume, que forma parte del etiquetado obligatorio desde 2004. El código tres (el primer número que aparece en la serie impresa en la cáscara) significa que se han criado gallinas en sistema intensivo de jaulas enriquecidas. El dos, gallinas en tierra; el uno es el sistema campero; y el cero de producción ecológica.