Desarticulado el clan de los sucesores de los Gordos y los Kikos en el mercado de la droga de La Cañada
La Policía detiene a los seis miembros de la banda en una redada en la que se han interceptado 22.000 euros, dos armas de fuego, armas blancas y restos de estupefacientes
La Policía no les ha puesto apodo, pero formaban un nuevo clan familiar que estaba expandiéndose muy deprisa y aspiraba a gobernar el negocio de la droga en La Cañada Real tras la desarticulación de los Kikos, hace dos meses, y de los Gordos, en 2012. Los tres grupos están, de hecho, emparentados. Unos 100 agentes de distintas unidades de la Policía Nacional han lanzado a primera hora de este martes una operación en el poblado chabolista del sureste de Madrid y, tras más de seis horas de redada, han dado por desarticulada la banda tras la detención de sus seis miembros, informa a este diario un portavoz policial. Los agentes han practicado cinco registros simultáneos en infraviviendas de la zona, que lleva más de dos meses sin luz, en busca de los nuevos reyes de la droga y de sus puntos de venta o almacenaje de cocaína y heroína.
En los registros, han desmantelado dos puntos de venta y tres zonas de almacenamiento de droga, donde se despachaban hasta 150 dosis diarias. En estas chabolas, los agentes se han incautado de 22.000 euros en efectivo, de dos armas de fuego ―una escopeta de caza y otra de cañones recortados―, más de cien cartuchos, muchas armas blancas, restos de estupefacientes y utensilios para cocinar la droga, detalla el portavoz. La intervención se ha realizado en varias parcelas del sector VI de la Cañada Real ―el más conflictivo y que va de la A-3 hasta el término municipal de Getafe― y en ella han participado agentes del grupo operativo de investigación zonal, del de intervenciones técnicas, efectivos de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), conocidos como los bronce, y caballería, apoyados por perros.
Los agentes han tenido que usar radiales al encontrarse con fuertes medidas de seguridad para impedir el acceso a las chabolas, lo que ha permitido a los detenidos quemar en una estufa las pruebas, dinero y sustancias, que los análisis han determinado que se trata de cocaína y heroína. También se han localizado documentos en los que registraban las ventas y otros elementos que permiten mantener la operación abierta. Y ha habido sorpresa en el derribo de una de las cuatro infraviviendas que han echado abajo los agentes, en el número 21. “Ha caído el muro de la 23 y nos hemos encontrado con una importante plantación de marihuana, solo en cogollos había cuatro kilos”, explica el portavoz.
Esta redada, bautizada operación Potypoty, es la continuación de la operación Maíz, llevada a cabo el pasado 5 de octubre contra el clan de los Kikos, en la que fueron detenidos 14 miembros de esta organización criminal, que controlaba el mercado de la droga en el poblado. A los Kikos, sucesores a su vez del clan de los Gordos, del que también son familiares, se les incautaron medio millón en efectivo, 19 kilos de cocaína, tres de hachís y heroína, 18 pistolas y casi 2.000 cartuchos. Despachaban cerca de 200 dosis diarias de estupefacientes, según los investigadores.
Entre los arrestados estaba su líder, Kiko Hernández. Además de ser presuntamente el mayor narco de Madrid desde hacía unos siete años, Hernández llevaba una vida paralela en la que regentaba un club de dardos y patrocinaba la carrera internacional del mejor jugador de España. En la redada de este martes, se ha detenido a los presuntos herederos de los Kikos, sobrinos de los Gordos, que pretendían ocupar el espacio dejado por todos ellos y montar un nuevo supermercado de la droga. Varios de los seis detenidos por un delito contra la salud pública y por otro delito de defraudación de fluido eléctrico tienen antecedentes policiales y uno de ellos es el jefe de la banda, por lo que se la da también por descabezada.
Diez días después de la operación Maíz, la policía arrestó a 12 personas en una redada contra el cultivo de marihuana en la Cañada. En cinco registros en naves e infraviviendas, se desmantelaron ocho cultivos de droga con más de mil plantas, así como varios enganches ilegales al tendido eléctrico. El problema de la marihuana, que genera una sobrecarga en la red del 500% según la compañía Naturgy, lleva casi tres meses generando continuos cortes de luz en la zona, en la que viven 2.000 menores en desamparo.
La víspera de esta nueva actuación policial, el delegado del Gobierno en Madrid, José Manuel Franco, pidió que no se usara la Cañada como “arma arrojadiza” entre administraciones y subrayó que la “seguridad” es una parte “pequeña” del problema en este enclave chabolista, en el que viven unas 8.500 personas. “Integración social, labores urbanísticas, replanteamientos, atención a los menores de una manera clara y decidida... mientras no haya este tipo de actuaciones, una actuación policial exclusivamente resolvería muy poco”, subrayó Franco antes de reunirse con asociaciones vecinales.
Franco recordó que a lo largo de este año se han llevado a cabo más de 20 operaciones en las que se han requisado más de 12.000 plantas de marihuana, pero que los problemas de la zona son mucho mayores y mucho más complejos. En el último pleno en la Asamblea regional, el pasado jueves, la presidenta, Isabel Díaz Ayuso, echó en cara a los vecinos que “para tener los porsches ahí aparcados, bien; para pagar las facturas de la luz, no”, dijo no poder solucionar el problema de la luz y redujo el asunto a un problema de delincuencia.
En otro encuentro entre Ayuntamiento de Madrid, Gobierno regional y Naturgy para tratar de atajar la falta de luz, el consejero de Vivienda y Administración Local, David Pérez, aseguró que la distribuidora de electricidad tiene localizados 50 enganches ilegales que registran “consumos de escala industrial” y que estarían abasteciendo tanto a las viviendas de la zona como a “las plantaciones de droga”.
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