Tálamo, una obra para sumergirse en la percepción
Juan Domínguez presenta Tálamo, que podrá verse durante tres días en Conde Duque, una instalación que busca involucrar al espectador y hacer que “participe”
“¿Qué estoy viendo?”. Así empieza la descripción de la última instalación del artista Juan Domínguez, Tálamo, que podrá verse a partir de este jueves en el teatro Conde Duque por tan solo tres días. La obra se trata de la segunda entrega de la trilogía There is no present better look back, que se inició en 2018 con My only memory y que tendrá su tercera parte, Euphoria, entre 2021 y 2022. Esta entrega es una invitación directa al espectador para que “participe” de la obra, y se integre en la misma a través de su percepción para reflexionar y crear una realidad abstraída de dinámicas sociales, en unos tiempos que el autor define como de “nuevo paradigma” en el que no va a bastar con opinar, sino que también habrá que “tomar tierra y participar”.
El tálamo es un conjunto de terminaciones nerviosas del cerebro que se encarga de enlazar todo el encéfalo con la actividad de los receptores sensoriales. La idea es que esta obra se convierta en un tálamo entre lo que hay sobre el escenario y los sentidos del espectador. No interviene ni un solo actor, como explica el artista, “no hay cuerpo físico, pero hay materia, luz”, explica. Domínguez sumerge al que mira, a través de su propia percepción, en un espectáculo donde realidad y ficción se retroalimentan, pero no se trata de buscar algo concreto. “No tiene que buscar nada [el espectador], la obra está basada en la percepción y cognición que ocurre antes de poder saber lo que estás viendo, como el sonido, que primero lo percibes y luego procesas lo que estás escuchando”, explica.
De esta manera, Domínguez quiere “ampliar esta parcela”, el momento anterior a que las cosas se definan, que es donde algo “pasa mentalmente pero no somos tan conscientes, como si miras con un microscopio cosas que no ves normalmente”.
Es muy difícil desligar el contenido de esta obra del momento actual, la pandemia. Domínguez asegura que en ningún momento fue concebida como una obra relacionada con la covid, pero admite que va a ser muy difícil que su planteamiento no se vea afectado por la “detención” que se vive a raíz de la enfermedad. Tálamo es una representación que busca parar y reflexionar sobre la percepción de las cosas y “ahora, cuando nos han obligado a frenar y a ver lo que pasa de otra manera”, la obra ha alcanzado cotas de significado que no estaban planeadas.
Las definiciones sobre Domínguez son variadas, van desde “payaso conceptual” hasta “curador del placer”, pasando por “vaquero mágico” o “narrador desatado”. Aunque él atribuye todos estos calificativos, algunos de ellos dados por amigos suyos, a un afán por desprenderse del lenguaje “rígido” que define la creación artística: “Me aburren los currículums donde hay que poner ‘artista multidisciplinar’ o ‘artista escénico’”, argumenta.
Domínguez pasó el confinamiento en Berlín, donde las restricciones fueron por “responsabilidad” y no por obligación. Cuenta que cuando volvió a España se encontró con un panorama desolador: “Todo el mundo con mascarilla, la gente mayor con miedo”. Narra que encontrarse Madrid así le impactó mucho. “Yo soy de Valladolid, pero Madrid siempre ha sido mi base principal”, cuenta. Cree que será “normal” que con este panorama la obra no se vea afectada, aunque cree que cuando el espectador se “relaje”, podrá llegar a otros puntos.
La cultura y el arte son una vía que invita a crear nuevas “realidades” a través de la ficción, según Domínguez y para él, esto no es responsabilidad de los artistas o “generadores” de arte, sino también del espectador, al que le atribuye un papel de coautor. “La cultura y el arte se proponen como espacios imaginativos a los que tenemos que bajar y tomar tierra, participar, hacerlo tangible”, dice. Cree que con los tiempos que corren este nueva paradigma será fundamental para que nadie pueda “tomar las riendas” y “manipular” a la gente. Ese proceso para involucrarse y tomar partido a través de la reflexión acerca de la relación entre ficción y realidad, entre lo que se ve y lo que pasa, es el que pretende Tálamo.
‘Tálamo’. Fechas: 1, 2 y 3 de octubre. Lugar: Centro Cultural Conde Duque. Hora: 20.00 Precio: Entre 11,25 y 15 euros
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