El alcalde de Fuenlabrada: “Hace falta una moción de censura, incluso con un presidente de Ciudadanos”
El socialista Javier Ayala no cree que el PSOE regional tenga un problema de liderazgo: “Lo que está pendiente es una reflexión profunda sobre nuestro proyecto”
El terreno natural de la política se encuentra en las aceras. Ese es el convencimiento del socialista Javier Ayala (Córdoba, 48 años), que dice estar acostumbrado a pasear el cuerpo por Fuenlabrada, un municipio que gobierna con mayoría absoluta. “El día que vaya en coche oficial me echarán con las urnas”, bromea. El regidor de la tercera ciudad más poblada de la región es a su vez un obstinado europeísta, responsable de las relaciones internacionales de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).
Pregunta. Hace unos días, Ayuso denunció que Sánchez no se reúne con ella. Usted contestó a través de las redes sociales que lleva 15 meses esperando una reunión con la presidenta madrileña. ¿Hay que aplicarse el cuento?
Respuesta. Está muy bien reclamar al Gobierno central que se nos tenga en cuenta. Eso es justo lo que queremos los municipios. Pero Ayuso se reúne telemáticamente con Sánchez cada semana, junto al resto de presidentes. Fuenlabrada es el tercer núcleo poblacional de la región después de Madrid capital y Móstoles. Lo normal sería que Ayuso se sentara con nosotros para escuchar las necesidades de los vecinos de esta ciudad. Pero la presidenta ha querido convertirse en el azote de Pedro Sánchez. Está más preocupada de él que de los problemas de los madrileños. Ayuso es la Bolsonaro de España.
Ayuso se critica sola. A nosotros nos falta afirmación y comunicar mejor aquello que ya ponemos en práctica al frente de los mayores municipios de la región
P. El presidente de Brasil es un negacionista, fanático de medicamentos desaconsejados por la Organización Mundial de la Salud. ¿Considera que Ayuso también?
R. El hecho de que se le escape que todos los niños terminarán contagiándose es una forma de negacionismo. Un responsable institucional no debe meter miedo a la gente.
P. Esta segunda ola de contagios está castigando al sur. Una de las ciudades más afectadas es Fuenlabrada. ¿Cuál es su diagnóstico de la situación?
R. El diagnóstico es que vamos mal. Probablemente porque se nos han venido encima una serie de circunstancias que no hemos sabido prever. La primera ola nos pilló a todos por sorpresa, pero del mes de mayo a agosto se tendrían que haber tomado medidas contundentes. Hay otras comunidades que impusieron la obligatoriedad de la mascarilla prácticamente en junio. Aquí se decidió un mes después ante el aluvión de contagios. El Partido Popular dijo de forma muy insistente que quería retomar el mando de la sanidad en Madrid. Y cuando lo ha tenido, ha llegado tarde a todo. Ayuso se mueve a base de ocurrencias inoportunas.
P. Por una cuestión de fechas, es probable que muchos de los nuevos infectados hayan contraído el virus una vez impuestas las mascarillas. Algo más habrá fallado.
R. En los municipios del sur se utiliza mucho transporte público, porque los ciudadanos se desplazan a Madrid. Somos gente trabajadora y, por tanto, más vulnerable frente al virus. Pero esto ya se sabía de antes y nadie actuó. Además, estamos en peores condiciones que otras ciudades: tenemos dos centros de salud cerrados y faltan rastreadores de la Comunidad de Madrid. Esto ha hecho que, ya desde junio, afrontemos la segunda oleada con dificultades. El Ayuntamiento instaló un hospital de campaña, que venía a aliviar al Hospital de Fuenlabrada. Yo le planteé al Gobierno regional mantener la infraestructura a la espera de nuevos rebrotes, pero me obligaron a desmontarlo. Ayuso es, con diferencia, la peor presidenta que ha tenido Madrid.
P. ¿Por qué permanecen cerrados esos centros de salud?
R. La explicación que tengo por escrito es que había demasiadas bajas médicas del personal y no podían mantenerse abiertos. La verdad es que resulta inquietante.
P. El pleno del Ayuntamiento de Fuenlabrada le ha pedido a la Comunidad de Madrid que dote de un responsable sanitario a cada centro educativo.
R. No vamos a escatimar en esfuerzos para garantizar la seguridad de los niños y las niñas. Hoy mismo [por este viernes] he anunciado que repartiremos 45.000 mascarillas lavables a todos los estudiantes, desde los tres años hasta el alumnado universitario. Garantizaremos cada mañana la limpieza de los centros y haremos test a los trabajadores. A la Comunidad de Madrid le hemos pedido que haya un encargado médico en cada colegio, porque el resto del personal no tiene por qué saber cómo actuar si un niño presenta síntomas.
P. ¿El Gobierno regional le ha solicitado una relación de espacios disponibles a fin de facilitar el desdoblamiento en las aulas?
R. Yo cedería el ayuntamiento para dar clase si hace falta. En mi despacho cabrían por lo menos 15 chavales. El problema es que nadie nos ha llamado. Nuestro ofrecimiento por carta del 26 de junio nunca obtuvo una respuesta. El modelo de gestión de las ciudades del sur de Madrid está en las antípodas del estilo que representa Ayuso. Nosotros hemos trabajado con responsabilidad y cuidado, mientras ella buscaba el titular y alimentaba con pizza a los chavales sin recursos. Desde el Partido Socialista de Madrid tenemos que reflexionar sobre por qué nuestro modelo no se ha visibilizado más. Tenemos que abrir el debate sobre una moción de censura. Si hace falta, que sea con un candidato de Ciudadanos. No porque quiera a un presidente de Ciudadanos, sino porque es necesario echar a Ayuso. Es una persona frentista, que agrava los problemas de Madrid.
P. ¿Hay un problema de liderazgo socialista en Madrid?
R. No creo que sea un problema de liderazgo. Lo que está pendiente es una reflexión profunda sobre nuestro proyecto. La política del Partido Popular y de Ayuso ya está clara. ¿Y la del Partido Socialista? Yo pondría el foco en la gestión que ha hecho Sara Hernández en Getafe, Santi Gómez Llorente en Leganés, la gestión de Móstoles o la de Fuenlabrada. Ese es nuestro modelo.
P. ¿Se les oye más a ustedes que al portavoz en la Asamblea, Ángel Gabilondo?
R. Algunos compañeros piensan que no se debe hacer oposición desde la confrontación. Yo creo que esa confrontación necesita llevarse a cabo con propuestas y métodos de gobierno. Ayuso se critica sola. A nosotros nos falta afirmación y comunicar mejor aquello que ya ponemos en práctica al frente de los mayores municipios de la región.
Una crisis en tres actos
El socialista Javier Ayala es licenciado en Derecho. Completó su formación con el Programa de Liderazgo para la gestión Pública del IESE Business School. Después asumió la dirección técnica del Consejo Federal de Movimiento Europeo, la sección española de un movimiento fundado en La Haya tras la Segunda Guerra Mundial que agrupa a los principales partidos políticos y asociaciones civiles de la unión. Su despunte en la política fuenlabreña tuvo lugar en 2002, como responsable de Obras Públicas y Mantenimiento Urbano. “Estos meses he tratado de dar la cara, colgando vídeos en las redes sociales para explicar las decisiones tomadas”, cuenta el primer munícipe.
Su colega Guillermo Hita, alcalde de Arganda del Rey, declaró a EL PAÍS que “no existe un manual de alcalde frente a la pandemia”. Ayala lo corrobora, pero añade que “tras lo vivido estaría en disposición de escribirlo”. El regidor de Fuenlabrada divide los meses de crisis sanitaria en tres actos: “Primero hubo que echar el freno de mano en una ciudad tan viva como Fuenlabrada. Después llegó la pandemia pura y dura, que para mí supuso estar en permanente contacto con la Gerencia del Hospital y ceder el presupuesto municipal con el objetivo de comprar reguladores de oxígeno, camas y colchones. Por último, tocó aplicar la llamada nueva normalidad, que fue muy dura de asumir”, relata.
Fuenlabrada en datos
Fuenlabrada es una localidad situada a 17 kilómetros al sureste de la capital y cuenta con una población de 193.000 habitantes. La renta bruta media de sus vecinos alcanza los 21.280 euros, lo que sitúa al municipio en el 108º lugar del posicionamiento regional que forman 179 pueblos y ciudades. Los datos de contagios por coronavirus muestran un total 3.960 vecinos infectados. En las últimas dos semanas se ha detectado a 1.203 positivos, de los cuales 112 permanecían con la infección activa.
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