Sin convenio para 396 escuelas infantiles de Madrid
Los Ayuntamientos esperan, a 10 días del inicio del curso, que la Comunidad les autorice para reactivar los contratos con las empresas que gestionan los centros escolares
El curso escolar se inaugura el día 4 con los más pequeños y la situación de las escuelas infantiles municipales no está ni tramitada. El desconcierto es tal, que nadie sabe qué va a pasar, ni las empresas que gestionan los centros de los alumnos de 0 a 3 años, ni sus profesores, ni los padres. Si no se retrasa la vuelta al cole, una posibilidad que gana fuerza con el paso del tiempo, los Ayuntamientos de la Comunidad de Madrid tendrán que aprender a volar en cuestión de días para gestionar los expedientes, un acto heroico en un Madrid pandémico que tiene el regreso a las aulas en el punto de mira. La Consejería de Educación todavía no ha enviado a los gobiernos municipales el convenio regulador necesario para tramitar o prorrogar contratos, algo que cada año suele tener listo en julio. A punto de dar la bienvenida a septiembre, los gobiernos municipales no pueden realizar ninguna actuación relativa a las escuelas públicas y, atados de pies y manos, varios de ellos han escrito a la Comunidad reclamando que realice el trámite. Hasta el momento solo han recibido el silencio como respuesta. 396 escuelas y 8.000 trabajadores dependen de ese convenio vea la luz. Al menos 33.000 niños se matricularon el curso pasado en el primer ciclo de Educación Infantil en estas escuelas de titularidad pública y gestión indirecta.
El consejero Enrique Ossorio y la presidenta Isabel Díaz-Ayuso despejarán este martes las dudas (13.00) sobre el inicio del curso escolar, que tiene en vilo a toda la comunidad educativa.
¿Se empezará los días previstos? ¿A cuántos docentes contratarán? ¿Será semipresencial para todos o a partir de Primaria? El consejero ya dijo la semana pasada que la administración planteaba ya un escenario similar al dos, es decir, con menos ratios, más profesores, organización en espacios municipales cuando fuera necesario, flexibilización de horarios y materias y clases semipresenciales a partir de la ESO. Pero los días pasan uno detrás de otro como granos en un reloj de arena y los temores se ven potenciados por hechos como la falta de noticias para los más pequeños. “Sale en breve. Casi seguro esta semana”, aseguran fuentes de la administración regional. Pero la espera resulta lenta y angustiosa. Hay 8.000 docentes que todavía no saben si el día 4 tendrán trabajo”.
Aunque en realidad es desde el 1, que es cuando nos reunimos todos los profesores y empezamos a trabajar”, matiza E. G. R., al cargo de una escuela infantil en Villanueva de la Cañada con 118 menores matriculados para el próximo curso y 16 trabajadoras, 10 de ellos todavía bajo el paraguas de un ERTE. “No tenemos más remedio que esperar”, reconoce la directora, que lamenta la situación de desamparo en la que se han visto escuelas como la suya desde marzo. “El día 10 nos dijeron que nos fuéramos a casa y que se suspendían los contratos temporalmente”. Razón: Ossorio anunció que en esas edades el teletrabajo era “un insulto a la inteligencia”. Aquellas palabras las pronunció el consejero de Educación en la Asamblea de Madrid el 27 de abril. “Si un servicio no se presta, el servicio hay que suspenderlo”, remató.
Los trabajadores de las escuelas públicas se sintieron ninguneados. “No nos han reconocido la labor educativa. Nosotros no estamos ahí para limpiar pañales”. Muchos, sin embargo, trabajaron de forma voluntaria para no dejar tirados a los padres durante el estado de alarma, ya que llamaban pidiendo ayuda. Cuentos online, orientación sobre la alimentación, sobre el desarrolló cognitivo de los niños, trucos para los que empezaban a andar o canciones interactivas para que los niños escucharan otras voces.
”Hay estudios que afirman que los niños que van a las escuelas infantiles tienen un desarrollo psicomotor más matizado que los que no lo han hecho”, analiza Alfredo Hoyuelos, un referente nacional en la educación infantil que ahora ostenta el cargo de gestor del organismo autónomo de las escuelas infantiles de Pamplona. “El derecho a la educación es un derecho fundamental, como el de la salud, y de la misma manera que en un estado de alarma no te dejan sin asistencia, tampoco deberían dejarte sin educación. Jamás se puede sustituir la presencialidad, pero en caso de que lamentablemente vuelva a haber clases online, son necesarias para todos porque aunque ellos no te vean sienten la voz, por ósmosis, a través de la distancia”.
Estos centros están gestionados por empresas privadas o por cooperativas que han ganado un concurso público. Sin embargo, fueron los primeros en cerrar sus puertas. Por eso ahora temen que el hecho de que los convenios no hayan llegado todavía a los Ayuntamientos sea un nuevo desprecio hacia esta educación. CC OO ha calculado que la epidemia ya se ha llevado por delante un 10% de todos los centros infantiles privados (hay 5.300 de 0-3 años en toda España, unos 890 en Madrid) y que entre un 20% y un 30% están en riesgo de no reabrir. “En Madrid las cifras pueden ser aún mayores por la política anti educación infantil llevada a cabo por el Consejero”, lamenta Isabel Galvín, representante de educación. De hecho, añade a través de un estudio Marta Bernardo, diputada socialista en la Asamblea de Madrid, en la horquilla del primer ciclo de infantil hay más alumnado en la privada que en la pública (49.000 a los 33.000).
Mientras, Ayuntamientos como Alcorcón, Alcalá de Henares o Parla han enviado cartas a la administración no solo para poner a su disposición espacios municipales de cara al curso escolar si no para demandar esos convenios que sirven como pistoletazo de salida para los centros infantiles. ”La situación sanitaria se ha descontrolado”, lamenta Ramón Jurado, el alcalde de Parla, un Ayuntamiento que ha ofrecido un teatro, aulas de cursos de empleo, dos colegios antiguos en desuso e incluso los parques del municipio. “Nos dijeron en julio que los colegios no reunían las condiciones adecuadas, pero solo necesitan una mano de pintura”, lamenta el regidor. “Tenían todo el verano por delante, pero no han hecho nada!”.
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