La ciudad que quiere desterrar al Rey emérito del callejero
El Ayuntamiento de Pinto organizará una consulta para buscarle otra denominación a su parque más emblemático, Juan Carlos I

Verano de 1998. El sol cae a plomo. Don Juan Carlos I llega a Pinto en coche oficial. En la entrada del parque que lleva su nombre y que está a punto de inaugurar se topa con un busto de bronce donde ve reflejado su rostro de hombre solemne. Le recibe Antonio Fernández Díaz, el alcalde. Las dos autoridades se abrazan, se dan palmadas en la espalda, bromean. El rey campechano y el político socialista, un populista que en cuestión de unos años caerá en desgracia, parecen disfrutar el momento. El cielo se llena de fuegos artificiales. Es el retrato de la España de los 90....
Inicia sesión para seguir leyendo
Sólo con tener una cuenta ya puedes leer este artículo, es gratis
Gracias por leer EL PAÍS