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Un Día de la Música sin escenarios, pero con nombres nuevos

El Conde Duque salva la celebración con un par de conciertos por ‘streaming’ y Madrid sigue siendo, pese a la crisis, caladero de nuevas bandas

El dúo Jack Bisonte (izquierda) y la cantante Dora Postigo.
El dúo Jack Bisonte (izquierda) y la cantante Dora Postigo.SANTI BURGOS

Como todos los 21 de junio, desde hace casi ya cuatro décadas, el mundo se dispone a celebrar el Día de la Música, la expresión artística más primigenia y visceral del ser humano. La “taquigrafía de la emoción”, que decía Tolstoi, o el arte “más cercano a las lágrimas y la memoria”, a juzgar de Oscar Wilde, otro de tantos literatos que apreciaba tanta belleza en los pentagramas como en las páginas de una novela. Según un informe de 2019 de la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI, por sus siglas inglesas), los españoles destinamos 19,8 horas semanales a escuchar canciones, una media muy superior a la de alemanes (19,1), británicos (17), italianos (16,3) o franceses, con solo 13,9. Cosa distinta es que las administraciones le presten la atención adecuada a la expresión musical, o que sea razonable esa discriminación fiscal (eterna y, a lo que se ve, incurable) por la que un disco soporta un 21 por ciento de IVA –el correspondiente a los artículos de lujo–, mientras los libros disfrutan de su merecido IVA superreducido del 4 por ciento.

Pero incluso en las peores circunstancias, con la música en directo malherida y el sector preso de la angustia, la necesidad de expresarse a través de letras y melodías es imparable. Viviremos este nuevo 21-J sin ninguno de los minifestivales o demás celebraciones a los que estábamos acostumbrados y que ya constaban en las agendas cuando el virus arrambló con todo. El centro cultural Conde Duque ha conseguido salvar a dos de las artistas que tenía programadas, las jovencísimas y brillantes Dora Postigo y Nadia Rose, a través de un doble concierto en streaming a partir de las 19.00 horas. Completamos esta panorámica con dos bandas madrileñísimas y muy dispares que con apenas una decena de canciones ya han disparado todas las alertas entre los ojeadores.

PARQUESVR

Encantados de seguir pisando callos

A sus 38 años, a Javi Ferrara, cantante y compositor principal de Parquesvr, se le perfila una sonrisa aviesa al preguntarle por la mordacidad de una banda que en su más reciente lanzamiento, una especie de canción del verano titulada Pero, hace rimar esta conjunción con “pepero” y “porompompero”. “Molestar es una marca de la casa”, asume. “No pretendemos ofender a nadie, pero sí reírnos de aquello que es digno de hacer chanza”. Erigen el sarcasmo como bandera de un pop sagaz y salpicado de influencias variopintas. Y aunque sabe que lo de pisar callos siempre puede acarrear antipatías, matiza: “hombre, tampoco nos gusta que nos digan que somos una mierda…”.

El quinteto es leganense, claro, como el centro comercial al que aluden en su bautismo (“aunque a partir de ahora empezaremos a decir que la ‘v' es de victoria”). Se estrenaron a finales de 2019 con un álbum deliciosamente vitriólico, Talego Quini, pero todos rondan los cuarenta y atesoraban no pocas experiencias previas. “La juventud la sobrevaloran los más jóvenes”, ataja Ferrara. Con 25 años, yo mismo pensaba que ya era demasiado mayor para algunas cosas. Ahora, a los 38, pienso en lo imbécil que era aquel muchacho…”. Y zanja, por aquello de sacar pecho: “No somos milenials, pero estamos buenos”.

Imposible prever sus próximos pasos, incluso para ellos mismos. Los autores de himnos jocosos como Lance Armstrong o Puretrap solo garantizan fidelidad a su patria chica del sur. “Sin falso glamour, por supuesto. El encanto de Lega radica en la grasa, los bares de toda la vida o el conejo al ajimoroji. Ah, y en que somos más jevis que el viento: ¡recuerda que aquí tenemos la calle Scorpions!”.

Componentes del grupo Parquesvr.
Componentes del grupo Parquesvr.

JACK BISONTE

El empoderamiento de los tacones

Miky Lagoona y Carlos Amelivia comparten generación (madrileños del 92), viven bajo el mismo techo y tienen tan asimilado su ideario que contestan de manera indistinta. Comprendieron que eran almas gemelas cuando coincidieron en las aulas del colegio Zola, en Las Rozas, y desde 2014 operan bajo el sobrenombre artístico de Jack Bisonte. Al principio les daba por el folk y los sonidos acústicos, pero en sus últimos sencillos se han escorado hacia el pop electrónico, la radiante sofisticación de Miami (donde se fueron a grabar el espléndido videoclip de No drama) y el destello, figurado y literal, de la purpurina. El maquillaje como símbolo de belleza, misterio, ambigüedad, transgresión.

“Siempre habíamos sido unos tíos bastante acomplejados en lo que a música se refiere”, se sinceran, siempre al alimón. “Por eso nos propusimos ser otras personas, otros personajes. El rímel o los vestidos no son sino paladas de tierra para sepultar a este par de tontitos timidines…”. Pero se detienen para matizar, orgullosos: “Que nadie se equivoque. ¡Ningún uniforme militar empodera más que unos buenos tacones!”.

De ahí las similitudes con Troye Sivan, Lauv, Tracy Chapman u otros nombres de la órbita LGTBI+, aunque tampoco les importa que les equiparen con “un John Mayer más sexi”. En octubre llegará su primer LP, Hounds of glory, radiante pero afilado. “Lo jodido es decirle a alguien que le odias sin que pueda parar de bailar. Ese es el éxito al que aspiramos, nuestra particular comedia del aburrimiento”. Y sí, todos sabemos que es complicado debutar justo en el año más puñetero del nuevo siglo, pero Miky y Carlos no se desprenden ni de la paciencia ni de la sonrisa. “No nos estresamos por lo que venga”.

DORA

La adolescente precoz y serena

Inevitable recurrir aquí a una contextualización previa y urgente. Dora Postigo es la primogénita del cineasta y músico Diego Postigo y de la añorada Bimba Bosé, cantante y modelo fallecida hace tres inviernos. La muchacha tiene 16 añitos, una creciente colección de sencillos virales (y brillantes) y un tema recién estrenado, el casi bolero Ojos de serpiente, que ha aprovechado Paco León (sí, han leído bien) para debutar como realizador de videoclips. ¿Vértigo? Si alguna vez lo ha percibido, nuestra protagonista lo disimula con una serenidad pasmosa. “A veces flipo bastante con las reacciones, así que procuro estar conectada conmigo misma y no escuchar mucho el ruido exterior. Me siento metida en mi movida y tranquila con todo”.

Precocidad, personalidad y desparpajo han alimentado estos meses las comparaciones con Billie Eilish, que en 2019 se convirtió, a los 17 años, en el mayor fenómeno musical del planeta. A Dora le halaga, pero cree que el paralelismo se cimenta solo en la juventud o la afición común por el vestuario de estilo callejero. “Nuestros sonidos y mensajes son muy diferentes”, zanja una chavala que ni siquiera recuerda cuándo soñó por vez primera con los escenarios, porque el veneno de la interpretación siempre le resultó consustancial. “Ni siquiera recuerdo ningún consejo artístico por parte de mis padres. Soy una extensión de una manera de vivir la música en casa; me he dedicado a esto no a partir de un momento dado, sino desde siempre”.

Cada línea de su currículo denota una vida intensa, a toda prisa. Se estrenó en la tele cantando junto a su madre con 11 años y debutó como solista en Madrid a los 13, sobre las tablas del Hard Rock. Muchos interpretaron Saving star (“Estrella salvadora”), su debut de 2019, como un homenaje a Bimba. Ella lo desmiente. “Su historia no es autobiográfica, sino producto de mi imaginación. Hay otras canciones con las que me siento más vulnerable”.

NADIA ROSE

Conciencia negra del rap londinense

En circunstancias normales, esta rapera de Croydon, a las afueras de Londres, debería haber debutado en Madrid durante el Tomavistas, ese encuentro ecléctico y muy atento a la escena emergente en el parque Tierno Galván que cada mayo toma la temperatura a la temporada de festivales. La retransmisión en línea de esta tarde se queda así en premio de consolación, pero la curiosidad en torno a su figura es creciente e imparable desde aquel primer vídeo, Station, en agosto de 2015. Y todos los cazadores de nuevos fenómenos terminaron por enloquecer con ella cuando Rihanna la piropeó por Twitter.

Para acentuar todavía más la curiosidad por su figura, Rose es prima de Stormzy, máximo exponente británico de la electrónica grime; acaba de cumplir 27 años y en 2019 se involucró en la campaña Black Vote, con la que se pretendía movilizar a la comunidad negra para que votase al líder laborista, Jeremy Corbyn. Por ahora, la música le sigue ofreciendo más motivos para la alegría que la política. Ha fichado por una de las tres grandes multinacionales, Sony Music, y, pese a la pandemia, en este 2020 ha incrementado la expectación en torno a su primer LP con otro par de sencillos contundentes, Sugar zaddy y Too bad.

La cantante británica Nadia Rose actúa para el Conde Duque vía 'streaming' con motivo del Día de la Música.º
La cantante británica Nadia Rose actúa para el Conde Duque vía 'streaming' con motivo del Día de la Música.º

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